* Juan Manuel Gastélum, Alcalde de la ciudad fronteriza, pide apoyo a las Naciones Unidas para atender a aproximadamente 5,000 migrantes centroamericanos que han llegado a la urbe
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TIJUANA, Baja California, 23 de noviembre (AP/ SinEmbargo/EFE).- El Alcalde de Tijuana declaró una crisis humanitaria en esta ciudad fronteriza con Estados Unidos y el viernes dijo que solicitó apoyo a las Naciones Unidas para atender a aproximadamente 5,000 migrantes centroamericanos que han llegado aquí.
Juan Manuel Gastélum hizo sus comentarios mientras que los empleados municipales y los voluntarios trabajaron juntos para ayudar a los 4,976 hombres, mujeres y niños que llegaron a pasar más allá en el futuro en un camino en un complejo deportivo.
“No voy a comprometer los servicios públicos, no voy a gastarme el dinero de los tijuanenses, no voy a endeudar a Tijuana porque no lo hemos hecho en estos dos años”, dijo el funcionario sobre la situación en la ciudad ante la presencia de las y los migrantes.
Gastélum afirmó que el costo de la atención a las personas migrantes, poco más de 4 mil llegados desde la semana pasada, “asciende a más de 500 mil pesos”.
“La mayoría de los integrantes de la caravana migrante buscan mejorar su forma de vivir, sin embargo, debo decir que otros tantos que seguramente son los menos, han sido arrestados por la Policía Municipal, principalmente por posesión de drogas, ingerir bebidas embriagantes en la vía pública y causar disturbios” expresó.
En entrevista, el funcionario local señaló que hay “marihuanos” y personas violentas entre los miembros de la caravana, los cuales representan un riesgo para la seguridad de sus habitantes. Por ello, informó que realizará una consulta ciudadana para establecer si seguirán recibiendo personas. Si el resultado es negativo, “veremos cómo solventamos para sacar a los que ya están y pondremos retenes en Tecate para que ya no entren”, dijo.
“Queremos que se les aplique el 33 Constitucional, Tijuana es una ciudad de migrantes, pero no los queremos de esta manera, fue distinto con los haitianos, ellos llevaban papeles, estaban en orden, no era una horda, perdóname la expresión y Derechos Humanos se me va a echar encima, pero los Derechos Humanos son para los humanos derechos”, afirmó al medio.
Donald Trump ha pasado semanas criticando a la caravana de los migrantes, la cual está siempre llena de delincuentes, pandilleros e incluso un momento dado lo insinuado, sin presentar pruebas, terroristas.
Manuel Figueroa, que se encuentra en el departamento de servicios sociales de la ciudad, dijo que las autoridades están en su versión portátil pero ha sido insuficiente.
“Como hay ausencia, apatía y abandono por parte del Gobierno Federal, estamos recurriendo a las instancias internacionales, como la ONU”, dijo Figueroa.
René Vázquez, un residente de Tijuana de 60 años de edad que está trabajando como voluntario en el complejo deportivo, dijo que el Gobierno Federal ignoró el problema de permitir que la caravana cruzara el país sin detenerse. Ahora la ciudad de 1,.6 millones de personas tiene que lidiar con las consecuencias.
“No tengo nada en contra de los migrantes”, dijo.
El alcalde Gastélum se ha comprometido a no asignar recursos públicos de la ciudad para atender a los recién llegados. Su Gobierno emitió un comunicado el jueves diciendo que solicitaba ayuda en la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanos.
Vázquez, que juega fútbol en un equipo que utiliza el complejo deportivo, dijo que México debería actuar y procesar las visas de carácter humanitario para el grupo de forma que pueda comenzar a buscar trabajo. Mientras tanto, como pasa el tiempo distribuyendo pizzas y pollo frito donados entre los migrantes.
La caravana que partió de Honduras a mediados de octubre fue bien recibida en la mayor parte de las poblaciones por los que pasaron por Estados Unidos. Incluso las ciudades con pocos recursos se aseguraron de que los migrantes tuvieran alimentos y un sitio para descansar.
Pero en esos lugares la caravana se quedó dos noches como máximo, salvo en la Ciudad de México. En Tijuana, muchos de los migrantes, la violencia de la violencia y la pobreza, se pretenden solicitar también en los Estados Unidos, y la perspectiva de los meses en esa ciudad, antes de tener la oportunidad de hablar con un funcionario estadounidense.
Gastélum dijo el viernes que el Gobierno mexicano había enviado 20 toneladas de recursos a Tijuana para apoyarlos, pero que tres cuartas partes eran materiales para reforzar la frontera y sólo 5 toneladas eran suministros para los migrantes.
El alcalde también criticó al Gobierno Federal por no tomar más en serio la cuestión de Tratar de cerrar toda la frontera y su Gobierno determina que México ha perdido “el control” de la situación en Tijuana. “Eso es grave”, dijo.
Los migrantes están recibiendo el apoyo de las iglesias locales y los ciudadanos que han estado repartiendo alimentos, así como varias agencias del Gobierno del Estado de Baja California, que han ofrecido 7,000 oportunidades de trabajo para los que reúnen los requisitos.
Adelaida González, una mujer de 37 años de Ciudad de Guatemala, llegó a Tijuana hace tres días y le está dificultando adaptarse. Se puede usar una hora en un campo de tierra, esperar 30 minutos para poder ir al baño y también para recibir alimentos, y no se sabe quçe más podría resistir.
“No nos habríamos arriesgado a un futuro si sabíamos que está tan duro”, agregó González, que salió de Guatemala con su hijo de 15 años y su vecino.
Dijo que estaba apoyado en la oferta de México para que se quede y trabaje en Chiapas como refugiada.
Algunos de los migrantes realizaron una manifestación el jueves en el cruce fronterizo del Chaparral de la ciudad, y algunas docenas pasaron la noche allí. La Policía acordonó las calles alrededor del lugar, lo que se describe el tránsito, pero el flujo de peatones a través de la frontera continúa sin problemas el viernes.
Alicia Ramírez, una empresaria de Tijuana de 65 años, dijo que no le preocupaba cruzar la frontera.
Aun así, la amenaza de la frontera se cerró en el camino a las fiestas navideñas. “Estaban preocupadas, así que decidieron no venir”, manifestó.