WASHINGTON, EE.UU., 30 de agosto (AFP).- Las autoridades estadounidenses están investigando más de diez muertes sospechosas en un hospital para exmilitares, dos de las cuales fueron rotuladas como homicidios después de que las autopsias revelaron inyecciones de insulina inexplicables.
El inspector general del departamento de Asuntos de Veteranos, Michael Missal, informó que su oficina estaba trabajando con la policía federal para “investigar las denuncias de posibles irregularidades que resultaron en muertes de pacientes en el centro médico Louis A. Johnson VA en Clarksburg, Virginia Occidental”.
Personas en esa institución han sido aparentemente “víctimas de un crimen”, dijo el secretario de VA Robert Wilkie a Fox News, y agregó que esperaba que la investigación concluya rápidamente.
Uno de los senadores estadounidenses de Virginia Occidental, el demócrata Joe Manchin, dijo que su oficina se enteró de la investigación en julio de 2018, después de que médicos informaron que ocho pacientes tenían niveles inusualmente bajos de azúcar en la sangre sin razón médica aparente.
Manchin dijo que la pesquisa se estaba centrando en una “persona de interés” que ya no tiene contacto con pacientes en el hospital.
A mediados del año pasado, autopsias de al menos dos pacientes de 80 años que murieron con un día de diferencia en abril de 2018 mostraron que habían recibido inyecciones de insulina que no necesitaban. Sus muertes fueron luego declaradas homicidios, informaron medios locales.
La insulina se usa para tratar la diabetes pero es peligrosa para quienes no padecen la afección, ya que reduce los niveles de azúcar en la sangre y, si se administra incorrectamente, puede provocar un coma o incluso la muerte.