BBC Mundo.- Hashim, quien se inmoló en un hotel en la capital, Colombo, fundó un grupo islamista, el NTJ, que ahora ha sido prohibido.
La policía ha allanado la sede del grupo en la ciudad oriental de Kattankudy.
Los ataques apuntaron a iglesias y hoteles, matando al menos a 250 personas.
Los servicios religiosos de los domingos se cancelan en todo el país como medida de precaución.
Sin embargo, los feligreses de la capital se reunieron para orar en las afueras de San Antonio, que sufrió graves daños en los ataques.
El presidente y primer ministro del país asistieron a una ceremonia cristiana televisada.
Cuando entré en la casa donde los islamistas y sus familias fueron asesinados el viernes por la noche, el olor a muerte era insoportable.
Un pariente cercano de la familia del predicador radical Zahran Hashim me confirmó que el padre y dos hermanos de Hashim eran las personas que aparecieron en un video justo antes de suicidarse. Un oficial de policía en el sitio también dijo que se creía que la madre de Zahran Hashim también estaba entre las víctimas.
Las fuerzas de seguridad han estado realizando redadas en todo el país, pero esta casa de seguridad fue descubierta por casualidad, cuando el sospechoso propietario de la casa y la gente local alertaron a la policía.
Todos los días, la policía hace arrestos, toma armas, explosivos y material yihadista, lo que sugiere que el proceso de radicalización, por pequeño que sea, ha estado ocurriendo durante un período de tiempo. Si las agencias de seguridad se habían perdido esto, entonces es un fracaso colosal.
Las redadas en curso y el descubrimiento de armas y material están aumentando gradualmente las tensiones entre las comunidades. El dueño de un hotel dijo que estaba preocupada porque era católica. Los musulmanes dicen que están nerviosos por visitar las zonas de mayoría cingalés. Algunos gobiernos extranjeros han advertido que existe la posibilidad de nuevos ataques y, de ocurrir, las relaciones étnicas frágiles podrían verse más tensas.
¿Qué pasó el domingo de Pascua?
Sri Lanka ha estado en alerta máxima desde una ola de bombardeos coordinados el domingo pasado, que también hirió a más de 500 personas.
Los bombardeos apuntaron a las iglesias que estaban llenas para las vacaciones de Semana Santa, así como a los hoteles populares entre los turistas.
Además del Santuario de San Antonio, los bombarderos atacaron iglesias en Negombo y la ciudad oriental de Batticaloa, y hoteles en la capital, Colombo.
Si bien las autoridades han culpado a la NTJ por los ataques, dicen que deben haber recibido ayuda de una red más grande.
El grupo del Estado Islámico, que llevó a cabo ataques masivos contra civiles en París y otros lugares en los últimos años, dijo que estaba involucrado, pero no dio detalles.
¿Cómo se recuerda a las víctimas?
Los cristianos en Sri Lanka oraron en casa mientras el arzobispo de Colombo, el cardenal Malcolm Ranjith, celebró una misa televisada, a la que asistieron el presidente Maithripala Sirisena y el primer ministro Ranil Wickremesinghe.
Llamó a los ataques un "insulto a la humanidad" en el servicio, transmitido desde una capilla en su residencia.
"Hoy, durante esta misa, prestamos atención a la tragedia del domingo pasado y tratamos de entenderla", dijo.
"Oramos para que en este país haya paz, coexistencia y comprensión mutua sin división".
Decenas de personas se reunieron para el servicio público fuera de San Antonio, donde los monjes budistas se unieron a los sacerdotes católicos en una muestra de solidaridad con la comunidad cristiana.
Una multitud de personas observaba la iglesia fuertemente custodiada desde detrás de una barricada, con algunos himnos de canto y pasando rosarios por las manos.
Muchas encendieron velas y las colocaron en un memorial improvisado para las víctimas.
Las campanas de la iglesia sonaron a las 08:45 (03:15 GMT), el momento exacto en que un bombardero detonó su dispositivo hace una semana.
Las manos de su torre del reloj dañada todavía están atascadas en ese momento.