Síguenos

Internacional

La guerra. Una invención estúpida

Jorge Gómez Barata

Tienen razón las autoridades iraníes al argumentar que las situaciones extremas suelen dar lugar a eventos desafortunados como el derribo por error del Boeing 737-800 de Ucrania, abatido por un misil en Teherán. Sucesos como ese han ocurrido por decenas, unos por error, otros no han sido esclarecidos, y los hay que constituyeron acciones terroristas crueles y premeditadas.

Entre las operaciones terroristas contra aviones de pasajeros en vuelo figura el derribo mediante una bomba de un avión DC-8 de Cubana de Aviación en ruta de Barbados a La Habana, que el 6 de octubre de 1976 estalló en pleno vuelo, ocasionando la muerte de 73 personas. Los autores intelectuales confesos fueron los connotados terroristas Luis Posada Carriles y Orlado Bosch, quienes se refugiaron en Miami, donde encontraron protección.

El derribo que recibió mayor publicidad fue el Boeing 747 de Korean Air con 269 personas a bordo que volaba entre Nueva York y Seúl, y que el 1 de septiembre de 1983 fue abatido por cazas soviéticos cuando, por error, ingresó en el espacio aéreo de la URSS, la cual alegó que la nave civil cumplía tareas de espionaje.

En orden de relevancia publicitaria sigue el aparato de Pan Am que cubría la ruta Londres-Nueva York, que el 21 de diciembre de 1988 explotó sobre la localidad escocesa de Lockerbie, causando la muerte de 270 personas. En 2002 el gobierno de Libia se responsabilizó con la acción terrorista.

Menos publicidad recibió el incidente del crucero USS Vincennes de Estados Unidos, que en julio de 1988, por equivocación, derribó un Airbus de Irán Air en ruta de Teherán a Dubái, matando a los 290 ocupantes. Según Estados Unidos el buque confundió la nave de pasajeros con un F-14 iraní. En 1996 Estados Unidos reconoció la responsabilidad y resarció a los familiares.

El 21 de febrero de 1973 un Boeing 727-200 de Libyan Airlines que volaba sobre Egipto, por error ingresó en los cielos de Israel, donde fue derribado por cazas de ese país. Murieron 108 personas.

El siglo XXI ha comenzado con pésimos augurios para la aeronáutica. El

17 de julio de 2014 un Boeing de Malaysia Airlines que cubría la ruta Ámsterdam-Kuala Lumpur-Malasia, fue abatido por un equívoco sobre Ucrania, ocasionando la muerte de 298 personas. Paradójicamente, un avión ucraniano acaba de ser derribado sobre Teherán. Esta vez murieron 176 personas.

El accidente se debió a una tensión extrema y a una desafortunada cadena de errores. Con las defensas antiaéreas en alerta máxima, las autoridades no realizaron las advertencias debidas al tráfico aéreo, otro elemento negativo fue la falta de aviso o impericia de las baterías, que no lograron diferenciar un despegue de una aproximación, mientras el tercer problema se refiere a que los radares de las baterías de misiles TOR, solo alcanzan 20 kilómetros dejando a los operadores un margen de unos 20 segundos para esclarecer si se trataba de un misil o un avión. Según las autoridades de Irán, los antiaéreos no pudieron comunicar con su jefatura y ordenaron ¡fuego!

En circunstancias como las vigentes en la zona, los gobiernos y estados mayores emiten alertas generales, que en ocasiones incluyen la orden de disparar contra blancos aéreos. Lo que siempre se omite, es que los políticos y los generales que dan las órdenes, no están en las baterías que son manejadas por bisoños tenientes y capitanes, y a veces por reclutas.

Ahora y siempre, con justicia o sin ella, se podrán individualizar las culpas, y los presuntos responsables pueden ser castigados. Además de que eso no atenuará el dolor, el verdadero culpable es la guerra, la más estúpida de las invenciones humanas.

Siguiente noticia

EE.UU. está pendiente de Pelosi para iniciar el juicio político contra Trump