Eloísa CarrerasCorreo desde la Isla de DignidadEl 30 de Noviembre de 1956
En homenaje a las heroicas acciones libradas por jóvenes miembros del Movimiento 26 de Julio, el 30 de Noviembre de 1956; reproduzco fragmentos de las palabras que el Dr. Armando Hart pronunció en el acto de recordación por el XIV aniversario del alzamiento, en esa misma fecha en 1970, en el Teatro Oriente de la ciudad de Santiago de Cuba.
Por Armando Hart Dávalos
No es posible conmemorar una fecha como ésta, ni honrar a los mártires, sin que hagamos un análisis de la significación de aquellos hechos…
Y si me preguntan ¿cuál es el significado del 30 de Noviembre?, modestamente puedo decir que a mi juicio hay dos aspectos esenciales. Por una parte, el 30 de Noviembre significa el espíritu de pelea y de lucha de la juventud y del pueblo de Santiago de Cuba, en especial, y de Oriente, en general. Y por otra parte, el 30 de Noviembre significa la fecha más representativa o la más sobresaliente, de la lucha del clandestinaje en el llano o del Movimiento 26 de Julio, en eso que la Historia ha recogido como “el llano”. Es decir, que el 30 de Noviembre representó la disposición de pelea y la actitud de pelea del pueblo de Santiago de Cuba, en especial de su juventud y del pueblo de Oriente en general. Para comprender lo que todo aquello representó y significó, debo recordar algunos hechos que forman parte de nuestra Historia. Es decir, que no pretendo hacer un análisis, que de seguro con posterioridad se hará, yo exclusivamente voy a subrayar algunos hechos relacionados con las heroicas acciones.
El 30 de Noviembre, por primera vez en las calles de una ciudad cubana se vistió el uniforme del Movimiento 26 de Julio. El 30 de Noviembre fue el apoyo de Santiago de Cuba y de los luchadores clandestinos y los jóvenes revolucionarios de Oriente al desembarco de Fidel en el Granma. Pero no destaco solamente, lo que el hecho en sí fue, sino toda la proyección que estas acciones tuvieron para la historia del país. Y, desde luego, que resulta muy difícil analizar la proyección de un acontecimiento histórico sin analizar la proyección que dentro de esa historia tiene el héroe principal del 30 de Noviembre, el compañero Frank País García.
Frank era la representación genuina de la juventud santiaguera y oriental, que hubiera querido también haber ayudado algo en los históricos y extraordinarios acontecimientos del 26 de Julio, y siempre había vivido con la preocupación de que habiendo estado en Santiago y en Oriente, de la forma en que se fueron desarrollando los hechos del 26 de Julio, fue limitado lo que pudieron hacer porque fue, sencillamente, ayudar a los combatientes a salvar las vidas, esconderlos. Pero ya en aquella época del 26 de Julio había en Santiago, y aún antes, un grupo de jóvenes, estudiantes, obreros, gente de las capas medias pobres, con una extraordinaria preocupación revolucionaria y con un extraordinario deseo de hacer algo por la patria.
Hay que recordar que cuando Frank murió en 1957, era muy joven y ya era él el representante de lo más acabado de aquella juventud santiaguera y oriental, que quería hacer algo y que hubiera querido hacer algo más por el 26 de Julio de 1953.
Frank integró y organizó a un grupo bastante amplio de jóvenes que, una vez que salió Fidel de la cárcel se incorporó activamente al Movimiento 26 de Julio. Un grupo de jóvenes orientales deseosos de hacer algo, con un odio feroz a la tiranía, con un amor infinito a la Patria y que se había alentado en las tradiciones revolucionarias y patrióticas de los mambises, y la historia revolucionaria y en especial de esta provincia de Oriente. Eso representaba Frank. Y fue así como no vaciló en ningún momento, desde aun antes del 26 de Julio, después del 26 de Julio, el 30 de Noviembre y no vaciló en ningún momento cuando los acontecimientos posteriores al 2 de Diciembre.
