
Cuando se conmemora un 2 de octubre más, la revuelta de la memoria resurge con urgencia. No bastan discursos ceremoniosos; hace falta encender la palabra, rasgar la costra del silencio, recuperar las imágenes prohibidas y escuchar las voces que aún duelen.
Para ello, basta reconocer a Por qué?, aquella revista insurgente, con los rostros de Tlatelolco, y la crueldad publicada sin censura y valentía. Una publicación que hoy, 57 años después, sigue más viva que nunca en la memoria colectiva.
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Portadas que retaron al poder
La revista Por qué?, dirigida por Mario Renato Menéndez Rodríguez, fundador de lo que hoy son los periódicos PorEsto!, fue una de las pocas publicaciones que documentó gráficamente la represión.
De acuerdo con estudios especializados, en sus doce números — diez regulares más dos “extraordinarios”— incluyó más de 200 fotografías vinculadas con el movimiento de 1968, muchas de ellas exclusivas y desgarradoras.
El número extraordinario dedicado a Tlatelolco, reproducido en algunas hemerotecas, llevaba títulos como “¡Esta es la verdad!”, un reclamo viva o que confrontaba la versión oficial.
Estas portadas tenían algo que otros medios no: audacia editorial y voluntad de exponer el rostro brutal de la represión, sin edulcorar. Mientras diarios al día siguiente del 2 de octubre hablaban de “balacera entre estudiantes y ejército” o “grupos perturbadores”, Por qué? no titubeó en llamar a las cosas por su nombre: masacre del Estado.
En un México donde la censura operaba por mecanismos legales e informales, publicar cuerpos heridos, fotografías de morgue, testimonios crudos, era una provocación constante. Por qué? ejerció un periodismo gráfico arriesgado, afligido, urgente.
Por qué?, una prensa sin igual
Para comprender la dimensión de Por qué?, hay que situarla en el mapa de la prensa crítica de su tiempo. No era un mero semanario estudiantil: fue un espacio editorial con una postura de izquierda decidida, que recibió hostigamiento del poder por su tono incómodo.
Un artículo académico señala que la revista operó como “foro de izquierda radical”, forjando subjetividades militantes, canalizando tendencias críticas y —aun bajo censura— publicando textos que cuestionaban al régimen con palabras que no aceitaban medias tintas.
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Una de sus apuestas era visibilizar lo que los periódicos complacientes ocultaban: fotografías de cadáveres en la morgue, cuerpos heridos, rostros jóvenes que no tenían que aparecer en prensa oficial. En este sentido, la secuencia de cuerpos estudiantiles dentro de la morgue formó parte de la denuncia más cruda del dossier gráfico de Tlatelolco.
La revista también ofrecía espacio para la reflexión política: artículos que interpelaban quién manda en México, qué legitimidad tenía el Estado que dispara contra su propia juventud, y cuál era el rol del periodismo en una sociedad sitiada por el miedo.
Hoy, Por qué? sigue siendo un referente simbólico para quienes vemos al periodismo como trinchera. Su legado, junto con el del fundador y director, Mario Renato Menéndez Rodríguez, no está en la nostalgia, sino en la insistencia: publicar cuando los poderes quieren ocultar, denunciar cuando quieren callar, insistir cuando quieren que olvidemos.
Las ausencias que exigen presencia
Cuando se cumplen casi seis décadas de Tlatelolco, lo que está en juego no es la efeméride ni la liturgia conmemorativa: es la democracia, la justicia, el derecho a exigir, el deber de mantener viva la memoria como revés frente al olvido institucional.
El Memorial del 68, situado en la Plaza de las Tres Culturas, en la Ciudad de México, es uno de esos espacios de tensión: proyectado para honrar la memoria de los hechos, construido con resistencias políticas y debates urbanos. Pero un monumento no basta: hay que cuidarlo con palabra, llenarlo de memoria viva, evitar que se reduzca a postal decorativa.
El Estado Mexicano ha reconocido en ocasiones que los hechos del 2 de octubre fueron crímenes de Estado o de lesa humanidad. Pero esos reconocimientos muchas veces se quedan en gestos: perdón sin castigo, declaraciones sin apertura de archivos, en verdades a medias.
El espíritu del periodismo libre
Este 2 de octubre es una fecha propicia para retomar el espíritu de Por qué?: preguntar sin miedo, publicar sin piedad con los silenciados, denunciar las grietas del presente con urgencia. Que la memoria no sea caja de cristal, sino estallido activo contra el olvido.
Porque no sólo se recuerda una noche. Se reclama un país donde el periodismo libre tenga más armas que la represión. Se exige dignidad para los muertos y responsabilidad para los vivos. Se proyecta una luz que atraviese la oscuridad del silencio: que los que murieron lo sean menos en el olvido.
En los años posteriores al crimen de Estado, el espíritu de Por qué? se filtró en otras publicaciones, movimientos estudiantiles, radios clandestinas, redes de solidaridad. El periodismo combativo que denuncia poderes sin disfraces debe reconocer a sus antecesores. En ese sentido, Por qué? es escuela, y su director Mario Renato Menéndez Rodríguez es el maestro: hizo periodismo desde la insurgencia ética, con dignidad, valentía y desafiante del poder, que después le quitó la libertad. La verdad brutal que hoy no se olvida.