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Internacional

Los 60 de Casa

Por Marina Menéndez

Fotos: Lisbet Goenaga y archivo

Especial para Por Esto!

LA HABANA.— Otras veces ya se ha sentido así de profundo el “Yo me muero como viví” con que Silvio Rodríguez lanza al mundo el auto de fe de millones de cubanos, en su canción “El Necio”. Pero, en medio de la amenazante escalada hostil de Estados Unidos y el recrudecimiento de sus sanciones contra Cuba, tal convicción, coreada por cientos de personas bajo copioso aguacero, se revitalizaba en su carga de digna certeza.

Esa premisa, y la del amor sincero, señorearon la noche del viernes en el concierto número 101 del querido trovador por los barrios habaneros.

La ocasión tenía, además, ribetes que singularizaron e hicieron especialísima la entrega, a la que acudió el mismísimo Presidente Miguel Díaz-Canel, quien tatarareó alguna canción como el cubano que es, comprometido y feliz, y soportó el agua, igual que todos: faltaban 48 horas para que se cumplieran los 60 años de una de las instituciones cubanas más conocidas y más queridas en la región.

Justamente hoy está entrando en la tercera edad la Casa de las Américas.

Hecho en su honor y frente a la fachada del edificio que la acoge, en las calles G y 3ª, el concierto tuvo mucho de homenaje a los fundadores de esa institución, que no sólo lanzó y consiguió estrechar los lazos de los pueblos latinoamericanos y caribeños con Cuba, a la que la prepotencia imperial quiso dejar aislada y sola desde el mismo triunfo revolucionario de 1959.

Además, Casa de las Américas ha contribuido a catapultar al mundo a los intelectuales irredentos de América; esos a los que el poder mediático invisibiliza y a quienes la Doctora Graziella Pogolotti, ilustre intelectual cubana coprotagonista de aquellos tiempos, calificó recientemente como “la auténtica alternatividad” a la que Casa de las Américas brindó apoyo; “aquella que anda a contracorriente del poder hegemónico y subsiste en la precariedad material, silenciada por los medios de comunicación dominantes”.

Todo ello flotaba en el ambiente mientras cantaba Silvio. Atento con los espectadores que permanecían bajo la lluvia, el artista preguntó más de una vez a los presentes si se detenía. Pero el público, incólume bajo los paraguas o sin ellos, le pedía que siguiera…

Transcurrieron así cerca de dos horas durante las cuales se escucharon esos temas antológicos del cantautor que han estremecido los corazones de millones de hombres y mujeres en constantes recorridos de la guitarra y la voz de Silvio por Latinoamérica; aunque en algunos sitios como Paraguay él fuera, incluso, un intérprete prohibido durante la dictadura de Alfredo Stroessner porque se le consideraba subversivo... Como subversivo, seguro, fue escucharle decir en Chile “Yo pisaré las calles, nuevamente, de lo que fue Santiago ensangrentada”, porque el general Augusto Pinochet todavía la ensangrentaba.

Era imposible evitar que tales pensamientos me rondaran con Silvio cantándole a ese surtidor de cultura y, por ende, de justicia, que ha sido Casa; una institución donde, por demás, nació Silvio como artista, y esa pléyade de cantautores tan jóvenes entonces, que se erigieron a partir de ahí como los fundadores: la primera generación de la Nueva Trova.

Por eso, al subir al escenario, él se consideró honrado de cantarle a Casa, y destacó la trascendencia de ese espacio, simbolizado en el recuerdo de las personas que le dieron vida: aquellas que animaron, fundaron y echaron pa’lante lo que él llamó “una idea latinoamericanista profundamente martiana”.

Cultural y política

Hablar de Casa de las Américas y sus años fundacionales lleva a pensar, obligadamente, en Haydée Santamaría, una de las dos mujeres asaltantes al cuartel Moncada, acción con la que el Movimiento 26 de Julio se dio a conocer y anotó el primer triunfo político —aunque fracaso militar—en 1953.

Fue ella la fundadora y primera presidenta de Casa de las Américas, nacida apenas unos meses después del triunfo de la Revolución para una labor que, vista desde esta distancia, se aprecia gigantesca, como evoca Pogolotti.

“(…) El país vestía ropajes nuevos. La deuda con el pasado era inmensa. Simultáneamente, la impaciencia por hacer y el impulso creador contenido se desataron en todas las direcciones. Se rediseñaba y se expandía la educación y se abrían nuevos cauces para la cultura. La visión resultaba integral e integradora. A la necesaria cohesión interna se añadía el proyecto de afianzar la siempre soñada unidad latinoamericana”.

Casa contribuyó a ese propósito con creces. Por eso su labor no se constriñe al marco de la cultura y del arte, sino que influencia la política.

La pasión revolucionaria, la audacia, la inteligencia, la sensibilidad y el don para dirigir que asistieron a Haydée —como la dibujó hace muy poco el actual director, Roberto Fernández Retamar— se hicieron visibles desde los primeros pasos que dio Casa; sobre todo, a partir de la instauración del Premio literario que ha catapultado a tanto escritor y poeta: un proyecto que está vivo hasta hoy como referente.

Nombres consagrados al paso de los años como los de los uruguayos Mario Benedetti y Carlos Galeano; el del guatemalteco Manuel Galich, el argentino Julio Cortázar, el salvadoreño Roque Dalton y el del colombiano más laureado, Gabriel García Márquez, están ligados al nacimiento y el desarrollo de esta institución, sin contar a cubanos de la talla de Alejo Carpentier y José Soler Puig.

Pero Casa también ha promovido la plástica, el teatro, la música y la sociología así como la investigación cultural, literaria y artística, mientras divulga la obra de las noveles promesas latinoamericanas y caribeñas mediante publicaciones entre las que sobresalen dos títulos antológicos: las revistas Casa de las Américas y Honda.

La medida de su trabajo como ente informativo y patrimonial la puede dar su biblioteca, donde se guardan colecciones contentivas de más de 126,000 volúmenes de libros, 136,000 fascículos de publicaciones periódicas, y un archivo que sobrepasa las 3,000 carpetas sobre personalidades y temas relacionados con América Latina y el Caribe…

Talleres, concursos y diverso tipo de encuentros han matizado también su quehacer, que arrancó con la inauguración en julio de 1959 aunque su nacimiento formal ocurrió el 28 de abril de ese año, cuando el Gobierno Revolucionario firmó la Ley 299, que la dio por creada.

…Ese es el feliz aniversario que Cuba y Latinoamérica y el Caribe celebran hoy.

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