México

Alerta en México

“Piratas” asaltan plataformas y buques petroleros de PEMEX

* Hombres armados en pequeños barcos de motor arriban a las instalaciones, someten a trabajadores y roban equipo petrolero y de comunicación en la zona marítima conocida como Sonda de Campeche

* Al menos 90 barcos son investigados por ordeña de combustible a PEMEX y su trasiego vía marítima en el Golfo de México. En cada atraco sustraen entre 600,000 y hasta 800,000 litros de combustible

* Su destino es el mercado negro en México, pero el combustible también se lleva a Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica

CIUDAD DE MEXICO, 3 de febrero (Newsweek México).- Petróleos Mexicanos (PEMEX), empresa petrolera del Estado, enfrenta el acecho del crimen organizado en sus instalaciones mar adentro, donde ha sufrido robos en plataformas y buques ubicados principalmente en la llamada Sonda de Campeche.

Al menos 90 barcos son investigados por ordeña de combustible a PEMEX y su trasiego vía marítima en el Golfo de México. En cada atraco sustraen entre 600,000 y hasta 800,000 litros de combustible.

En cada atraco los delincuentes sustraen miles de litros que comercializan dentro y fuera de México con apoyo de compañías navieras establecidas legalmente. Utilizan barcos abastecedores y buques que realizan maniobras de apoyo logístico a la industria petrolera, y también pesqueros que incluso están afiliados a cooperativas pesqueras locales.

Su destino es el mercado negro en México, pero el combustible también se lleva a Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica.

El partido MORENA, en la Cámara de Senadores, alertó de la operación criminal de “piratas” que navegan hasta 130 kilómetros mar adentro para atacar instalaciones de PEMEX, someter a sus trabajadores y robar herramientas, máquinas, cable de cobre, extinguidores y hasta módulos y consolas de control de presión de pozos.

El mayor número de atracos ha ocurrido en la Región Marítima-Noroeste, donde están el complejo Cantarell y los yacimientos Ku-Maloob-Zaap (KMZ).

Otra zona de robos es la Región Marítima-Suroeste, en el litoral de Tabasco, y Abkatún-Pol-Chuc (APC), que se ubica entre Campeche y Tabasco, a 132 kilómetros del Puerto de Dos Bocas.

Sin vigilancia y control, los “piratas” que se hacen pasar por pescadores pueden subir plataformas localizadas a 50 y hasta 100 metros de altura.

Según la información proporcionada, el año pasado se reportaron 89 asaltos en la zona de Cantarell-KMZ, mientras en la de Tabasco y APC se contabilizaron 103 robos.

“Los asaltos son cometidos por una especie de ‘piratas’ que, con lanchas de motores pequeños, arriban fuertemente armados a las plataformas y someten a los trabajadores poniendo en riesgo la vida de estos”, dijo.

Se denuncia que además de despojarlos de sus pertenencias, roban equipamiento de las instalaciones, y que en los últimos meses hay el reporte de al menos 24 asaltos a las plataformas de la Sonda de Campeche.

Según la información, estos “piratas” se han llevado equipos de respiración autónoma, considerados de alta seguridad y necesarios para que los empleados sobrevivan en caso de una fuga de gas.

“También se han robado módulos y consolas, cuya función consiste en controlar la presión de los pozos petroleros”, detalló.

En diciembre pasado, la Secretaría de Marina amplió las áreas marítimas de seguridad para controlar la navegación, puso en marcha sobrevuelos en las inmediaciones de instalaciones petroleras y estableció cuatro polígonos en la Sonda de Campeche.

“Recientemente se han presentado una serie de robos y actos vandálicos a la infraestructura petrolera por medio de embarcaciones menores que se encubren con las embarcaciones ribereñas que se dedican de manera legal a realizar actividades de pesca”, reconoció la Marina Armada de México.

Aun cuando la Marina limitó la navegación en 5,000 metros alrededor de las plataformas petroleras, se descuidó la vigilancia.

En ese radio solo se permiten actividades requeridas para la exploración y producción petrolera, se autoriza el tránsito rápido e ininterrumpido de embarcaciones pesqueras en ruta y fuera de estas áreas. No obstante, dijo la legisladora, “el problema de seguridad sigue”.

Han reportado que los ladrones cuentan con radios que son capaces de interceptar o recibir comunicaciones aéreas.

