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Opinión

El Periodismo como medio para la equidad: Dificultades y perspectivas

Georgina Rosado Rosado

Lejos de pretender hacer transformaciones que luego quedan en lo declarativo, promover la equidad desde los medios de comunicación es una labor necesaria, fundamental para cambiar poco a poco la realidad en la que viven precisamente las víctimas de la inequidad. Y es que este término se encuentra asociado a los valores de igualdad y de justicia. No podemos hablar de éstos sin considerarla.

Es importante aclarar que con la promoción de la equidad se busca lograr la igualdad en derechos y oportunidades para todos los miembros de la sociedad, más allá de las diferencias en el sexo-género, etnia, clase social, orientación o preferencia sexual, etc. Pero también que todos y todas tengamos acceso a la justicia social requiere que quienes diseñan y aplican los instrumentos jurídicos y las políticas públicas, consideren las diferencias entre los diferentes sectores que conforman la sociedad, tanto en las distintas condiciones materiales y subjetivas en las que se vive, como la gran diversidad de manifestaciones culturales existentes en nuestro país. Por tanto, no puede haber una ley, estrategia económica, religión o “moral” única aplicada o impuesta a todos los individuos, ya que de hacerse sería no sólo contraproducente al profundizar los desequilibrios sociales sino que, paradójicamente a lo que supuestamente se busca, sería tremendamente injusto, impositivo y dictatorial.

Menciono lo anterior porque los pueblos originarios o indígenas merecen un trato diferenciado para llegar a una relación equitativa con los demás miembros de la sociedad plural y diversa, igual sucede con las mujeres. ¿Alguien podría dudar que estos dos sectores sean, hoy por hoy, víctimas del colonialismo y del patriarcado? ¿Alguien podría dudar que este colonialismo y patriarcado (impuesto históricamente), actualmente se reproducen gracias a la visión tutelar del estado, etnocéntrica y androcéntrica? ¿Alguien dudaría de que tanto las mujeres como los indígenas requerimos ser escuchados y consultados de acuerdo a las condiciones sociales y culturales existentes (injustas y diversas) mencionadas?

Cuando se habla de la equidad de género se hace referencia a la igualdad y justicia, a la búsqueda de una sociedad donde las personas sin importar su sexo-género, puede hacer valer sus derechos y poseen las mismas oportunidades y responsabilidades. Cuando se habla de políticas de equidad social se hace referencia a cuestiones de salud, educación, vivienda y a una vida sin violencia ni discriminación, por mencionar lo más indispensable. Y uno de los mayores objetivos es alcanzar la inclusión de todas las personas a un estado de bienestar y elevar su condición de vida. Pero hoy más que nunca es preciso aclarar que esto no sólo incluye condiciones materiales equitativas sino sobre todo la posibilidad, negada a las mujeres y a los indígenas de su autodeterminación, y el control sobre sus cuerpos y territorios. Para el feminismo indígena implica reconocer que la madre tierra, el inframundo donde se genera la vida, nuestra matriz, nos pertenece y por tanto nadie tiene derecho sobre ella más que sus legítim@s propietari@s, l@s indígenas y nosotras, las mujeres. Un poder que no reconoce esto no se puede ostentar como democrático o revolucionario.

No podemos dejar de mencionar la necesidad de equidad en las leyes y en la economía, las primeras obedecen a las necesidades de la segunda. Así que en una economía capitalista se requiere un marco legal que permita precisamente considerar la existencia de las lacras sociales, entre ellas: el machismo, la homofobia, el racismo, la pobreza y todas las formas de discriminación.

Agregaré una reflexión relacionada con los llamados Objetivos de Desarrollo del Milenio, también conocidos como Objetivos del Milenio (ODM), que son ocho propósitos de desarrollo humano fijados en el año 2000 y que los 189 países miembros de las Naciones Unidas acordaron conseguir para el año 2015. Por supuesto que se avanzó muy poco en los mismos. Estos objetivos tratan problemas de la vida cotidiana que se consideran graves según las mismas UN, pero al evaluarse en 2015 los progresos alcanzados se extendió la lista de objetivos y ahora los llaman los objetivos de desarrollo sostenible. Manera distinta de mencionar en esencia lo mismo: erradicar la pobreza extrema y el hambre, lograr la enseñanza primaria universal, promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el Vih/Sida, el paludismo y otras enfermedades, garantizar la sostenibilidad del medio ambiente y fomentar una asociación mundial para el desarrollo.

Toda esta situación es vigente por la falta de equidad en todos los aspectos. ¿Qué hacer? ¿Qué corresponde hacer a quienes desde la sociedad civil nos hemos fijado la meta de transformar, cambiar, revolucionar al país para llevar a la sociedad a mejores estadios de bienestar social?

Considero que en primer lugar es necesario fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil que tengan como objetivo atender la problemática señalada. No permitir que sean anuladas con la pretensión o afirmación de que el Estado por fin cumplirá sus funciones. Los métodos son distintos y contradictorios: las OSC, antes ONG o AC vinculadas y comprometidas con grupos vulnerables trabajan en el sentido de empoderar a la sociedad. El Estado va en otra vía, la de querer poner en manos de una sola persona los mecanismos de distribución clientelar de recursos públicos. Y eso es autoritarismo que no se lleva con la equidad, igualdad y libertad.

Junto con las ONG o AC son fundamentales los medios de comunicación comprometidos con la justicia social. Por eso es importante mencionar que las personas que gozamos de espacios de libertad en medios de comunicación, como en el periódico de la ¡Identidad, Dignidad y Soberanía! creemos que para lograr la equidad es preciso luchar contra la pobreza, la discriminación, el racismo, la xenofobia, la homofobia, contra el machismo entre otras lacras que fomentan el individualismo, la discriminación y la violencia. Y esto requiere plena libertad de expresión y el respeto a la pluralidad ideológica, partidaria, de creencias y formas de expresión que existen en nuestra sociedad. Aclarando que esta libertad implica que las notas y opiniones periodísticas deben basarse en los hechos y análisis serios de los mismos y no en descalificaciones, etiquetas para denostar al opositor, ni en las ofensas para quienes opinen lo contrario. Aspectos que no suelen vigilarse ni se regula en quienes se dedican a la política, en muchos medios de comunicación como tampoco en las redes sociales, pero sí en periódicos serios y comprometidos con la sociedad como el POR ESTO!

La existencia de espacios de expresión libre de ideas es real pero no todos van en el mismo sentido y es lógico si aceptamos que la diversidad es necesaria. Así que los medios de comunicación como el POR ESTO! que dan espacios a periodistas y comunicador@s comprometidos en la atención de la situación objetiva y las subjetividades relacionadas con la falta de equidad y por tanto con su transformación real, deben ser blindados por la sociedad. Ya que cuando estos espacios falten será señal de que nos alejamos de los objetivos de bienestar con equidad, justicia, paz, dignidad y respeto a lo diverso.

Por tanto, y como punto final, a unos días del aniversario del POR ESTO!, desde aquí envío mis saludos y reconocimiento a su director Mario R. Menéndez Rodríguez, a mí querida amiga doña Alicia Figueroa y a todos y todas quienes desde esta trinchera estamos luchando por un mundo donde podamos vivir una vida más justa, sin violencia, con libertad y felices. Porque como dicen las mujeres sabias, venimos al mundo para ser felices y si no, ¿para qué? Que nada ni nadie nos distraiga en ese camino por lograr nuestros objetivos.

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