
Los apagones siguen afectando a los habitantes de la ciudad, quienes acusaron que las fallas en el servicio eléctrico persisten, pese a que se renovó el transformador principal hace más de un mes, tras una explosión.
El viernes, al menos dos colonias populares se vieron afectadas por cortes de energía prolongados.

Noticia Destacada
CFE invierte 511.6 millones mdp para subestaciones y mantenimiento de líneas eléctricas en Q. Roo
En la Terencio Tah, los residentes reportaron la interrupción desde la una de la tarde hasta pasadas las ocho de la noche, una situación similar se vivió en una parte del centro de Kantunilkín, donde el suministro de luz se cortó desde las tres de la tarde y se restableció hasta después de las ocho de la noche.
Ciudadanos expresaron su frustración por este nuevo episodio de fallas que se presenta a pesar de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) renovó hace poco más de un mes el transformador de la estación de Kantunilkín, el cual explotó y puso en evidencia la precariedad de la infraestructura local.
Los habitantes dieron a conocer que tenían la esperanza de que este cambio significara el fin de los apagones, pero la realidad demostró lo contrario, ya que persisten con la misma intensidad, dejando a la población en la incertidumbre y sin una explicación oficial sobre las causas de las interrupciones.
Habitantes de la ciudad expresaron que se sienten abandonados por la paraestatal, que no ha brindado una respuesta clara ni ha tomado acciones contundentes para solucionar un problema que afecta a miles de personas.
La ciudadanía hizo un llamado desesperado a la Comisión para que haga más eficiente su servicio, exigiendo un mantenimiento preventivo que evite estas crisis recurrentes.
Sin embargo, la indignación de los ciudadanos no se limita a la ausencia de luz, el descontento se agrava ante los incrementos en las tarifas eléctricas, que han alcanzado más del 100 por ciento en las últimas facturaciones bimestrales, aseguraron los afectados.
Los inconformes se quejaron de que se vean obligados a pagar tarifas exorbitantes por un servicio deficiente y errático.
Los lazarocardenses expresaron que los constantes apagones tienen un impacto directo en la vida diaria, electrodomésticos y aparatos electrónicos corren el riesgo de dañarse por los picos de voltaje, las familias no pueden conservar alimentos en sus refrigeradores, lo que representa una pérdida económica significativa.
Agregaron que las afectaciones son más frecuentes debido a las lluvias con tormenta eléctricas, como sucede cada año en el municipio y no sólo sufren los habitantes de la cabecera municipal, sino también de otras comunidades aledañas.