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Internacional

La hispanidad

Tal vez América Latina se americanice antes de que Estados Unidos se vuelva hispano, aunque lo más probable es que no ocurra lo uno ni lo otro.

En milenios de historia, pocas nacionalidades han sido absorbidas. Los pueblos sometidos en la antigüedad no se romanizaron ni se hicieron otomanos, el Reino Latino de Jerusalén no convirtió a árabes e islámicos al cristianismo. Los moros que por seis siglos poblaron la península Ibérica no transformaron la hispanidad y Puerto Rico no se ha vuelto estadounidense. Los procesos de interacción y transferencias culturales son plétoras de misterios.

En Hispanoamérica viven unos 400 millones de hispanos y en España hay 47 millones. En Estados Unidos se encuentran unos 59 millones (18 por ciento de la población) de los cuales 36 millones nacieron allí. Los datos no mienten. En Estados Unidos viven más hispanos que en España, son como los llamó Carlos Fuentes, “Otra hispanidad”. En California son mayoría y, al cabo de veinte años, en Los Angeles habrá más hispanos que en Madrid.

Aunque existen reservas con las identidades colectivas y en ocasiones se duda de ellas, comprendo que, por razones conocidas, la hispanidad se vive de modo diferente en cada lugar. En España, que puede llamarse reino o estado, pero no nación, las divisiones culturales son trascendentales. En esa mal soldada unidad estatal construida por los reyes católicos en épocas de la reconquista y reforzada por Franco, la democracia ha revelado enormes abismos.

Entretanto en Iberoamérica, más allá de aspiraciones, ideales y retórica el hecho de haber sido colonias de la misma metrópolis, hablar la misma lengua y contar con próceres que auspiciaron luchas regionales, no ha consolidado una identidad continental. De hecho, la idea más avanzada de los últimos tiempos que promovió la “unidad en la diversidad” ha sido retada por los retrocesos políticos en la región.

De los casi 60 millones de hispanos y descendientes que viven en Estados Unidos, los 35 millones de mexicanos y sus retoños forman una abrumadora mayoría, seguidos de lejos por cinco millones de puertorriqueños, dos millones de cubanos y salvadoreños, 1.7 millones de dominicanos y 1.3 millones de guatemaltecos. El capítulo de “otros” suma 14.2 millones.

Los diez estados de Estados Unidos con mayor población hispana son: California, Texas, Nueva York, Illinois, Arizona, Nueva Jersey, Colorado, Nuevo México y Georgia. Según datos oficiales aportados por el censo de 2015, la población de origen hispano en California, que asciende a 14.99 millones, es mayoritaria superando a los no hispanos.

Los hispanos, aunque son los más pobres, trabajan en las más duras condiciones y tienen menos oportunidades educativas y sanitarias, son más saludables y viven más (aunque no mejor) que los blancos no hispanos y su esperanza de vida es mayor que la del resto de la sociedad. Ello se explica por que son más jóvenes. Con casi 18 millones de personas con menos de 18 años son la minoría más joven del país.

Según cifras de la Oficina del Censo, en Estados Unidos hay por lo menos dos millones trescientas mil empresas propiedad de hispanos, son las de más rápido crecimiento y generan un Producto Bruto Interno superior a 2.13 billones de dólares.

El Dr. Franklin Chang Díaz, nacido en Costa Rica, fue el primer hispano en volar al espacio como investigador de la NASA, luego lo hicieron otros 15 astronautas latinos, entre ellos una mujer de origen cubano. En Estados Unidos los hispanos no solo aportan a la prosperidad del país, sino que luchan y mueren por él.

Según el Departamento de Defensa, en las fuerzas armadas de los Estados Unidos sirven casi doscientos mil hispanos y desde que, en 1863, durante la Guerra Civil, Joseph H. De Castro, soldado del Ejército de la Unión se convirtió en el primer hispano en merecer la Medalla de Honor, otros 43 han recibido la misma distinción, la más alta condecoración que otorga el gobierno de Estados Unidos.

Veinticinco de estas medallas han sido concedidas a título póstumo. El odio de racistas y supremacistas que convierte a los hispanos en blancos para sus armas, no puede ocultar lo brillante de su desempeño

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