En uno de los asaltos un empleado solicitó ayuda desde un helicóptero, por lo que la aeronave fue atacada con disparos de arma de fuego.

Documentos de PEMEX Exploración y Producción refieren que, en el pasado, los actos ilícitos en las plataformas marinas ocurrían de manera esporádica. Sin embargo, la empresa reconoce que a partir del segundo semestre del 2016 hubo un incremento.

De acuerdo con sus estadísticas, en ese año se registraron 114 eventos, mientras que en el 2017 la cifra se elevó a 276 incidentes.

“Los bloques más afectados son Cantarell, con 36.9 por ciento, y Litoral, con 36.4 por ciento. La tendencia delictiva en el 2017 llegó a una cantidad superior en un 142% respecto al 2016”, indica.

En septiembre pasado, PEMEX admitió que esos delitos ponen en riesgo las instalaciones petroleras y al medio ambiente en la Sonda de Campeche, y recordó que ese tipo de faltas son penalizadas con hasta 25 años de prisión.

De las costas de Tamaulipas a Campeche, el Golfo de México abarca vastas aguas dispersas en más de 3,000 kilómetros que, en sus profundidades, cuentan con abundantes yacimientos de hidrocarburos. En el Golfo se concentran las mayores reservas probadas de petróleo de México, así como su exploración y extracción tanto a manos de PEMEX como de un amplio abanico de compañías de distintos tamaños y nacionalidades.

Oficialmente estas aguas son las más vigiladas: las velan patrullas con hombres en uniformes blancos con galones, también los verdes, los de uniforme azul, los de camuflaje que en barcos-patrulla las recorren armados hasta los dientes. Pero esa “vigilancia” es relativa ya que, irónicamente, en esta zona de alta mar es donde el mayor volumen de ordeña de combustible a PEMEX tiene lugar.

En la actualidad, del noreste al sureste del Golfo de México se realiza la volumétrica ordeña de combustible, con la colaboración directa de empleados de la petrolera. Así lo ha identificado el área de inteligencia de la Secretaría de la Marina Armada de México (SEMAR) y esta información forma parte de un informe interno clasificado como “confidencial” fechado en julio de 2018, al que tuvo acceso Newsweek en Español, y cuyo contenido fue constatado también por diversas fuentes de la SEMAR que actualmente realizan una sigilosa investigación interna sobre el ilícito y que dieron detalles sobre sus pesquisas y hallazgos.

En cada atraco los delincuentes sustraen miles de litros que comercializan dentro y fuera de México con apoyo de compañías navieras establecidas legalmente. Utilizan barcos abastecedores y buques que realizan maniobras de apoyo logístico a la industria petrolera, y también pesqueros que incluso están afiliados a cooperativas pesqueras locales.

Su destino es el mercado negro en México, pero el combustible también se lleva a Estados Unidos, Centroamérica y Sudamérica.

Los ordeñadores náuticos -o huachicoleros, como se ha vuelto común llamar genéricamente a los ladrones de combustible- operan con una estructura logística bien organizada que incluye la participación de personal de PEMEX, armadores, compañías navieras, capitanes de barco, jefes de máquinas y tripulaciones expertas. Además participan personas encargadas de administrar y custodiar bodegas y áreas de almacenamiento; responsables de la venta del hidrocarburo y del lavado dinero -pues el recurso también se destinaría a la compra de ranchos, inmuebles, bodegas y más embarcaciones, según refieren las pesquisas de la investigación a la que tuvimos acceso.

Esta modalidad de ordeña, vía marítima, que hace una década comenzó a registrarse esporádicamente, se ha vuelto un estructurado y bien organizado mecanismo, que ha ido intensificándose al grado de convertirse en una de las actividades más redituables para grupos del crimen organizado que sustraen los hidrocarburos directamente de las refinerías de PEMEX con la colaboración de personal de la petrolera.

Hoy la refinería Francisco I. Madero es el principal centro de abasto ilegal de combustible a los huachicoleros náuticos, es decir, es el principal centro de ordeña del combustible que se trasiega vía marítima.

La investigación que lleva a cargo el área de inteligencia de la SEMAR, parte de la cual se asienta en un informe interno clasificado como “confidencial” y que se identifica como “Trasiego de combustible”, documenta el siguiente modus operandi:

Personal de Petróleos Mexicanos en el área marítima coordina con los capitanes de barco la entrada de sus buques a los muelles de PEMEX en las refinerías. Una vez que el barco atraca en los muelles, ingenieros y trabajadores de la empresa petrolera conectan el buque a sus ductos para bombearles el combustible.