Quiero recordar aquí una anécdota que, en mi criterio, pinta de cuerpo entero quién era Frank. Y señalo quién era Frank, para que pueda analizarse y pueda verse la hondura revolucionaria de los compañeros que combatieron el 30 de Noviembre y su decisión. Cuando después del desembarco del Granma, y cuando todavía no se tenían noticias de Fidel aquí, en Santiago, o cuando las noticias que se tenían eran las del campo enemigo y existían muchas confusiones, era lógico, incluso, temer de que hubiera perdido la vida el compañero Fidel, que hubiera muerto en combate, y que se hubiera extinguido el grupo del Granma en aquellos días de angustias, de temores, sin noticias después de los sucesos del 30 de Noviembre. Incluso, horas después de los sucesos del 30 de Noviembre y horas después de ya tener noticias de que había habido el desembarco, pero que se había informado que el grupo había sido aplastado por la tiranía, en aquellos momentos de incertidumbre, en aquellos momentos de amargura, en aquellos momentos de impotencia, Frank se sentía optimista en cuanto al futuro de la Revolución. Se sentía confiado en cuanto al futuro de la Revolución, se sentía con confianza de que cualquiera que fuese el desenlace, la lucha iba a continuar; no solamente esto, sino que en aquellos momentos posteriores al 30 de Noviembre y al 2 de Diciembre, cuando podría parecer que todo estaba liquidado, cuando era una insignificante minoría los que podrían tener fe en aquellos instantes, recuerdo que Frank, lo primero que hizo fue tratar de comunicarse, por todos los medios con la Sierra y tratar de comunicarse, por todos los medios con las células clandestinas del Movimiento en la Sierra, y aún en aquellos instantes, en aquellos momentos en que trata de comunicarse por todos los medios con la Sierra, con Fidel, y trataba por todos los medios de comunicarse con las células clandestinas del Movimiento en Oriente, empezó a editar boletines y orientaciones para todo el Movimiento indicando que la lucha continuaría y que la lucha continuaba con una actividad febril y con una pasión en que la victoria se acercaba con todo ese proceso.
Esto, desde luego, es mucho más fácil comprenderlo y entenderlo ahora; pero hay que situarse en aquellos dramáticos, tristes y heroicos días, al mismo tiempo, de los días 2, 3, 4 y 5 de diciembre de 1956. Nunca le falló la confianza, nunca le falló la fe. Eso señala el temple y el carácter de un combatiente y ese es el ejemplo que recogemos de él, y que deben recoger todos los revolucionarios de los combatientes, de los héroes, de los mártires. La confianza y la fe en la victoria aun en los momentos difíciles y amargos de aquella epopeya.
Otro hecho que quiero señalar aquí para valorar la significación del 30 de Noviembre y con ella, también, en cierta forma, la significación de la lucha clandestina. Ya en los meses de marzo y mayo de 1957 un grupo de los mejores combatientes, cuidadosamente seleccionados por el propio Frank, fue a engrosar las filas del Ejército Rebelde en la Sierra, y fue a darle su apoyo al Ejército Rebelde en la Sierra. Varias decenas de combatientes probados en la lucha, en el combate, combatientes que habían demostrado su firmeza y decisión de combatientes y que habían combatido duro. Combatientes como, por ejemplo, Nano Díaz (aplausos) y otros tantos más hasta llegar a varias decenas, fueron a engrosar en los meses de marzo y después de mayo y junio, las filas del Ejército Rebelde, que fue una ayuda importante de los combatientes revolucionarios del 30 de Noviembre en Oriente para los expedicionarios del Granma, que llegaran allí hombres con algunas armas y que sirvieron en un momento importante de la lucha en la Sierra.
Frank preparó cuidadosamente, celosamente, ese envío, fijándose en todos los detalles. Porque hay que decir que entre las grandes virtudes revolucionarias de dirigente que tenía Frank, además de su temple, además de su sensibilidad humana, estaba lo minucioso que era en su trabajo. Observaba siempre todos los detalles y cuidadosamente velaba por ellos y así logró enviar aquellas decenas de combatientes para la Sierra.
