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Internacional

Trump acerca al mundo a una conflagración

“El asesinato selectivo del general iraní Ghassem Soleimani, a quien sus partidarios y muchos analistas independientes atribuyen la estatura de esos héroes que al caer en combate ascienden al Olimpo de los inmortales, lejos de revalidar el poderío de Estados Unidos en el Oriente Medio prueba su desesperación y ausencia total de talento para la conducción de la nación del presidente Donald Trump, quien ese día dio un salto al vacío que abrió un compás de espera desesperante para el contragolpe prometido por Irán para hacerle justicia a su hijo pródigo”.

Así puede resumirse la valoración del periodista cubano Leonel Nodal, especialista en temas políticos del Medio Oriente, acerca del asesinato ordenado por el presidente de Estados Unidos Donald Trump, líder de la Fuerza Quds y segunda persona más poderosa de Irán, mediante un ataque con drones que tuvo lugar en las afueras del aeropuerto de Bagdad, en Irak.

Siendo candidato a la primera magistratura de su país, Trump había prometido poner fin a las guerras interminables en Medio Oriente y regresar a los soldados estadounidenses a casa. Ningún analista es capaz de explicar cómo encaja esta voluntad con el ataque contra el General Soleimani dispuesto por Trump, según una presuntuosa confesión suya propia.

Ni siquiera se trata de una interpretación del eslogan de Trump “América primero”, que en verdad sólo expresa su objetivo para las relaciones económicas internacionales de Estados Unidos porque la política exterior yanqui se muestra con ello sujeta a los arranques emocionales de un presidente impredecible, manipulado por sus asesores y partidarios neoconservadores extremistas embriagados de poder que han sido sus asistentes desde que llegó a la Casa Blanca su orate jefe y cuya única explicación a la prensa para el asesinato ha sido “porque en este momento podíamos hacerlo…”.

Junto con el General Soleimani, jefe de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria iraní, fueron asesinados Abu Mahdi al Muhandis, Comandante militar iraquí líder de las Fuerzas de Movilización Popular y una decena de figuras importantes de ambos países.

Fue un acción terrorista, que devino acto de burda provocación alentada por Israel cuyo nombre casi nunca aparece en los análisis noticiosos, pese a que se trata se un grave caso de violación de la soberanía iraquí y, dado que el General Soleimane es un alto funcionario del Estado de Irán, gozaba de inmunidad diplomática garantizada por todos los tratados antiterroristas firmados por Estados Unidos.

Según un comentario de la periodista Barbara Wesel, de la agencia alemana de noticias (DW), el 6 de enero, Europa se está viendo nuevamente obligada a solidarizarse con las absurdas decisiones unilaterales del presidente de Estados Unidos, sin que hubiera sido previamente informada de la letal operación criminal en curso. Con ello Europa se ha visto nuevamente atrapada en los enredos de Trump y no puede liberarse por su propia cuenta.

Para los europeos, “todas las ilusiones de que podría llegarse a una cooperación racional en política exterior con Washington se esfumaron hace mucho tiempo”. Enfatizan su impotencia las cínicas acotaciones del secretario de Estado Mike Pompeo, quien acusa a los europeos de no brindarle el debido apoyo a Washington en el Medio Oriente. ¿Qué pensarán ahora después de la muerte de Soleimani?¿Tendrá Europa que enviar una vez más tropas suyas para una guerra liderada por los Estados Unidos en el Oriente Medio? Esto es muestra evidente de que las locuras de Pompeo y Trump hacen aún más inquietante la peligrosa situación”, escribe la periodista de Deutsche Well.

Los europeos no tienen prácticamente ninguna posibilidad de mediar en este conflicto, pero consideran que tienen que intentarlo y la amenaza de una guerra abierta incrementa la urgencia de reforzar sus esfuerzos diplomáticos.

Según criterio de los especialistas, los europeos se muestran débiles e indefensos cuando recomiendan una reducción de las tensiones cuando, al mismo tiempo Estados Unidos, su supuesto socio, hace todo lo posible por agravar las situaciones de peligro.

Teherán ha declarado que planea un contraataque y se estima de su impacto dependerán las características de una escalada que parece inevitable.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borell, fue quien primero contactó al canciller iraní en una reunión dedicada a tratar sobre la crisis europea, donde Teherán anunció el fin de su compromiso de no enriquecer uranio, contraído en virtud del acuerdo nuclear que Alemania, Francia y Gran Bretaña negociaron y que mantuvieron vigente el año pasado, dice Barbara Wesel.

*Este artículo se puede reproducir citando al periódico POR ESTO! como fuente

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