Los buques zarpan de Ciudad del Carmen con destino al puerto de Ciudad Madero, Tamaulipas. La travesía dura entre 60 y 63 horas para cruzar los 741 kilómetros o 460 millas náuticas que hay de puerto a puerto. Está programado que los barcos ordeñadores deben ingresar a puerto entre las 21:00 horas y las 24:00 horas, tiempo en que la oscuridad ha caído por completo en el Golfo de México. Al amparo de la noche es que se realizan las maniobras de ordeña con mayor facilidad.

Si se utiliza un barco pesquero, estos tienen como base los puertos de San Francisco de Lerma y Campeche.

Isla de Lobos, la guarida

Entre las 460 millas náuticas que separan los puertos de zarpe y destino de los huachicoleros de mar, está la Isla de Lobos, una ínsula que pertenece a Veracruz, a solo 14 kilómetros al suroeste de Cabo Rojo, que es cercana también a Tamiahua.

Isla de Lobos es una paradisiaca tierra de exóticas palmeras, playas de oleaje suave, fina arena blanca y áreas con arrecifes de coral.

La parsimonia de sus aguas la mayor parte del año la hace un refugio natural en el Golfo que también sirve de puente a los huachicoleros que aguardan con sus navíos a que se les indique la hora precisa en la cual un barco ordeñador puede acceder a muelle en Tamaulipas.

Al costado oeste de la isla, en una profundidad de seis a nueve metros superficie, están los oleoductos de PEMEX. Más adelante, mar adentro, se ubican las estructuras de bombeo automático de hidrocarburos.

Los huachicoleros utilizan Isla de Lobos, en Veracruz, para guarecerse del mal tiempo o de los ocasionales patrullajes. También ahí suelen aguardar la orden de la hora precisa en la que pueden ingresar a los muelles de PEMEX. La orden, según indica el informe clasificado de la SEMAR, les llega directamente de empleados de la petrolera.

Un atraco u ordeña de combustible vía marítima supone entre seis, siete y hasta ocho días de travesía dependiendo de las condiciones climatológicas. Para los delincuentes se ha vuelto un negocio tan redituable y bien estructurado que, cada semana, tienen barcos zarpando de ida y vuelta. En cada viaje ordeñan entre 600,000 y 800,000 litros de combustible, equivalentes a 30 y hasta 40 pipas.

Para encubrir sus ilegales cargas utilizan facturas apócrifas del SAT o clonadas de originales que les son entregadas por áreas contables de PEMEX.

Flotas huachicoleras

Actualmente 90 barcos que navegan en el Golfo de México están bajo investigación de la Semar por indicios de que están al servicio del crimen organizado para el robo y trasiego de combustible.

Son buques abastecedores y pesqueros que cuentan con tripulaciones bien entrenadas que operan en las regiones de Campeche, Tabasco, Veracruz y Tamaulipas.

Su estructura se divide en tres niveles. En el primero se ubican líderes operadores de Los Zetas y grupos que trabajan para estos. En el segundo nivel están los trabajadores de PEMEX (ingenieros, empleados de terminales y de áreas contables), hombres a cargo de los barcos (armadores, propietarios y arrendatarios); encargados de operar y administrar las bodegas, coordinadores del movimiento de reventa de hidrocarburos, y hombres y mujeres cuya función principal estriba en el lavado de dinero. En un tercer nivel se encuentran las tripulaciones de los barcos.

El sistema que utilizan es similar al que se usó en los años 80 para trasegar droga vía marítima, por eso tienen operadores que se encargan de pagar a los arrendadores cuyos barcos se usan para el transporte de embarques de hidrocarburo robado.

Zona de nuevos yacimientos, a merced de criminales

En las mismas aguas donde operan los huachicoleros náuticos actúan también los “guateros”, como se identifica a quienes atracan plataformas petroleras para desmantelarlas. Y son las mismas aguas donde están los nuevos yacimientos anunciados por PEMEX como su esperanza para levantar la producción petrolera.

Manik y Mulach son los nuevos campos que, según el mensaje oficial de la petrolera, “darán nueva energía a PEMEX”. Los campos se ubican entre aguas someras cercanas a las costas de Campeche y Tabasco.