Para valorar la hondura y la profundidad que adquirió, que llegó a adquirir la lucha revolucionaria en el llano, en Oriente, en Santiago, en Manzanillo, en Bayamo, hay que tener en cuenta algunos hechos que quizás pasen inadvertidos, pero que son el símbolo de la profundidad que había alcanzado la lucha revolucionaria en las ciudades de Oriente. Hay que tener en cuenta un hecho que todo el mundo conoce, pero que quizás pueda pasar inadvertido en su significación. Y es que hay que tener en cuenta el hecho de que cuando Frank cae, el 30 de julio de 1957, es enterrado vestido de uniforme verde olivo, paseado por las calles de Santiago con uniforme verde olivo y con una bandera cubana y con todo el pueblo atrás. Eso se dice fácil. Y si no somos cuidadosos en el análisis, si no somos dialécticos en el análisis quizás no comprendamos la significación que tenía aquello. Pero para comprender la significación que tiene que el cadáver de Frank se paseara por las calles de Santiago de Cuba, vestido de uniforme verde olivo, con una bandera cubana y con todo el pueblo, hay que tener en cuenta que se trataba de los meses de julio y agosto de 1957. Hasta allí había llegado la profundidad del movimiento revolucionario en la provincia de Oriente.
Comentábamos nosotros en el día de hoy con algunos compañeros otro hecho que quizás pudiera parecer sin importancia, pero que demuestra, también, hasta dónde era de profundo el Movimiento Revolucionario en Oriente y en Santiago. El hecho que siendo Frank el dirigente de las acciones del 30 de Noviembre y habiendo caído prisionero meses más tarde, es llevado a los tribunales y es absuelto por los tribunales. Y esto sucedió en determinadas circunstancias y bajo determinadas condiciones políticas y sociales que jugaron la presión necesaria, incluso, ¡sobre el andamiaje judicial! Eso ocurría en Oriente, eso ocurría en Santiago en los años 1956 y 1957.
Hay que recordar que aunque desgraciadamente la tiranía de Batista llegó a acosar a los revolucionarios en Santiago de Cuba, al extremo de llegar a acorralar y asesinar a Frank, hay que recordar, no obstante, que esto no fue tan fácil para la tiranía. Hay que recordar que por las ciudades de Santiago, y de Oriente en general, se paseaban los combatientes revolucionarios clandestinos y los conocían decenas y decenas de personas y, sin embargo, no fue hasta bien entrada la lucha que llegó el acoso del clandestinaje. Porque hoy puede cualquiera asombrarse, pero si lo analizamos a fondo, el hecho de que en esta ciudad como en otras de la provincia de Oriente, grupos de combatientes revolucionarios mantenían reuniones clandestinas, casi públicas muchas veces, mantenían red de apoyo que permitieron hacer lo que aquí se hizo en esta provincia. Claro que esto, compañeros, estaba abonado por una larga lucha y no creo que haya sido una casualidad que Fidel escogiera el Moncada para iniciar la lucha revolucionaria y que más tarde escogiera la Sierra Maestra para continuar esa lucha.
Estaba abonado este camino por el propio Moncada. Porque hay que decir que en nuestros trabajadores, en muchos jóvenes combatientes, en nuestros estudiantes el hecho del Moncada había calado muy hondo en la conciencia revolucionaria de esta provincia. Había llegado muy hondo esta conciencia revolucionaria. Apunto estos hechos como un señalamiento a la comprensión de la hondura o del significado de un acontecimiento como el 30 de Noviembre, donde cayeron tres combatientes revolucionarios, y que no es sólo el hecho de aquel día, sino todo su significado y toda su proyección. Por eso decía que el 30 de Noviembre simbolizaba, por una parte, el espíritu combatiente de la juventud de Santiago y del respaldo que siempre nos dio el pueblo, y, por otra parte, el 30 de Noviembre es quizás la fecha más representativa de la lucha clandestina del Movimiento 26 de Julio en el llano.
