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Opinión

De concha, aconchados y conchudos

Jorge Lara Rivera

Bien, es verdad que el sábado 8 de diciembre se celebró la fiesta de la “Patrona de Yucatán”, la Santísima Virgen de la Inmaculada Concepción, cuyo santuario mariano está en Izamal, ciudad santa también para los mayas. También lo es que las presentes líneas profanas no son, para nada, dedicadas a su loor. No obstante conviene recordar que el apócope coloquial yucateco de Concepción es “Concha” o –mejor– “Conchita” (asociable a las formaciones calcáreas marinas estriadas o lisas y nacaradas en que son pródigas las playas de nuestro mar esmeralda y muy alejada de la sinonimia genital femenina que se le da en Suramérica –Argentina para mayor claridad–, aunque se sabe que los mayas cubrían las partes pudendas de sus vírgenes impúberas con estas prendas marinas) y “Concho”, su masculino.

Pero algunas derivaciones resultan de significación muy distinta: “aconchar”, por ejemplo, equivale a parapeto y por tanto “aconcharse” a ponerse al abrigo de, pero también a abandonarse sin cuidado. Así “conchudez” (que conlleva de nuevo la carga semiótica orgánica, en este caso relativa al aparato reproductor masculino) suele referirse a la desvergüenza, al descaro, el cinismo. Y entonces sí que entramos en materia, dado el inusitado constitucionalismo, republicanismo y legalismo, ‘trending topic’ que resultaría muy loable en otras circunstancias, si no escondiese su verdadero e inconfesable objetivo de conservar la coartada legaloide.

Si el celo por el apego al Estado de derecho fuera auténtico no estaríamos en los predicamentos en que precisamente por incumplir la ley debe afrontar el país. De pronto todos son expertos en Derecho Constitucional, en Teoría General de Derecho y Teoría del Estado (por la división de poderes), y celosos guardianes de la ‘autonomía’ del Poder Judicial de la Federación y la ‘independencia’ de ese espejo de canallas que es la Suprema Decepción de InJusticia de la Nación.

En Televisa ya nadie recuerda “Presunto culpable” que patrocinaron y proclamaron, ni “el miserable caso de las pensiones alimenticias de Genaro Góngora Pimentel” en ese ‘think tank’ del conservadurismo más acedo que es Canal 11, y los demás omnipresentes que detentan como suya la Opinión Pública obliteran cuando la Corte avaló el atropello de Calderón con su decreto extintor de la Cía. de Luz y Fuerza del Centro.

Opinadores y comentócratas se apresuran a defender los intereses bastardos de esa oligarquía que medra al servicio de sus intereses egoístas y del dinero desde la concha de los juzgados, los tribunales y la Corte, prevaricando con escandalosa impunidad, sumatoria de la estrategia del caracol: la de una elite feudal refugiada en su inexpugnable caparazón/reducto, si acaso con un movimiento lento, muy, pero muy lento, tanto que se vuelve imperceptible, pero contrasta con su celerísima rapacidad para defender sus privilegios, prebendas, fueros, canonjías y sinecuras. Quieren asustar a la gente con el ‘petate del muerto’: su cacareado “profesionalismo” está más que desmentido en ministros al vapor hechos, sin carrera judicial –ninguna– como ejemplifica ad nauseam el siniestro Eduardo Medina Mora. Son perfectamente intercambiables y por productos mejores y menos onerosos.

Pero los altavoces de la oligarquía para sus personeros están a todo lo que dan. El PAN ha salido a batirse, cómo no. por el indecoro de esa gente indefendible a cambio de conservar el malhabido botín poblano. Y sus aliados, la cáscara que se hace llamar PRD y el mercenario Movimiento Ciudadano del oportunista Dante Delgado Ranauro, se apresuran a hacerle segunda. La fuente originaria de la calamidad que padecemos, el neoliberalismo, nos echa encima a sus engendros enquistados en el PRI (por cierto ¿les seguirá fascinando el desinflado Emmanuel Macron, que les dio pretexto para que con el cuento de copiar su fenomenal éxito enjaretaran como abanderado al desangelado tecnócrata Meade cuyo resultado fue la minibancada?).

Por lo demás, poco sorprende ver a tantos ganones “haciéndose lenguas como queriendo hablar de decencia mientras la palabra se les desmorona en los labios”, pues ¡quién le ha de creer al depredador del erario Jesusito Reyes Heroles González Garza y al merolico foxista Carlos Elizondo Mayer Serra, saqueadores de PEMEX y agentes de la privatización como Juan Pardinas Carpizo de peor laya, a María Amparo Cassar que nada dijo de esa hidra corrupta que se autonombra ‘sociedad civil’, tentáculo de la derecha que ahora elogia pero cuyos usos viciosos evidencian las prácticas de MariClaire Acosta (Comisión Ciudadana en el Comité Nacional Anticorrupción) y Jacqueline Peschard Mariscal (IFE, IFAI)que ocuparon u ocupan truculentamente cargos en ella!

Lo que urge es una reforma del Poder Judicial de la Federación a fondo. Que deje de ser el órgano de control de la constitucionalidad ya que no pasó por la aprobación soberana directa del pueblo, como sí el Legislativo y el Ejecutivo. Que los juzgadores sean próximos al pueblo y designados por los ciudadanos en las urnas con base en sus trayectorias, si acaso con estudios de Derecho para que no los engañen, pero sin posibilidad de reelección y menos de inamovilidad. Que el Judicial empiece a rendir cuentas, pero no siendo juez y parte con una institución a modo como el Consejo de la Judicatura del Poder Judicial de la Federación –menos cuando han quedado en evidencia los amiguismos, nepotismos, trafiques, etc. que sobreabundan allí. Por todas partes del mundo la gente se rebela ante orden tan injusto ¡Basta!

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