Síguenos

Última hora

EN VIVO: Presidenta Sheinbaum “rinde cuentas” hoy: Visita Chihuahua y Baja California

México

Catrinas y alebrijes toman las calles de la CDMX

CIUDAD DE MEXICO, 2 de noviembre (EL UNIVERSAL / NTX / SinEmbargo).- Entre catrinas, alebrijes y charros, se llevó a cabo este sábado el Mega Desfile de Día de Muertos 2019 en la Ciudad de México, que fue resguardado por casi dos mil policías que vigilaron los principales accesos de la ruta de los carros alegóricos y el recorrido sobre Reforma para evitar eventualidades.

Cerca de 807 mil personas fueron testigos del Megadesfile del Día de Muertos, que partió de la Estela de Luz al Zócalo capitalino.

Por tercer sábado consecutivo, el Paseo de la Reforma se convirtió en fiesta durante una megaprocesión, la cual, en comparación con el desfile de catrinas, la gente se vio más animada, con cámaras y celulares en las manos, pidiendo un poco de humo de copal sobre sus rostros.

Las vallas metálicas sirvieron para que muchas personas pudieran tomar buen lugar sobre esta avenida histórica, y no amontonarse como ocurrió con el desfile de las catrinas, en donde personal de protección civil tuvo que desalojar a las personas para el paso de los artistas.

En punto de las 13:00 horas, partieron de la Estela de Luz cerca de 3 mil 500 artistas, quienes conformaron 29 comparsas y fueron acompañados por 12 carros alegóricos. Justo a esa hora, el secretario de Cultura local, José Alfonso Suárez del Real, comenzó a hacer una narración para contextualizar las diferentes secciones en las que estuvo dividido el desfile.

“El viento y la lluvia nos acompañan a todo lo que da”, dijo el secretario de Cultura local, cuando la lluvia comenzó a arremeter contra los espectadores, quienes tapados o no, con paraguas o capas protectoras, se acodaron sobre las vallas para no perderse un instante del espectáculo.

Suárez del Real presentó cada una de las comparsas con algún dato histórico, quiénes son los participantes y de dónde vienen, “se oye, se siente, se baila la comparsa número 16 del colectivo El Volador que nos recrea este México del Salón Calavera en donde el mambo era la música más socorrida”, dijo el funcionario y todos comenzaron a mover la cabeza al ritmo de las melodías.

A la vanguardia del desfile, una catrina gigante se impuso por su tamaño. Portaba un vestido dorado con detalles verdes y un penacho rojo decorado con cráneos, el cual sobresalía sobre el techo plomizo y la neblina.

El carro alegórico de esta catrina imponente, con la mirada recta, marcaba el rumbo del recorrido; la gente prestaba atención a sus manos que sostenían dos calaveras. Este carro fue elaborado por estudiantes de Teatro y Artes Dramáticas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Detrás de él, decenas de danzantes rindieron homenaje al camino a Mictlán, durante el 2 de noviembre, Día de Muertos, y la principal calzada para ese tributo a las ánimas, otra vez fue el Paseo de la Reforma.

Con gritos y aplausos, miles de asistentes observaron con impresión los carros alegóricos y a los artistas que los acompañaban. Nadie quería perderse ningún detalle, por lo que fueron movilizándose conforme a la procesión hasta su llegada al Zócalo.

“Voy hacia allá porque igual y encuentro menos gente y los podré ver mejor”, dice Jorge, quien camina con su novia apresuradamente sobre Paseo de la Reforma. Algunos pusieron bancos desplegables de madera para estar cómodos.

Por la esquina de Bucareli, la gente aprovechó a que llegaran los personajes, para poder resguardarse varios minutos de la lluvia, y el Hotel Barceló les sirvió de guarida. Hasta que de nueva cuenta, el penacho rojo del carro alegórico de la catrina, marcó el sendero hacia la Plaza de la Constitución. Frente a El Caballito hizo una pausa de varios minutos, hasta ahí el recorrido se acompañó de danza y música de tambora, rondallas, bailarines y figuras míticas.

El Chapulín Colorado, El Santo y Blue Demon también engalanaron el megadesfile a bordo de autos antiguos.

Casi inadvertido, “El Príncipe de la Canción” hizo su aparición, pues la carroza fúnebre que trasladó los restos de José José fue la última parte del desfile que transitó a lo largo de Paseo de la Reforma.

Mayra Cano, despidió al Príncipe y, junto con los 11 familiares que la acompañaban, partió hacía su hogar en Cuautitlán Izcalli, “estamos mis hijos, primos, sobrinos y a todos nos encantó, estuvo buenísimo, valió la pena el viaje, mucha diversidad, mucho baile, cosas muy padres, la lluvia estuvo rica, no impidió que nos divirtiéramos”, dijo.

Dos horas después los carros y artistas llegaron al Zócalo capitalino, donde la gente, eufórica, aplaudió, gritó, se tomó fotos y luego, se marcharon.

Los policías garantizaron las seguridad de las miles de familias que se ubicaron en las aceras de la ruta que inició poco después de las 13:00 horas desde la Estela de Luz y avanzó por Paseo de la Reforma, avenida Juárez y 5 de Mayo, hasta llegar al Zócalo, donde está la ofrenda monumental, “Altar de Altares”.

La cuarta edición del megadesfile fue inspirada en diferentes épocas de México, desde la prehispánica que abrió el recorrido con una ofrenda a la diosa Mictecacihuatl, también conocida como la reina del inframundo.

También los nueve planos del Mictlán fueron representado como esculturas humanas de barro protagonizadas por la Coordinación de Teatro y Artes de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Algunos de los colectivos que presentaron su trabajo durante el megadesfile fueron el Faro de Oriente, Faro de Tláhuac y Faro Milpa Alta con una interpretación del ciclo de la vida, representado los tiempos ancestrales. También el taller de artesanos cartoneros de Chimalhuacán estuvo presente con sus diferentes representaciones de la muerte.

Siguiente noticia

Cómo participa Estados Unidos en la lucha contra los narcos