PANMUNJOM, Corea del Sur, 30 de junio (AFP/EFE/REUTERS).- Donald Trump y el líder norcoreano Kim Jong Un volvieron a escribir el domingo una página de la historia, al saludarse ambos con importante apretón de manos en la Zona Desmilitarizada (DMZ), que separa las dos Coreas desde el final de la guerra de Corea (1950-53).
El mandatario estadounidense se convirtió con su gesto en el primer presidente de Estados Unidos en pisar suelo norcoreano, un encuentro que permitió reactivar las negociaciones sobre el programa nuclear.
Más de un año después de su primera cumbre en Singapur, los dos dirigentes se reunieron de nuevo, esta vez en un lugar emblemático, la Zona Desmilitarizada (DMZ), que separa las dos Coreas desde el final de la guerra de Corea (1950-53).
Acompañado por el líder de Pyongyang, vestido con su tradicional traje Mao gris antracita, el magnate estadounidense cruzó la línea de demarcación que materializa la frontera y dio varios pasos en territorio norcoreano, antes de dar media vuelta.
Kim ya cruzó la frontera hacia el Sur el año pasado para su primera cumbre en la DMZ con el presidente surcoreano, Moon Jae-in.
Nuevas negociaciones
Tras una reunión de unos 45 minutos en el sector surcoreano de la DMZ, Trump acompañó a Kim Jong Un hacia su país, esta vez junto al presidente de
Corea del Sur Moon Jae-in. Estaba previsto que el encuentro durara unos 15 minutos.
Trump se dirigió luego a la prensa y anunció que había invitado al líder norcoreano a Estados Unidos, pero sin precisar la fecha. “Esto se hará en algún momento”, se limitó a comentar.
A corto plazo, el magnate también anunció que los equipos negociadores de Estados Unidos y de Corea del Norte reanudarán sus discusiones sobre el programa nuclear de Pyongyang “en las próximas dos o tres semanas”.
Horas después del encuentro, el dirigente estadounidense partió de Corea del Sur rumbo a Estados Unidos. El avión Air Force One despegó a las 10:00 GMT (19:00 hora local) con destino a Washington.
Pregunta y respuesta
“Le dije: ‘¿Quiere que cruce la línea?’”, dijo Trump, “Me sentiré muy honrado si lo hace”, respondió Kim.
Verdaderamente no sabía lo que iba a decirme”, testimonió el presidente estadounidense tras haber acompañado a Kim a su país, al término de una reunión que duró en total algo más de una hora bajo un cielo gris.
Según una disposición adoptada por su administración, los ciudadanos estadounidenses no están autorizados a visitar Corea del Norte.
Donald Trump envió, sin embargo, una invitación por Twitter a Kim Jong Un para verlo en la Zona Desmilitarizada, la famosa “DMZ” que separa a las dos Coreas.
El inquilino de la Casa Blanca aseguró que no sabía si Kim iba a responder presente cuando publicó su tuit. “Si no hubiese venido, la prensa no me hubiera perdonado”, afirmó.
Esta invitación de último minuto fue juzgada “interesante” el sábado por un alto responsable de Pyongyang, pero hubo que esperar hasta mitad de la jornada del domingo para que el encuentro sea confirmado oficialmente por... Corea del Sur, un poco más de tres horas antes de que tuviese lugar.
Demócratas, escépticos
Varios candidatos a las primarias demócratas para las elecciones presidenciales de Estados Unidos comentaron el domingo con escepticismo la reunión entre Trump y Kim, que percibieron más como una “sesión fotográfica” que como un avance real hacia la desnuclearización norcoreana.
“No veo problemático reunirse con Kim Jong Un en Corea del Norte o en otro sitio. Si podemos desembarazarnos de las armas nucleares (norcoreanas) será muy bueno”, dijo a la ABC el senador independiente por Vermont, Bernie Sanders.
Pero “no quiero que se trate simplemente de una sesión fotográfica. ¿Qué sucederá mañana y pasado mañana”, añadió.
Sanders, que se define como “socialista”, manifestó también su preocupación por las “increíbles incoherencias” del presidente republicano, que ha “debilitado” a la diplomacia estadounidense. “Debemos avanzar a nivel diplomático, no sólo posar para unas fotos”, destacó.
“No sabremos si esto funciona hasta que no haya resultados”, dijo a su vez a CNN la senadora por Minnesota Amy Klobuchar, y agregó que no observa un “camino claro” para continuar las negociaciones con Pyongyang.
“Por supuesto, como país queremos que funcione”, comentó.
“Soy siempre favorable a hablar con nuestros adversarios, a abrir canales diplomáticos”, declaró, también en CNN, Julian Castro, pero criticó la perspectiva “errática y desordenada” de Trump en las discusiones con Kim, que “hasta ahora han fracasado”.
“No estoy seguro de saber por qué este presidente quiere promover con tanto ahínco a un dictador como Kim Jong Un cuando (éste) no ha cumplido con las promesas que realizó” en Singapur, dijo el ex alcalde de San Antonio.
La reunión de último minuto entre ambos presidentes en la DMZ, la zona desmilitarizada que separa a las dos Coreas, simboliza el carácter de Trump, señaló Castro: “Es puro espectáculo, algo simbólico, sin sustancia”.