HOUSTON, EE.UU., 20 de mayo (AP).- Un guatemalteco de 16 años falleció el lunes luego de haber estado detenido por los agentes fronterizos de Estados Unidos durante seis días, el doble de tiempo de lo que la ley federal generalmente permite, y tras ser transferido a otro centro de detención incluso cuando le habían diagnosticado influenza.
El adolescente, identificado por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) como Carlos Gregorio Hernández Vázquez, fue el quinto menor migrante de Guatemala que muere después de ser detenido por los agentes fronterizos desde diciembre.
Activistas exigieron que el gobierno del presidente Donald Trump actúe para salvaguardar las vidas de los menores que están detenidos en una época en que hay un aumento en los cruces fronterizos y la Patrulla Fronteriza mantiene detenidas a miles de familias en instalaciones, campamentos y espacios al aire libre sobrepoblados.
“Todos deberíamos estar indignados y exigir que aquellos que fueron responsables de su bienestar rindan cuentas”, dijo Efrén Olivares, abogado del Texas Civil Rights Project, un organismo activista.
“Si fueran niños blancos los que estuvieran muriendo a este ritmo, la gente estaría alarmada”, comentó. “Vemos este desprecio insensible para los niños morenos y de habla hispana”.
John Sanders, el comisionado interino de la CBP, dijo en un comunicado que su agencia “lamentaba la trágica pérdida de este joven y enviamos nuestras condolencias a su familia”.
“La CBP está comprometida con la salud, seguridad y trato humano de aquellas personas bajo nuestra custodia”, comentó Sanders.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza dijeron que Hernández Vázquez fue detenido en el Valle del Río Grande el 13 de mayo tras cruzar la frontera de manera ilegal. Fue llevado a un centro de procesamiento de la agencia ubicado en McAllen, Texas, que anteriormente servía como almacén y donde cientos de adultos y niños están detenidos en grandes corrales cercados y duermen sobre colchonetas.
La ley federal y las directrices de la CBP generalmente requieren que los jóvenes que viajan sin compañía de un adulto sean transferidos a una instalación operada por el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) en un lapso de 72 horas.
Un funcionario de la CBP, que pidió guardar el anonimato para poder hablar con los reporteros, dijo que Hernández Vázquez esperaba ser puesto bajo custodia del HHS el jueves, tres días después de su detención.
Al momento de su muerte, se suponía que el guatemalteco iba a ser enviado a la Casa Padre de la organización activista Southwest Key, una instalación con capacidad para 1.400 personas dentro de un viejo Walmart de Brownsville, Texas, señaló el funcionario.
Mark Weber, portavoz del HHS, no indicó la razón por la que el adolescente no fue transferido antes, pero señaló que una “minoría de casos que superaron las 72 horas generalmente han involucrado circunstancias excepcionales”.
La CBP indicó que Hernández Vázquez les dijo a las autoridades el domingo por la mañana que se sentía mal y una enfermera le diagnosticó influenza.
Le recetaron el medicamento Tamiflu y posteriormente lo llevaron a la estación de la Patrulla Fronteriza en Weslaco, Texas, para evitar que su gripe se propagara a otros detenidos.