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Opinión

45 días definitivos

Alberto Híjar Serrano

El Diccionario Multilingüe Español, Zoque, Mam, Lacandón, Chiapaneco de Chiapas, es un pequeño tabique de 8 x 10.5 centímetros y 4.5 centímetros de espesor, con pastas de plástico verde para resistir humedades y transportes en los morrales de campaña por los caminos de Chiapas, Tabasco, Campeche, Quintana Roo. Lo realizaron hablantes de zoque de Pantepec, mam de Cacahoatán, maya lacandón de Lacanjá Chansayab, chiapaneco de Chiapa de Corzo, con la colaboración de María Isabel Pérez, filósofa avecindada en San Cristóbal desde el siglo pasado, con maestría y doctorado en problemas campesinos, coordinados todos por Pablo González Casanova H., autor del prefacio, donde afirma: “no es solamente la escritura y rescate de las lenguas lo urgente, sino que éste es apenas uno de los arranques entre muchas acciones más en una lucha mayor, encaminada a tan grande cambio, como la refundación de los gobiernos de toda América y la humanidad”. El hijo del respetado maestro y ex rector universitario considera esta urgencia integrada a “la defensa del territorio nacional y del de cada pueblo contra el neoliberalismo corporativo, el que nada respeta y todo se apropia, mercantiliza y daña”. Editado por Siglo XXI en 2017, contó con el apoyo del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas, UNESCO, UNESCOAT (Catalunya), Instituto Nacional de Nutrición y el INED.

Debiera ser una herramienta necesaria para la reorganización del Sur y Sureste mexicanos en apresurados trabajos para cumplirle al gobierno yanqui en el plazo de 45 a 90 días de contención de la cuantiosa migración de africanos, haitianos, cubanos y, sobre todo, centroamericanos. Ni en las reuniones del tratado entre los gobiernos, que no entre los pueblos, de Canadá, Estados Unidos y México, ni en la delegación de empresarios y funcionarios gubernamentales de México que negociaron el aplazamiento de los aranceles a productos mexicanos, hubo representantes de los pueblos ni investigadores de la región afectada. Pareciera que el territorio en crisis estuviera deshabitado.

Así, la promesa de respeto a los derechos humanos de la Presidencia, la Cancillería y el nuevo director del Instituto Nacional de Migración plagado de traficantes de personas, está en garras de un doctor en Derecho experimentado en la administración de cárceles donde priva el hacinamiento bajo el control de mafias de custodios y mandos con criminales organizados. Se cobra por todo: el lugar en la celda, la cobija mugrosa, la comida, el baño, la dispensa de la fajina, las visitas, todo. Quien tiene dinero puede comprar lo que quiera ante la vista gorda de las autoridades. Los frecuentes motines son señales de la vida cotidiana de los presos y del llamado autogobierno del que nunca se dice su implicación con las autoridades. Buena selección del sucesor del comisionado operativo del INM conocedor de métodos para el control de custodios abusivos, tanto como los extorsionadores de migrantes.

Los agentes nuevos, alrededor de 700, comisionados para integrarse al control fronterizo, no recibieron ningún entrenamiento especial. Desconocen las hablas de los migrantes, no digamos de los africanos o haitianos, sino la de los centroamericanos con sus usos, hablas y costumbres distintivas. La tradición represiva concreta la exigencia de cantar el himno nacional de México para descubrir si son mexicanos. Estos represores, tampoco saben lo que es el bridón o “mas si osare” reducido a palabra para designar la borrachera, o sea, están imposibilitados para comunicar y comprender no sólo a los migrantes sino a los pueblos y comunidades en las que se asientan.

El prólogo del pequeño gran diccionario advierte “la extinción al corto plazo” de las lenguas originarias y no exagera al afirmar que si esto ocurre, “perderemos casi todo: historia e identidad”.

Ese corto plazo puede ser el de 45 a 90 días en que la migración masiva es sometida a la flamante Guardia Nacional, al Instituto Nacional de Migración, a los gobiernos de la región, donde no hay más resistencia cultural que la de los asediados Caracoles Zapatistas y las organizaciones oaxaqueñas y veracruzanas. Los pueblos de Oaxaca en especial, por más que se movilizan y logran triunfos de contención contra la minería extractiva y la generación de energía eólica, sufren agresiones paramilitares, policiacas y militares constantes, asesinatos de dirigentes, prisiones injustas a veces por no hablar el castilla. Defensores de derechos humanos tan esforzados como Daniela González, del Comité Interamericano presidido por el Premio Nobel Pérez Esquivel, hace su trabajo con la amenaza permanente de muerte en el estado sometido a los intereses de la familia Murat y otros cacicazgos brutales.

Alerta roja, pues, en los 45 días que ya corren. No sólo peligran las lenguas originarias, peligran sus habitantes al ser reubicados por los invasores que ni los entienden ni les importan. Bien les haría asumir las “Máximas de Paulo Freire”, incluidas en el capítulo “El uso didáctico generativo”. Por ejemplo: “respeto a la autonomía del ser del educando”, “seguridad, capacidad profesional y generosidad”. “Nadie es, si se prohíbe que otros sean”. Ningún funcionario habla más allá de los derechos humanos en abstracto, cuando lo urgente es concretarlos. Los 45 días son la oportunidad propicia para procrear el encuentro y la solidaridad entre pueblos y comunidades, vencer resistencias, atender proyectos culturales de investigadores integrados a la tensión constante con dimensión nacional profunda.

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