Manik, que se ubica a 102 kilómetros de Ciudad del Carmen, tiene dos yacimientos con un potencial calculado en 80 millones de barriles de petróleo; y Mulach, que está a 17 kilómetros de Paraíso, Tabasco, y solo ocho kilómetros del campo Yaxché, tiene reservas calculadas en 100 millones de barriles de petróleo.

En ambos casos se trata de la misma zona que, desde hace varios años, se ha convertido en blanco de robos crecientes a las plataformas petroleras, como ha revelado Newsweek en Español en diversas investigaciones periodísticas.

En esta zona la operación de los grupos criminales que en lanchas rápidas se internan para atracar y desmantelar las embarcaciones ocurre a plena luz del día, como ha documentado este medio publicando incluso fotografías que evidencian el momento en que las plataformas están siendo desmanteladas ante la inacción de las autoridades.

El robo más reciente ocurrió en mayo pasado, cuando una veintena de hombres que llegaron en seis lachas atracaron la plataforma Xux-A.

La plataforma está en el campo Xux, que forma parte de lo que administrativamente PEMEX llama Proyecto Tsimin-Xux, que es uno de los proyectos operativos que en el sexenio de Enrique Peña Nieto, PEMEX priorizó como estratégico en la región sureste del Golfo de México, pero cuya seguridad prácticamente se dejó a la deriva. Y es la misma zona donde se ubican los nuevos yacimientos anunciados por PEMEX este octubre.

En esta región hay 19 plataformas: Xux-A, Xux-B, Tsimin-A, Tsimin A-1, Tsimin A-2, Tsimin-A-3, CA-Tsimin-A, HA-Tsimin-A, Tsimin-B, Tsimin-C, Tsimin-D, May-A, CB-Litoral-A, PB-Litoral-A, CA-Litoral-A, PB-Litoral-T, HA-LT-A, HA-LT-A2, E-Litoral-A, conectadas entre oleoductos, gasoductos y oleogasoductos.

Newsweek en Español previamente documentó que entre las plataformas que han sido blanco de atracos desde el 2008, con una incidencia cada vez más frecuente a partir del 2016, se encuentran la Yaxché-Bravo, Litoral Tabasco, Litoral-A, Kab-A, Kix-2, Sinan-SO, Akal-N, Tsimin-A, Tsimin-B, Tsimin-C, Tsimin-D, Akal-N, Xux-B, May-A, Xux-A, Manik-A, Balam, Etkal-101, Tumut-A, Kuil-A, Chuc-B, Bolontiku-A.

Algunas de estas plataformas han sido saqueadas en varias ocasiones. Las más vulneradas han sido las plataformas Bolontiku-A, que cuenta ya con siete robos -cuatro en el 2016 y tres en el 2017-; la Tsimin-A -atracada en cinco ocasiones-, y la May-A -tres veces-.

En el 2016 se registraron 38 hurtos; en el 2017 la cifra de hurtos ascendió a 103. Y este año se han registrado una veintena de atracos a las particularmente identificadas como “plataformas satélite”, es decir, que no están tripuladas.

En el Golfo de México hay 235 plataformas petroleras costa afuera. En torno a estas hay una restricción mínima de distancia de 200 metros e incluso en algunos polígonos de hasta 49 kilómetros, es decir, que a esa distancia ninguna embarcación fuera de las que trabajan para la industria petrolera puede ingresar, y aun estas requieren la autorización de capitanía de puerto y PEMEX. Se supone que desde su torre de control la petrolera también lleva una vigilancia en tiempo real de todo lo que ocurre en el Golfo. Aun así se registran los robos.

Newsweek en Español publicó fotografías de atracos a plataformas como la Tsimin-C, donde a plena luz del día cuatro hombres vestidos de civil, dos de ellos con playeras rojas y cachuchas, llegaron a bordo de la lancha; dos de ellos subieron a la plataforma, desconectaron equipos que sus cómplices les ayudaron a cargar y juntos los cuatro retornaron con su lancha cargada hasta la Terminal Marítima de Dos Bocas, a 62 kilómetros de distancia del campo Tsimin. Esta zona, donde los “guateros” zarpan para internarse a cometer sus atracos y adonde arriban con sus botines, es la misma área donde la administración del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador ha anunciado que se construirá la nueva refinería de petróleo.