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México

Agotados, migrantes recobran fuerzas

Miles descansan en Huixtla, Chiapas, antes de seguir la caravana que enfurece a Trump / Muchos estaban tosiendo y con los pies hinchados de cansancio / Aún están muy lejos de su destino final: la frontera de EE.UU.

HUIXTLA, Chiapas, 23 de octubre (AP/AFP).- Miles de migrantes centroamericanos amanecieron el martes después de una noche de lluvia en un campamento improvisado en la plaza de un pueblo en el sur de México. Muchos estaban agotados, tosiendo y con los pies hinchados de cansancio y aún muy lejos de su destino final: la frontera de Estados Unidos.

La caravana, que se estima está integrada por más de 7,000 personas, ha avanzado 75 kilómetros desde que cruzó la frontera con Guatemala y todavía le quedan más de 1,600 kilómetros por delante.

Pero al amanecer comenzó una cadena de tos que saltaba de una persona cobijada con mantas a otra cubierta con bolsas de plástico. Tras soportar días de implacable sol y noches gélidas, comiendo y durmiendo mal, muchos parecían estar comenzando a enfermarse.

Edwin Enrique Jiménez Flores, de 48 años de Tela, Honduras, tenía una tos persistente pero aun así decía que se sentía fuerte y que estaba decidido a llegar a Estados Unidos para buscar trabajo.

Pero Marlon Aníbal Castellanos, de 27 años, quien fue chofer en San Pedro Sula, Honduras, dijo que la trayectoria es difícil y se disponía a descansar. El hombre viaja con su esposa, su hija de 9 años y su hijo de 6.

Castellanos dijo que es complicado viajar con niños y que el lunes habían caminado seis horas antes de finalmente pagar 25 pesos -alrededor de 1.30 dólar- al chofer de una camioneta para que los llevara hasta Huixtla.

El hombre agregó que el recorrido es peligroso porque no hay ambulancias y si los niños se desmayan podrían morir sin ayuda médica.

El lunes murió un hombre debido a otro peligro: camiones de carga llenos de migrantes que piden aventones. La víctima cayó de un camión.

Los migrantes improvisaron un altar sencillo para el fallecido durante la noche, colocaron una docena de pequeños cirios en forma de cruz y mantuvieron las llamas encendidas en la oscuridad.

Un activista que ayuda a los manifestantes, Irineo Mujica del grupo Pueblo Sin Fronteras, dijo que descansarán el martes en honor al fallecido.

“Hoy no nos movemos, hoy es día de luto”, señaló y agregó que el plan es partir antes del amanecer del miércoles para llegar a Mapastepec, a unos 61 kilómetros.

El trabajador municipal de Huixtla, Daniel López, dijo que la ciudad gobernada por la izquierda está ofreciendo comida, agua y baños portátiles a los migrantes, así como analgésicos y líquidos de rehidratación. Pero advirtió que algunos niños están con alta temperatura.

Si bien estas caravanas se han producido de manera casi regular en los últimos años, ésta se ha convertido en un tema candente antes de las elecciones de mitad de término del 6 de noviembre en Estados Unidos.

Mujica acusó al presidente estadounidense Donald Trump de usar la caravana para reforzar la campaña de los candidatos republicanos, que exigen leyes de inmigración más duras. “Trump está utilizando la caravana para ganar el Congreso”.

Después de atravesar a pie casi 800 km en diez días, los más vulnerables se sometieron a controles médicos.

“Hemos atendido a 8 mujeres embarazadas, ninguna presenta afectación en la gestación, sólo están un poco debilitadas”, comentó una enfermera del puesto médico improvisado en el único parque de Huixtla.

Una de ellas es Teresa Pérez, de 19 años y embarazada de 31 semanas.

“A veces me duele mucho, a veces creo que ya va nacer, pero creo que solo necesitaba descansar”, comenta mientras los paramédicos le dan ácido fólico.

Otros aprovecharon para nadar o dormitar sobre el Río Huixtla. Para muchos de ellos, este es el primer día de reposo desde que salieron el 13 de octubre de Honduras, empujados por la rampante inflación y los asesinatos y secuestros perpetrados por pandilleros.

“La verdad es que el cuerpo ya se siente cansado, agotado, y andábamos sucios, así que nos cayó de maravilla”, dice Daniel Fernández, un joven albañil moreno de 25 años que viaja con dos amigos.

Huixtla es un municipio de unas 50,000 personas en la selvática región de Chiapas, mayoritariamente indígena. Aún les esperan unos 3,000 km para llegar a la frontera con Estados Unidos.

El Gobierno hondureño aseguró el lunes que dos miembros de la caravana murieron: uno de ellos el sábado al caer de un vehículo en la carretera al Pacífico de Guatemala, y el otro el lunes en la carretera de Tapachula a Huehuetán, México.

Tensiones diplomáticas

El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, dijo que el Presidente de Honduras le informó que la caravana de migrantes que partió desde su país hacia Estados Unidos fue organizada por grupos izquierdistas “financiados por Venezuela”.

Fueron “enviados al Norte para desafiar nuestra soberanía y nuestra frontera”, dijo Pence en un evento organizado por el diario The Washington Post.

“Vamos a hacer todo lo que esté a nuestro alcance para impedir que esta caravana llegue al Norte y viole nuestra frontera”, aseguró.

El Gobierno hondureño de Juan Orlando Hernández acusó a la oposición política de convocar la caravana para provocar “ingobernabilidad” en el país, señalando como instigador a Bartolo Fuentes, un exdiputado coordinado según ellos por el expresidente y líder izquierdista, Manuel Zelaya.

Fuentes aseguró a la AFP que lo que hizo fue reproducir en su Facebook un afiche, que no sabe quién divulgó en varias redes sociales.

Trump, advirtió el lunes que comenzará a cortar la ayuda económica que otorga a Guatemala, Honduras y El Salvador, al estimar que fueron incapaces de impedir que la caravana de migrantes partiera desde Centroamérica.

Trump ha subido su retórica anti-inmigratoria de cara a las elecciones de medio mandato en Estados Unidos el 6 de noviembre.

“Parece que la policía y los militares de México son incapaces de detener la caravana que se dirige a la frontera sur de Estados Unidos. Criminales y personas de Medio Oriente no identificadas están mezclados”, dijo el lunes.

El secretario de Gobernación de México, Alfonso Navarrete, respondió: “No vamos a caer en exigencia de gobierno alguno que pretenda provocar en México una reacción hostil por sí misma, sin fundamento, sin haber agotado todas las vías que se pueden dar en el diálogo”.

“Nosotros no hemos enviado personal del Ejército alguno para esta circunstancia, y la policía, toda la Policía Federal que ha participado, lo ha hecho, como han podido constatar, de manera ordenada y desarmados”, recalcó.

Más migrantes

Entre los que avanzaron hasta Huixtla y los que se devolvieron, también hay muchos otros a medio camino. Cientos cruzaron la frontera sur de México la tarde del lunes luego de que el gobierno mexicano les permitiera entrar.

Se trata de unos 400 hondureños -según ONG’s- que esperaban hacinados desde el viernes en el puente fronterizo con Guatemala, y que también forman parte de la caravana.

Se les permitió el paso “porque la Cancillería (mexicana) abogó para que no continuaran a la intemperie y sufriendo las inclemencias del clima”, dijo a la AFP el comisionado de Migración, Gerardo García.

Aparte de todos los que, de un modo u otro, han alcanzado México, una segunda caravana de hondureños salió el domingo desde Guatemala también buscando llegar a Estados Unidos.

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