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Opinión

Venezuela, alcanzada de tiempo

Jorge Lara Rivera

Un tropel de nuevos y disímbolos elementos convergidos en la crisis de Venezuela, al complicarla, dificulta cualquier arreglo posible. En un viernes (22) por demás agitado la inesperada victoria 3 a 1 de la, hasta ese día, limitada selección de futbol de Venezuela sobre la multicampeona mundial argentina en España, pese a que jugó el famoso Lionel Messi (quien anunciaba pan para sándwiches en TV) ofreció una alegría a la afición del país, pese al uso politiquero que el autoproclamado “gobierno encargado” dio a ése tornándolo otro más de aquéllos. Tal maniobra le salió contraproducente al ‘espontáneo´ patrocinado por Estados Unidos, causando malestar en las redes que vapulearon su oportunismo. Y es que el incumplimiento de Antonio Ecarri (enviado como “embajador” de Juan Guaidó a ese país cuyo violento injerencismo de siglos reconoce a este “presidente”, aunque a la vez no sea capaz él mismo de aceptar y respetar la voluntad nacional catalana de disgregarse) al pactado silencio de su visita al equipo y el posterior intento de capitalizarlo políticamente en provecho suyo, del propio Guaidó, han llevado de paso a que el entrenador Rafael Dudamel, en alguna medida corresponsable de este increíble triunfo, ponga su cargo “a disposición” de su correspondiente federación nacional. El mismo día, en Florida, E.E.U.U., Donald Trump se reunió con gobernantes caribeños de Bahamas, la Rep. Dominicana, el depauperado Haití (al que se sospecha víctima de experimentación de sofisticado armamento norteamericano causante de sismos con hipocentro a 10 Km tal 1 fracking exponencial), Bahamas, Jamaica y Santa Lucía, una cita destinada a tentar a los 2 últimos (integrantes de la CARICOM que, consumidores del petróleo, han reusado reconocer a Guaidó y apegarse a la No intervención, ofreciendo sus buenos oficios mediadores para la solución del caso), vía oferta de “potenciales oportunidades de inversión” en materia energética –acaso al modo de las que Exxon Mobil realiza en la República Cooperativa (y muy, con el imperialismo) de Guyana, para que con provocadoras incursiones a la zona económica exclusiva del mar patrimonial venezolano en el área de Esequibo disputada, protagonicen incidentes útiles para presentar a la República Bolivariana como elemento disolvente en la zona y una amenaza para la seguridad regional dando coartada a una acción militar contra ella. También en la misma fecha, acorde con su plan de amagos, presiones y agresiones, el Departamento del Tesoro estadounidense de modo unilateral impuso medidas coercitivas contra el Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela, sus filiales y subsidiarias, otro paso para socavar la paz social y asfixiar a Caracas. El día previo se supo que cumpliendo una orden judicial la policía detuvo a Roberto Marrero, “jefe del Despacho de la Presidencia” y principal colaborador del autoproclamado “presidente encargado” bajo cargos de dirigir una célula terrorista, y que su residencia y la del opositor Sergio Vergara fueron allanadas antes por agentes de Inteligencia Nal. El propio Guaidó dijo que tales torpezas fueron sin autorización de Maduro, lo que a su parecer indica que la cadena de mando del régimen bolivariano estaba rota. En el mismo contexto, el martes 19 ha tenido lugar en la Casa Blanca la reunión entre el estadounidense Donald Trump y el brasileño Jahir Messia Bolsonaro, los reaccionarios del Norte y Sur del continente en la Casa Blanca tras la cual Trump reiteró amenazas contra Maduro y su régimen, y se evidenció el descarado entreguismo de Bolsonaro, adelantando su intención de prestar al territorio de Brasil para estacionar tropas estadounidenses en la frontera con Venezuela, con la posibilidad de crear una zona autónoma gobernada por Guaidó; y todo eso sin conseguir concretar algún apoyo real de Washington al maltrecho país carioca. Estos hechos tienen lugar apenas unos días luego de que el presidente venezolano Nicolás Maduro solicitase (domingo 17) a los integrantes de su gabinete poner sus cargos a disposición, a efecto de emprender una reestructuración de éste, según informó la vicepresidente Delcy Rodríguez (antes presidente de la Asamblea Constitutiva, antes canciller de Venezuela), a efecto de la larga tensión afrontada por su gobierno.

Luego que medios estadounidenses han evidenciado el montaje con el que se quiso indisponer a la opinión pública internacional contra el gobierno de Caracas culpándolo del incendio de un camión cargado de víveres y medicamentos, el cual formaba parte de la ayuda humanitaria que se pretendió introducir al país, la semana se ha dejado correr la especie de que 8 toneladas de oro venezolano mermadas han llegado a Uganda, África, sin los permisos legales y con destino incierto que para muchos no es otro que Turquía. Entre tanto, presiones y amenazas de la Casa Blanca a la India con las cuales se busca desalentar sus compras del petróleo venezolano que Estados Unidos ha dejado de importar buscando desestabilizar la economía del país suramericano, parecen empezar a tener efecto: Nueva Delhi vacila para garantizar compras nuevas. Guaidó miente que tiene el apoyo de todo el mundo: Rusia, China y la India, los países más populosos del mundo y de las mayores potencias económicas, energéticas y militares del planeta se rehúsan a reconocerlo, al igual que 2 potencias regionales con amplia influencia económica, militar y nuclear en el escenario internacional (Turquía e Irán) e incluso un país europeo integrante del G-7, Italia, mantienen en suspenso su reconocimiento a alguno de los 2 presidentes en espera de mayores datos sobre la suerte que correrán sus protagonistas.

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