EE.UU. culpó a Irán en reunión de emergencia del Consejo de Seguridad
VARIAS CAPITALES, 13 de junio (EFE/AFP/AP/ REUTERS).- El ataque a dos buques cisterna en el estrecho de Ormuz, un mes después del supuesto sabotaje de cuatro barcos en la misma zona, ha vuelto a aumentar la temperatura en una región que vive en tensión desde hace semanas mientras los precios del petróleo experimentaban fuertes alzas.
Dos barcos, uno propiedad de un armador noruego y otro japonés, sufrieron hoy impactos y explosiones mientras salían del estrecho de Ormuz a unas 30 millas de la costa iraní.
A primera hora del día, el comando la V Flota de Estados Unidos, con base en Baréin, confirmó que estaba prestando “asistencia” a dos buques “atacados”, tras recibir dos llamadas de socorro.
El Pentágono informó posteriormente de que envió a la zona al “USS Bainbridge”, un destructor de la clase Arleigh Burke con misiles guiados.
Sin embargo, un buque iraní salvó a los 23 tripulantes de una nave y los 21 de la otra, y los condujo al puerto de Jask, en la provincia iraní meridional de Hormozgan.
Irán indicó haber enviado un helicóptero desde Bandar-e Jask a los navíos para “seguir investigando” el caso.
El director general de los puertos de esa región, Alahmorad Afifipur, explicó que el primer carguero, de nombre Front Altair, se incendió a 25 millas del puerto de Jask.
De acuerdo con la información facilitada por la autoridad marítima de Noruega, se registraron tres detonaciones en el “Front Altair”, un buque que pertenece al armador noruego Frontline y que navega con bandera de Islas Marshall.
El capitán del barco, que había partido de Catar con destino a Taiwán, ordenó a la tripulación que abandonara el barco debido al fuego, según Afifipur, citado por la agencia oficial IRNA.
El segundo carguero, el “Kokuka Courageous”, un buque cisterna que navegaba con rumbo a Tailandia y posteriormente a Singapur bajo bandera panameña, y que pertenece a la empresa japonesa Kokuka Sangyo, sufrió el incidente a unas 30 millas de Jask.
Directivos de la firma nipona dijeron en Japón que la embarcación, que transportaba 25,000 toneladas de metanol, recibió un primer impacto a babor y los tripulantes intentaron apagar un fuego que se había declarado en la sala de máquinas.
Tras un segundo impacto, también a babor, el capitán dio orden de abandonar el buque y sus 21 tripulantes, de nacionalidad filipina, fueron rescatados por la embarcación iraní.
Las autoridades de Japón no han precisado quién puede estar detrás de este ataque ni se ha confirmado que haya víctimas.
Contra Irán
El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, acusó a Irán de estar detrás de los presuntos “ataques” contra los cargueros en aguas del golfo de Omán.
“La valoración del Gobierno de Estados Unidos es que la República Islámica de Irán es responsable de los ataques ocurridos hoy en el golfo de Omán”, acusó Pompeo en una breve comparecencia ante los medios de comunicación en el Departamento de Estado.
El incidente coincide con la presencia en Teherán del primer ministro japonés, Shinzo Abe, quien celebró este jueves una reunión inédita con el guía supremo, Alí Jamenei, y ayer, con el presidente iraní, Hasan Rohaní.
Rohaní aseguró que su país no va a iniciar una guerra con EE.UU., pero Abe le pidió además que tenga “un papel constructivo” e instó a evitar “un choque accidental” en Oriente Medio.
Hace exactamente un mes, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita denunciaron el sabotaje de cuatro buques en el Golfo Pérsico señalando de manera más o menos explícita que Irán podía estar detrás de los incidentes.
Escala tensión
El asunto llevó a una escalada de tensión en la zona con la decisión del Gobierno estadounidense de desplazar hasta allí el buque de asalto anfibio “USS Arlington” y el portaaviones “USS Abraham Lincoln”.
Finalmente, tras varias semanas y una cumbre regional organizada por Arabia Saudita para denunciar las supuestas maniobras de Irán en la región, Washington dio por conjurado el riesgo de nuevos ataques en la zona.
Sin embargo, los incidentes de hoy amenazan con volver a calentar los ánimos, además de generar turbulencias en los mercados.
El petróleo se disparó a primera hora del día. El barril de Brent subió un 3,22% frente al precio de apertura, situándose en 60,62 dólares, y el barril de Texas escalaba un 3,03% (1,55 dólares) cotizando a las 09:05 hora local (13:05 GMT) en 52,69 dólares.
“La tensión en Oriente Medio es alta y los ataques contra los dos buques todavía ha exacerbado más la situación, aunque no parece que haya habido daños”, dijo John Hall, presidente de la consultora británica Alfa Energy.