Tras dos jornadas de negociaciones, los gobiernos de Estados Unidos y Ucrania afirmaron que cualquier avance hacia un eventual acuerdo de paz en la guerra con Rusia está condicionado a que el Kremlin muestre un compromiso “serio y tangible” con la desescalada.
La declaración se dio en el marco de la sexta reunión entre los enviados estadounidenses Steve Witkoff y Jared Kushner, y el secretario de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano, Rustem Umerov, así como el jefe del Estado Mayor General, Andriy Hnatov.
A través de su cuenta oficial en X, Witkoff señaló que el fin de la guerra y la adopción de medidas creíbles de alto al fuego son requisitos indispensables para evitar una nueva agresión y permitir la implementación del “plan integral de desarrollo” para Ucrania.
El representante estadounidense insistió en que cualquier acuerdo a corto plazo depende enteramente de que Moscú “detenga la escalada y las matanzas”.
Delegación de Trump presentó avances a Putin, pero el Kremlin no cede
Antes de esta nueva ronda de contactos, Witkoff y Kushner viajaron a Moscú para presentar a Vladímir Putin los resultados de las conversaciones previas con Ucrania.
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Sin embargo, tras ese encuentro, el presidente ruso reiteró que no renunciará a sus ambiciones territoriales, lo que incluye mantener sus exigencias sobre la región del Donbás y su postura respecto a las zonas ocupadas.
El mes pasado, la administración de Donald Trump presentó un plan de paz que incorporaba varias de las demandas rusas, entre ellas:
- Reducción significativa del Ejército ucraniano.
- Retiro de fuerzas ucranianas de todo el Donbás.
- Compromiso de Kiev de no ingresar a la OTAN.
- Prohibición de despliegue de tropas aliadas en territorio ucraniano tras un eventual acuerdo.
Aunque el plan fue discutido entre las partes, las posiciones siguen distantes. Kiev ha insistido en que no aceptará condiciones que vulneren su soberanía ni cedan territorio a Moscú.
Perspectivas: sin señales de Moscú, el proceso permanece estancado
Pese a la presión diplomática y al involucramiento directo del gobierno estadounidense, la ausencia de gestos concretos de Rusia mantiene el proceso en un punto crítico.
Para Washington y Kiev, cualquier diálogo futuro dependerá exclusivamente de que el Kremlin muestre voluntad real para frenar las hostilidades.
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