El carácter de Frank, su temperamento revolucionario, su vocación revolucionaria, era el verdadero símbolo de la lucha clandestina. Frank representa, quizás como ningún otro, el símbolo de la lucha clandestina y del combatiente clandestino y que con sólo 23 años pudo organizar un movimiento clandestino en Oriente de apoyo a la Sierra. Y debe decirse que en el temperamento y en la sensibilidad de los combatientes revolucionarios del clandestinaje, está la fibra que Frank representaba y está, también, una vocación y una profundidad revolucionarias en grado extremo. Es cierto que entonces en los combatientes revolucionarios del llano, en los combatientes revolucionarios del 30 de Noviembre, no había la profundidad revolucionaria, que desde luego, hay hoy o que hubo más tarde. Es cierto que estos combatientes no eran, nosotros no éramos, digamos, marxista-leninistas. Ni puede decirse que muchos pudieran considerarse como tales. Pero había algo muy importante. ¡Y ese algo muy importante era que en todos los combatientes revolucionarios había una tradición patriótica, una sensibilidad revolucionaria y una convicción profunda de que todo tenía que hacerse con el pueblo, y que era el pueblo el que podía hacer la Revolución, para luchar por la justicia! Y que era el pueblo el que hacía la Revolución.
Recuerdo —y perdónenme que hable de algunas anécdotas, pero nos parece que tienen un significado muy profundo— cómo en los días posteriores a conocerse la noticia de que Fidel y un grupo de combatientes continuaban vivos y luchando en la Sierra, Frank nos señalaba y nos describía a nosotros cómo él veía que se iban a desarrollar los acontecimientos. En cuanto al desarrollo de la lucha en la Sierra, el apoyo del campesinado y el desarrollo de un fuerte movimiento de todo el pueblo alrededor de eso. Recuerdo estas explicaciones y estos señalamientos de Frank, cómo él veía que se desarrollaban, que no es necesario decir cómo lo veía porque fue como, efectivamente, se desarrollaron después.
Es decir, que independientemente de la profundidad de las ideas políticas, sociales y filosóficas que pudiéramos haber tenido algunos combatientes revolucionarios en el llano, había algo muy importante. Y ese algo muy importante era la convicción profunda de combatir la injusticia social, la miseria y el dolor del pueblo; y de que el pueblo es el que hace la Revolución. Y, además, otra cosa también profunda y muy importante: la decisión de combatir, de luchar hasta la muerte, si inevitable fuera, en defensa de las ideas de justicia social, de libertad y de independencia. Y con esos ideales y con esos objetivos íbamos al combate y a luchar. Es eso, en cierta forma lo que nosotros sentimos que debemos decir en este 30 de Noviembre. Y además, que tanto el 30 de Noviembre, como el 2 de Diciembre, abrieron una etapa nueva en la lucha insurreccional contra la tiranía de Batista. Una etapa que siempre debemos cuidar y la que siempre debemos recordar porque está cargada de enseñanza para los cubanos. Etapa que es importante que se estudie, se analice y se conozca cada día más profundamente por las nuevas generaciones, sobre todo para las nuevas generaciones.
Y ahora nos viene a la memoria algo. Una vez nos decía Frank, decía él que uno de sus placeres o de sus gustos mayores era enseñar como maestro en un aula de cuarto o quinto grado. Y yo por eso hoy aquí, recordando esto, subrayo la importancia de que nuestros niños y nuestros jóvenes conozcan, también, la historia de su patria y de su país. Conozcan cada día más la forma en que vivía el pueblo, las masas desposeídas del pueblo en aquellos años; que desde luego, esto que tenemos hoy y que lo tenemos gracias al esfuerzo y al heroísmo y al martirologio de varias generaciones de cubanos, esto que tenemos hoy no fue siempre así.
Y van pasando los años y las nuevas generaciones van llegando, quizás, olvidándose las viejas situaciones. Y hay que recordar siempre la lucha que se libró contra todo aquello, lo que aquello representaba y la forma en que vivía el pueblo en aquella época de miseria, de explotación, de vergüenza, de discriminaciones. Eso tenemos siempre que recordarlo en un día como éste. Y tendrán siempre, los que se dediquen al estudio y análisis de la Historia, que recordarlo.
