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Opinión

Ausentes en el Panorama Nacional

Hugo Carbajal Aguilar

Finalmente habrá cambio en la Sección 61 del SNTE que pertenece a los Tecnológicos del país. El comité saliente rebasó su período por más de un año con diferentes pretextos y parece que pretende perpetuar su influencia colocando a personeros que continúen con su inútil trabajo sindical.

Así que se aprestan ya todos los Tecnológicos para el cambio de su comité seccional. Ha habido intercambio de ideas, quejas, denuestos, improperios y diatribas entre algunos de sus miembros que pertenecen a las delegaciones sindicales. Todos ellos buscan alguna ración de poder pero no lo expresan con claridad, sólo se han dedicado a descalificarse mutuamente. Puede decirse que hay dos –¿habrá más?– bandos sindicales: los que estuvieron y siguen estando en favor del secretario saliente conocido como “El abuelo” y los que ya conformaron un grupo contrario, no únicamente distinto.

Algunos secretarios delegacionales han estado siempre en las maduras y han permanecido ahí –nunca en las duras– en sus ámbitos regionales. Han ocupado puestos directivos concediéndole la razón al director en turno con más que sumisión y docilidad y sin ningún ápice de dignidad de su parte. Ahora se enlistan para participar como candidatos para la Sección sabiendo que se ensancha el coto de poder y sobre todo, el manejo de los dineros. Las propuestas no son novedosas, la única novedad es que se busca ejercer el voto secretamente y no a mano alzada para impedir el control y manipulación de las bases.

Pero…

Pero… resulta que estas bases de estos trabajadores tecnológicos son unas colectividades grupales que se han caracterizado por su apatía tradicional, por su total indiferencia, abulia y absoluta displicencia frente a todo este ajetreo de movimiento sindical. Son bases ausentes en todas las protestas, a las que no les importa quién o quiénes defiendan sus derechos laborales, sólo les interesa conseguir plazas y bonos, promociones y becas. Los trabajadores de los más de 250 tecnológicos del país nunca se han distinguido por participar en las luchas sindicales de los maestros.

Estos distinguidos trabajadores que gustan de ser llamados docentes de “educación superior” –además– desconocen su propia historia pues un buen número de ellos ha celebrado la posibilidad del regreso de Elba Esther Gordillo a la dirigencia nacional. No reconocen las cadenas de corrupción generadas por esa señora, su historia de enriquecimiento personal con todas las evidencias, su enfermiza actitud, su ambición de poder, su llegada al comité nacional por imposición de Carlos Salinas, iniciador del caos estructural que padecemos, sus complicidades con el PAN y con el PRI. ¡Nada! Simplemente celebran y hasta le echan porras, circula por ahí un video donde se ve con claridad a un grupo de ellos gritándole vivas, salmos y jaculatorias.

Aquí en Morelos los dos Tecnológicos –Cuautla y Zacatepec– iniciarán la elección de sus plenipotenciarios, eminentes y pluscuamperfectos delegados al H.H.H. congreso seccional. El otro problema, que nadie quiere ver ni comentar, es que no ha habido en más de un año una sola reunión sindical que informe a la base de la problemática existente. ¿Para qué? Si a la base no le interesa. Bien pueden los responsables alegar eso a su favor.

Lo grave es que tienen razón pues las bases son absolutamente indiferentes a estos temas, asuntos y problemas. Supóngase que Ud. es un trabajador interesado en este embrollo y supóngase también que se atreve a preguntar, a cuestionar y/o a exigir que se le informe. ¿Qué clase de respuesta cree que va a recibir?

Revisemos el papel que han cumplido los sindicatos de las universidades e instituciones públicas nacionales, el STUNAM, el IPN aun siendo también del SNTE, el SITUAM, el de Chapingo y otros en las luchas laborales, por mejora del salario, por prestaciones, por exigir democracia sindical. Asimismo se han hecho presentes en los conflictos sociales y ofrecen alternativas y propuestas.

En cambio, los Tecnológicos no existen en el panorama de las luchas sociales o, al menos, laborales, de democracia participativa, de defensa de nuestros derechos, de resolución de complejos problemas colectivos. No se han hecho presentes en el aparato o esquema educativo docente. Es más, se han conformado con ser proveedores de mano de obra para las empresas. Mano de obra abundante, por tanto barata, dócil porque desconoce sus derechos, sumisa porque ha sido domesticada y sólo sabe obedecer y –además– certificada con ISO 9000 al gusto del empresariado nacional y extranjero que camina al compás de la OCDE y el Banco Mundial.

Alguna vez dijimos que estas instituciones eran ínsulas en el océano docente de México y hasta la fecha no ha habido alguna reconsideración ante esta evidencia. Así que pueden proponer exigir mejores salarios, mejores prestaciones sociales, mejores jubilaciones y pensiones; pueden pedir el regreso de la señora Gordillo para que les maneje sus cuotas, les imponga sus caprichos y les justifique sus corruptelas; pueden continuar pastando en las amplias praderas de la pecunia nacional; pueden seguir rumiando sus bonos y sus becas y pueden seguir ausentes de la problemática nacional.

A menos que…

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