Jesús Peraza Menéndez
Es la inminencia del deseo de movilidad del trabajador inspirado por la sobrevivencia, “fantasmas” que han perdido todo derecho de Ser-humanos, han sido despojados de todo medio de producción fueron objeto de la destrucción de bosques, alteración y contaminación de ríos, del mar y, ahí quedaron las especies extinguidas o en riesgo.
Es una transferencias de masas de población que recorren el mundo en un movimiento incontenible que no reduce las legislaciones nacionales ni los muros fronterizos, se mueven como microorganismos en el sistema mundial de mercado, les cambiaron el nombre, son “migrantes delincuentes” que no cumplen las leyes de las fronteras nacionales del capital.
Son el nivel de lucha espontánea que identifica a los desconocidos que abordan el tren la Bestia en un techo de vagón, el internacionalismo proletario se conforma en la condición humana de una cultura de sobrevivencia contra la posmodernidad imperial, van adonde pueden trabajar a cambio de una paga, así se ha construido el capitalismo en todo el mundo que ahora abarca cada metro cuadrado del planeta, no hay otro sistema que lo enfrente o compita. Los nómadas laborales no son una comunidad resguardada en un Reserva de la Biosfera, son la carga secundaria en el Tren de la Muerte.
En Tapachula, Chiapas, han dejado su lugar los hondureños, guatemaltecos, salvadoreños, “los mexicanos” de Centroamérica dicen los miopes voceros de los especuladores-usureros estadounidenses pensando en quién pagará los intereses, la renta de deudas nacionales impagables son infinitas como la banda de producción.
Con el criminal saqueo con guerras convencionales. Todo hace que se abra el paso a otros nómadas laborales transcontinentales, o ya eran desde la Colonia hermanados con causa contra los terratenientes-territoriales-industriales que usan para luego desechar a la clase trabajadora, insumo y combustible de la maquinaria económica como los esclavos africanos de las plantaciones algodoneras, cañeras, tabacaleras, los servidores de la mansión-castillo del amo-burgués.
En Yucatán los mayas, los yaquis, los chinos coincidieron a la esclavitud henequenera, los mayas tzeltales, mames, tzotziles, tojolabales, con los hermanos chapines mayas-quechuas en las fincas cafetaleras, cacaoteras, de algodón en Chiapas. El ferrocarril y las minas en Estados Unidos. El recorrido puede empezar en el Sur hasta llegar al Norte en Canadá o Alaska o pasa de los Polo Norte por el Estrecho de Behring somos antiguos nómadas.
Se configura una nueva raza en plena era de comunicaciones digitales que les deja expresarse en tiempo real antes, durante y después de ser asaltados por policías, o mafias de traficantes asociados, los capataces, las burocracias son los” Estados Nacionales”, que han encontrado esta forma de cobrar derechos de piso, de tránsito, con condiciones inhumanas como la cuota sexual a las mujeres, niñas y niños abusados tras ser enjaulados en la frontera estadounidense por policías custodios de la migra que ven el derecho imperial sobre el objeto sexual despojado de derechos y desechable. El sobreviviente en el viaje encuentra por dónde librar los obstáculos de todo tipo.
Otra clase trabajadora multicultural internacionalista que aportan experiencias, conceptos, ideales, capacidades. Los patrones estadounidenses, incluido Donald Trump, desean migrantes formados en las escuelas cubanas, técnicos agrícolas, médicos, científicos biomédicos, entrenadores de alta especialización deportivos, creadores, artistas. Renunciaron a la protección de traficantes, jugadores, tratantes de mujeres y, mantienen a terroristas de las bandas criminales de la emigración por la Revolución.
Las burocracias temen desertar, pretenden vivir en el tranquilo confort de los ahorros, la pequeña, mediana, gran propiedad que ahora amenaza una casta de megamillonarios que dictan leyes o deciden por encima de la humanidad. Los nómadas laborales son la esperanza de la revolución mundial permanente, el paro general se dirige desarticular al imperio con sus muros de fortaleza vacía de reyes y reinas enloquecidas, para construir otra cultura sin violencia, con ciencia aplicada y tecnologías avanzadas que con tren o sin tren, por ahora, llegará como en Macondo de “Cien años de soledad”, otro que le dé vuelta al planeta con todos abordo en condiciones de justicia.
¡Con un abrazo fraternal!