Pescadores, sicarios, estructura criminal
TIJUANA, Baja California, 15 de abril (Semanario Zeta).- “Tengo familia, tengo hermanos”, fue la respuesta de Óscar Parra Aispuro “El Parra” o “El Tekolín”, cuando elementos de la Policía Ministerial del Estado lo cuestionaban sobre su sucesor al frente de su organización que -según sus propios dichos- alcanzaba los cien pescadores y algunos elementos dedicados a otro tipo de actividades, desde hombres armados hasta encargados de logística.
El incidente ocurrido el jueves 28 de marzo sobre la Avenida Golfo de Santa Clara, donde Enrique García Sandez “El Kiki”, de 37 años de edad, resultó lesionado a manos de personal de la Secretaría de Marina y que a la postre generaría un estallido social, demostró que la pesca y tráfico de totoaba no sufrió afectación significativa tras la detención del presunto líder del Cártel del Mar, pues la organización cuenta con gran cantidad de elementos en activo y puede continuar operaciones sin ningún problema.
Inspector de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) de 2008 a 2014, García Sandez, el hombre que resultó herido en San Felipe el 28 de marzo, inició como funcionario federal con un sueldo de 7 mil 135 pesos, según datos proporcionados en su declaración de bienes y propiedades ante la Secretaría de la Función Pública (SFP); al salir ganaba poco más de 13 mil pesos mensuales.
Con secundaria terminada y la única experiencia de haber trabajado como despachador de gasolina y guardia de seguridad en el hotel Costa Azul, se volvió inspector de la Profepa, pero aparentemente habría dejado su puesto al descubrirse sus nexos con traficantes de totoaba. El día de la balacera con marinos, fue captado en la embarcación de Sea Shepherd que trasladaba lo que parecía un ejemplar de totoaba, cuya pesca está prohibida desde 1974.
Personal del Grupo Coordinación identifica a “El Kiki” como integrante de la célula de tráfico de totoaba de José Luis García Ruiz “La Yegua”, presunto socio de “El Parra”, quien aparentemente se habría quedado con el control mayoritario de la plaza, aunque no es la única agrupación que impera en la zona.
Los grupos de traficantes
La sociedad de “El Parra” con “La Yegua” sugiere que desde la detención del primero, el segundo tomó las riendas como principal lugarteniente de la pesca de totoaba en San Felipe. Sin embargo, varios podrían ocupar el lugar de “El Parra”, actualmente preso por presuntamente ultimar a un militar la madrugada del 31 de diciembre de 2017.
De perfil más discreto, “La Yegua” pasa poco tiempo en el puerto, prefiere refugiarse en Mexicali, donde integrantes del Grupo Coordinación han detectado que cuenta con viviendas en zonas residenciales con acceso restringido. Debido a que no se caracteriza por el uso de armas de fuego, “La Yegua” pasa inadvertido para las autoridades.
Aunque integrantes del Grupo Coordinación no han ubicado otro perfil con las características de “El Parra”, existen figuras que podrían ocuparlo, entre ellos sus familiares.
Gastón Eduardo, quien trabajó de la mano de Óscar durante varios años, era el encargado del abastecimiento de armas y la compra de equipo. De hecho, la única vez que ha sido detenido, el 12 de octubre de 2017 por elementos de la Gendarmería, regresaba de comprar varios equipos de radiocomunicaciones; cada uno costaba mil dólares. En aquella ocasión le decomisaron armas, droga, una báscula gramera, dinero y el equipo.
Apoyando a Gastón Eduardo, una de las fuentes consultadas por ZETA ubica a un individuo llamado Alejandro Tamborillo, allegado a su hermano, y Álvaro Jesús Ramos Sillas, conocido como “El Varito”, presunto líder de una pequeña célula armada conformada por sus primos y amigos Diego Aarón de la Fuente Sillas, Carlos Adrián Romero Bastidas, Julio Barraza Romero, que en su momento estuvo a las órdenes de “El Parra”. Dicha célula fue capturada el 17 de noviembre de 2017 por elementos municipales y ministeriales, luego de perpetrar un “levantón” en agravio de un pescador rival. Al cabo de unos meses recuperó su libertad junto con todos sus cómplices. Sin embargo, ninguna otra fuente respaldó esta aseveración.
Del mismo grupo se identifica a otro de los allegados de “El Parra”: Carlos Misael Ayón Montes, a quien elementos estatales ubicaron a raíz de múltiples cateos realizados en busca de su líder; en las imágenes obtenidas se le observa portando armas de grueso calibre.
De quedarse el negocio con la familia, la intervención probablemente se ampliaría hasta su hermana Alicia y su pareja sentimental de nombre Ángel Iván Soberanes, conocido como “El Chucho”, uno de los más cercanos de “El Parra”. Alicia dirigía la página Víctimas de la Inseguridad en San Felipe, cuya principal actividad -aseguran en el lugar- es desprestigiar la intervención policíaca contra gente de su grupo. A través de esa página se viralizó el video donde los marinos lesionaron a García Sandez.
Otros personajes de menor peso sólo identificados como “El Negro” Sosa, “El Joyero” o “Los Valenzuela”, han mantenido sus actividades de manera regular, sin ser eclipsados por “El Parra”, pues sus operaciones eran inferiores en cantidad.
Además, existe intervención de grupos delictivos no identificados del Golfo de Santa Clara y de Bahía de los Ángeles, quienes no han sido ubicados en un organigrama criminal, pero que según “El Parra”, llevan tiempo intentando apoderarse de la plaza que protegía.
De hecho se han registrado algunos asesinatos en zonas al sur de San Felipe, relacionados con pugnas de pescadores ilegales.