Alfredo García
El autoritarismo del presidente Donald Trump chocó con el infranqueable muro de la Constitución de EU. La injustificada declaración de “emergencia nacional” para burlar la negativa del Congreso a concederle 5.7 mil millones de dólares e iniciar la construcción de un muro fronterizo con México, está sacudiendo con fuerza telúrica los cimientos del sistema de gobierno de EU.
La “emergencia nacional” es una figura jurídica para casos de excepcional gravedad, que permite al gobierno de EU desviar a gastos extraordinarios fondos asignados por el Congreso para otros acápites sin pasar por trámites legislativos, como fue el caso de la crisis de los rehenes en Irán o los ataques terroristas del 11 de septiembre. Sin embargo, en esta ocasión Trump argumentó que la necesidad de construir el muro responde a “una crisis humanitaria y de seguridad” en la frontera con México que no se corresponde con la realidad.
Trump pretende desviar fondos del Pentágono y del Departamento del Tesoro por valor de 6,600 millones de dólares para la construcción del muro, cuyo gasto total se calcula en 20 mil millones de dólares, ignorando la decisión del Congreso. “Esto no es sobre el muro, sea lo que sea lo que cada uno piense sobre el muro: esto es sobre la Constitución de Estados Unidos”, aseguró la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, al exhortar a sus colegas republicanos a votar en favor de la resolución que frena la declaración de “emergencia nacional” decretada por Trump.
Pelosi acusó al presidente de usurpar el poder de una de las tres ramas del Gobierno: la legislativa, “algo que atenta contra la voluntad de los padres fundadores del país que no querían un rey sino un sistema de separación de poderes sometidos a control”, recordó Pelosi. La resolución en contra del estado de “emergencia”, fue aprobada la pasada semana en la Cámara Baja por 245 votos a favor (con 13 republicanos) y 183 en contra, asestando un revés legislativo al presidente Trump.
El próximo 15 de marzo le tocará al Senado, de mayoría republicana, votar la resolución. Trascendió que unos 10 senadores republicanos estarían en disposición de votar a favor de la resolución, superando los 51 votos necesarios de mayoría simple para revocar el decreto del presidente. Ello obligaría a Trump a usar por primera vez su capacidad de veto. Sin embargo una mayoría cualificada de 2/3 de ambas cámaras, puede aprobar la ley vetada por el presidente, aunque es algo difícil de lograr.
La arbitraria decisión trumpista no sólo afecta el histórico fundamento de los “Documentos Federalistas” de Alexander Hamilton, James Madison y John Jay, fundadores de la nación norteamericana sobre separación de poderes, controles y equilibrios establecidos por la Constitución de EU, sino que también sacude al Poder Judicial.
Una coalición de 16 Estados liderados por California y Nueva York registró el pasado 18 de febrero una demanda para revocar la “emergencia nacional” en un tribunal federal de San Francisco. La demanda sostiene que la decisión de Trump excede los poderes del Ejecutivo, viola la Constitución y desvía de manera ilegal fondos autorizados por el Congreso para ser gastados en otras partidas. La coalición de Estados rebeldes pide que la “emergencia nacional” sea declarada inconstitucional, porque viola la separación de poderes y la potestad exclusiva del Congreso para autorizar gastos. Finalmente la petición de los Estados solicita se prohíba permanentemente la construcción de un muro sin una específica partida presupuestaria del Congreso.
Con su caprichosa imposición al Congreso, Trump inicia un inédito camino político que pone a prueba la centenaria tradición democrática norteamericana, al mismo tiempo que siembra la semilla de una irreversible división dentro del Partido Republicano.