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Opinión

Lejos aún el Fin del Neoliberalismo

Por Guillermo Fabela Quiñones

Apuntes…

La semana pasada, días después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunciara el fin del neoliberalismo en México, en dos escenarios diferentes se puso en claro que la política real es la que determina el rumbo del gobierno. Aún no hay condiciones objetivas para decretar la muerte de un modelo económico que tiene raíces profundas en la estructura del Estado, las cuales no pueden ser cortadas de tajo sino mediante una labor persuasiva muy difícil y compleja.

No fue fortuito el encuentro, en casa de un alto directivo de Televisa, de López Obrador con Jared Kushner, yerno del presidente Donald Trump. Fue una demostración de que el neoliberalismo sigue vivo, y que falta mucho para que la fracción progresista del gobierno mexicano avance en sus aspiraciones de cambio verdadero. El ocupante de Palacio Nacional sabía que su asistencia a la cena iba a provocar críticas adversas, pero no asistir hubiera sido un error estratégico mayúsculo.

No puede ni debe dar margen a más presiones ni abrir más frentes de los que viene enfrentando. Hay momentos en los que dar un paso atrás permite que se puedan dar dos más adelante. Tal es la circunstancia que debió resolver López Obrador, aunque ello le representara pérdida de confianza en algunos sectores que lo apoyan. Pero no darle pretextos a Trump para sus provocaciones, se logró con inteligencia y diplomacia.

No hay que perder de vista la coyuntura geopolítica, contraria a los designios tan anunciados de una cuarta transformación. Véase cómo la mayoría de países sudamericanos han sido desmembrados de quienes tendían a colocar a la Patria Grande en un carril distante de Washington. No han tenido empacho, los intereses dominantes de la Casa Blanca, en utilizar todo su arsenal para hacer caer gobiernos democráticos y progresistas. El caso más doloroso, el de Brasil, con el encarcelamiento de Ignacio “Lula” Da Silva.

Esto no significa que se caiga en un fatalismo irredento, sino ser prudentes y realistas para actuar sin poner en riesgo el proyecto de nación que permita nuevas formas de gobierno, así como condiciones objetivas para contar con una fuerza capaz de vencer resistencias conservadoras. Todo en su momento, sin precipitaciones irracionales que sólo favorecen a la derecha. Esto explica las provocaciones de sectores radicales, decididos a influir en el ánimo de López Obrador para que actúe conforme a como esos grupos quieren, a fin de que rompa su compromiso de mantener negociación y diálogo como factores irrenunciables de su gobierno.

El otro escenario controvertido fue su asistencia a la 82ª Convención Bancaria, donde se mostró muy condescendiente con los banqueros, a extremos que hicieron dudar a muchos de su meta de llevar a cabo la Cuarta Transformación del país. Tal actitud es consecuencia de las condiciones económicas tan dramáticas y lamentables en que dejaron los tecnócratas al país. Hay que remar contra la corriente por un buen tramo del caudal vertiginoso del río neoliberal.

Desde luego, no será con súplicas a los banqueros como se impondrán ellos mismos regulaciones inconvenientes, pero mientras no se tenga la fuerza suficiente, es impensable una negociación con un sector decidido a todo con tal de imponer sus intereses. La cuestión es cómo lograr esa fortaleza necesaria si la austeridad está doblegando a las clases medias que tantas esperanzas tienen en un cambio verdadero.

guillermo.favela@hotmail.com

Twitter: @VivaVilla_23

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