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Migrantes centroamericanos derribaron una valla fronteriza y corrieron hacia territorio mexicano, pero fueron reprimidos y replegados por la Policía Federal, que les lanzó gases lacrimógenos y utilizó equipo antimotines.
Los miles de migrantes de Honduras de la caravana que el sábado salió de San Pedro Sula saltaron el cordón policial e ingresaron a México, donde fueron recibidos con gases lacrimógenos. “Estamos huyendo de la violencia y llegamos aquí solo para que nos golpeen más”, dijo un integrante de la caravana.
Firmes en su deseo de alcanzar el “sueño americano”, ante la mirada de decenas de policías, varios migrantes tendieron cuerdas para aventarse al río Suchiate, donde los esperaban en lanchas hechas con neumáticos grandes para llevarlos a tierra firme.
Caras de terror y llanto predominaron ayer en el puente sobre el río Suchite en la frontera con Guatemala cuando la Policía Federal reprimió a los miles de centroamericanos que buscan llegar a EE. UU., huyendo de la violencia y la miseria en sus territorios de origen.