
La expresidenta de Nicaragua, Violeta Barrios de Chamorro, falleció este sábado 14 de junio en San José, Costa Rica, a los 95 años, según confirmó su familia en un comunicado.
Reconocida por ser la primera mujer presidenta elegida por voto popular en América, su legado político ha sido símbolo de resistencia democrática en la región.
La familia Chamorro Barrios —integrada por Pedro Joaquín, Claudia Lucía, Cristiana y Carlos Fernando— informó que la exmandataria murió “en paz, rodeada del cariño y amor de sus hijos” y bajo el cuidado de personal médico especializado, tras varios años de enfermedad derivados de un accidente cerebrovascular que sufrió hace siete años.
Violeta Chamorro pasó sus últimos años de vida en Costa Rica, país que la acogió desde 2023, ante el deterioro de su salud.

Noticia Destacada
Fallece el papa Francisco a los 88 años: el Vaticano inicia el cónclave para elegir a su sucesor
Sus restos, anunciaron sus hijos, descansarán provisionalmente en San José hasta que Nicaragua “vuelva a ser República” y pueda ser honrada en su país natal en condiciones de libertad y democracia.
Nacida el 18 de octubre de 1929 en Rivas, Chamorro alcanzó la presidencia en 1990, al obtener el 54.7 por ciento de los votos como candidata de la Unión Nacional Opositora (UNO), una coalición de 14 partidos.
En una de las elecciones más históricas del continente, derrotó al entonces presidente Daniel Ortega, exguerrillero sandinista que buscaba la reelección, marcando un parteaguas en la transición democrática de Nicaragua.
Viuda del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, asesinado en 1978 por órdenes del régimen somocista, “Doña Violeta” se convirtió en un ícono de la lucha pacífica por la democracia y el fin de las dictaduras en América Latina. Su mandato (1990-1997) fue clave en la reconstrucción institucional del país tras años de guerra civil.
El pueblo nicaragüense y diversas figuras internacionales han expresado su pesar por la muerte de una de las mujeres más influyentes en la historia política de la región. Su legado, afirman sus hijos, “vivirá en el corazón de quienes luchan por una Nicaragua libre”.
IO