Porque, desde luego, las nuevas generaciones que no vivieron en esa ignominia, que no vivieron en ese dolor y en esa amargura, si no se les recuerda y no se les educa en estos conceptos y en estas ideas, podrían quizás pensar que la libertad que hoy goza nuestro pueblo, que el derecho que hoy tienen nuestros jóvenes de estudiar, que las posibilidades extraordinarias que hoy tienen nuestras nuevas generaciones se lograron fácilmente. Y por eso tenemos que explicarles que esas conquistas sociales costaron la sangre generosa de nuestros héroes y mártires; costó sangre de obreros, de estudiantes, de campesinos, de jóvenes. Costó dolor y amargura. Y desde luego esta generación revolucionaria ha tenido también un privilegio. Un privilegio que, como ha señalado Fidel, no le correspondió a las anteriores generaciones revolucionarias. El privilegio de construir el futuro, el privilegio de construir la nueva sociedad. Ese es un privilegio que tenemos los revolucionarios y los combatientes de hoy. Un privilegio que no tuvieron las generaciones revolucionarias del 68, del 95, del 33 y que no tienen cientos de cientos de combatientes que cayeron en la lucha contra la tiranía de Batista.
Los problemas que hoy enfrenta nuestro pueblo, los problemas que hoy enfrentan los revolucionarios, los combatientes, son muy distintos a los problemas de antes. Son problemas más complejos, más difíciles si se quiere, por su complejidad. Pero tenemos la gloria, el honor y la posibilidad de enfrentar esos problemas. Ellos no han tenido esa gloria, esa posibilidad. Ellos tuvieron sí, la gloria de contribuir con su sangre a que hoy nosotros tengamos la posibilidad de construir el futuro. Y creo que como homenaje a ellos, como el verdadero homenaje a ellos no está en las palabras, no está en lo que digamos, el verdadero homenaje a nuestros mártires, a los del 30 de Noviembre, a los del 2 de Diciembre, a los del 26 de Julio, a los de todas las fechas gloriosas de nuestra Historia, que sería interminable expresarlas aquí, el verdadero homenaje a esos héroes, a esos mártires y a esas fechas está en enfrentarnos unidos a las grandes tareas que tenemos por delante.
El recuerdo es justo, es necesario y es útil. Pero es justo, necesario y útil en la medida en que nos ayude aún más y nos fortalezca aún más para continuar adelante en las tareas que ellos iniciaron. ¿Cuáles son los problemas que hoy enfrentamos? Es cierto que los grandes problemas de hoy son más complejos quizás que los de ayer. Y de la misma forma que antes los revolucionarios y el pueblo tenían que enfrentar la tiranía, la injusticia social, la penetración imperialista, la dominación imperialista, hoy tenemos que enfrentar, por una parte, las amenazas imperialistas y tenemos que enfrentar, de otra parte, las tareas de nuestro propio desarrollo. Nos hemos ido educando en estos años desde el triunfo de la Rebelión en el combate a las amenazas imperialistas y hemos fortalecido todos, frente a todos los problemas, nuestra conciencia antiimperialista al extremo que hoy forma parte de la propia ideología de todo el pueblo cubano.
Junto con esto tenemos que librar una batalla también dura y también difícil que es la batalla por el desarrollo. Esta provincia de Oriente, que conmemora el catorce aniversario del 30 de Noviembre, es justo y necesario que también recordemos las tareas que tenemos delante, las tareas del desarrollo que tenemos delante. Porque si esta provincia de Oriente, y si esta ciudad de Santiago y con la ciudad de Santiago también toda la provincia fue vanguardia en la lucha independentista, fue vanguardia en la lucha contra la tiranía de Batista, hoy tenemos también que proponernos que Oriente sea vanguardia en la tarea del desarrollo. Y la disposición y la actitud del pueblo oriental, de los obreros, de los estudiantes y los campesinos son extraordinarias. Que en esa actitud y en esa disposición del pueblo debemos los revolucionarios, los militantes del Partido, de la Juventud, los cuadros de las organizaciones de masa, debemos los compañeros con responsabilidad, debemos los militantes del Partido ir a recoger o beber en esa actitud o disposición del pueblo la inspiración y la fuerza para seguir adelante.
