MANAGUA, Nicaragua, 10 de marzo (EFE).- Las negociaciones para superar la crisis que estalló en abril en Nicaragua penden de un hilo, después de que los obispos se apartaron del proceso y una alianza opositora se debate entre si sigue o no en la mesa.
Mientras, el gobierno de Daniel Ortega clamó a la comunidad internacional frenar toda sanción contra el Estado nicaragüense e invitó a la OEA a participar en su diálogo con la oposición, en el marco de la crisis sociopolítica que ha dejado cientos de muertos, de detenidos y miles en el exilio.
Sin embargo, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, su contraparte en las negociaciones, no ha decidido si se sentará mañana, junto a los delegados del Ejecutivo, con el enviado especial de la Secretaría General de la OEA, Luis Ángel Rosadilla, o se levantará de la mesa ante la ausencia de los obispos.
La Articulación de Movimientos Sociales y Organizaciones de la Sociedad Civil (ANS) instaron este domingo a la Alianza Cívica “a no prestarse al juego y suspender sus conversaciones con la dictadura”, en alusión al gobierno de Ortega.
En tanto, la Unidad Nacional Azul y Blanco urgió a los países americanos aplicar la Carta Democrática Interamericana al Gobierno de Ortega, debido a que, entre otras razones, el Ejecutivo llamó a negociaciones para superar la crisis que estalló en abril pasado, “mostrando una falsa voluntad”.
El Consejo Permanente de la OEA ha comenzado a aplicar la Carta Democrática Interamericana a Nicaragua, lo que podría culminar con su suspensión del organismo continental.
Para esa unidad opositora, es urgente una solución a la crisis, “pero no es cualquier salida”, sino una que “debe incorporar el retorno de los derechos fundamentales, elecciones adelantadas previa reforma al sistema electoral y justicia para las víctimas sin amnistía”.
Asimismo, para que el diálogo sea creíble, contar con la participación del Episcopado como mediador, y con la presencia desde un inicio de garantes internacionales y el retorno, entre otros, de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh).
El Gobierno exhortó este sábado a la comunidad internacional a suspender toda sanción contra el Estado nicaragüense, invitó a la OEA a participar en su diálogo con la oposición, y dio a conocer su agenda de cinco puntos.