Porque debemos decir que la disposición del pueblo y la actitud del pueblo para enfrentarse a las tareas del desarrollo, la actitud que se ve en los centros de trabajo, en las fábricas, en los campos, la actitud que se ve es una actitud de combate y de deseo de marchar hacia delante y de interés para saber qué debemos, qué podemos hacer para seguir hacia delante. ¡Esa es la actitud de los trabajadores, esa es la actitud del pueblo!
Es cierto que esta provincia y que todo el país ha pasado por un revés. Pero ese revés de la zafra histórica debemos enfrentarlo con el mismo espíritu y la misma actitud de victoria con que Fidel enfrentó el revés del Granma. Y desde luego, con espíritu de victoria. Porque no podremos “convertir el revés en victoria”, como es consigna y como es llamamiento hecho por Fidel si no es enfrentando así, con ese mismo espíritu con que Frank nos hablaba a nosotros en los días posteriores al Granma. Es decir, con la conciencia de que marchábamos hacia delante y de que obtendremos la victoria.
Desde luego que hoy los problemas no se resuelven solamente con espíritu y decisión de combatir. El espíritu y la decisión de combatir están dados o se dan porque están en el pueblo. Ahora tenemos de inmediato un gran problema, un gran problema que el Partido, nuestras organizaciones obreras han orientado enfrentar con una consigna que expresa cuál es nuestro trabajo de hoy; enfrentar las tareas del 71, el compromiso de hacer la Zafra y el compromiso de continuar haciendo todo lo demás. En esta consigna y en esta idea se expresa el interés y el deseo de los revolucionarios y el pueblo en Oriente por dar la batalla simultánea en la economía a la que ha llamado desde hace mucho tiempo el compañero Fidel.
[…]
Los problemas que tenemos que enfrentar son complejos y de verdad que cuando se analicen a fondo y cuando se tienen que enfrentar esos problemas se ven en toda su complejidad porque éstos son sólo algunos de los problemas que tenemos. Porque junto con esto tenemos que enfrentar las tareas más de fondo del desarrollo educacional y cultural, que es un problema de fondo, que está presionando o condicionando hoy todo nuestro desarrollo. Y en esa dirección trabajaremos arduamente todos los revolucionarios y todo el pueblo. Enfrentando estos problemas para su solución. Enfrentarlos, con el pueblo. Porque desde luego si no elevamos el nivel cultural y no elevamos el nivel técnico, no podremos enfrentar las tareas del desarrollo y de la producción.
Porque en última instancia, la producción es una consecuencia del desarrollo técnico, del desarrollo cultural y del desarrollo social, y el desarrollo técnico no es sólo tener máquinas y equipos, sino también tener los hombres capaces de manejar esas máquinas y esos equipos.
Hemos señalado algunas de las tareas y como se ven, son tareas infinitamente más complejas que las que se tenían hace 14 años. Infinitamente más complejas que las que teníamos cuando el 30 de Noviembre, el 2 de Diciembre y esas tareas infinitamente más complejas tenemos que enfrentarlas, sin embargo, con la misma conciencia, con la misma decisión, con la misma actitud y con el mismo espíritu de los combatientes del 30 de Noviembre y de los combatientes del Granma. Superándonos todos, esforzándonos todos y luchando todos por alcanzar los objetivos. Porque esos objetivos del desarrollo que son los que resuelven de raíz los problemas que hoy tenemos, los problemas que hoy tiene la provincia, es nuestro compromiso de honor con los combatientes o con los mártires del 30 de Noviembre, del 2 de Diciembre y de toda nuestra Historia.
Ese es nuestro compromiso de honor, de los militantes del Partido, de la Juventud, de los obreros, de los campesinos, de los estudiantes, de todo el pueblo. Ellos no pudieron trabajar por esto. ¡Nosotros, que hemos podido trabajar por esto, luchemos y trabajemos con la pasión de ellos por alcanzar lo que ellos soñaron y por lo que ofrecieron sus valiosas vidas!