Alberto Híjar Serrano
Un centenar de carteles en serigrafía y en offset, dos telas estampadas con una caricatura de René de la Nuez de un pelirrojo revolucionario disparando su fusil del que salen flores coloridas y la otra del proyecto Telarte con un diseño del pintor performancero Manuel Mendive, acompañan cuatro vitrinas con impresos y objetos diversos para dar a entender los alcances sociales y políticos de la construcción del socialismo en Cuba. En un capelo, una foto de 1955 con Fidel, María Antonia González y Arsacio Vanegas, refiere al apoyo definitivo al Movimiento 26 de Julio culminado en la salida del Granma con 80 combatientes gracias a la solidaridad de mexicanos contribuyentes con militancia revolucionaria como la de Guillén Celaya, viajero en el Granma, muerto en La Habana hace unos cinco años como Oficial de las Fuerzas Armadas Cubanas, hasta Antonio del Conde “El Cuate”, proveedor de armamento quien adquirió el yate Granma destartalado en Estado Unidos para ponerlo en condiciones de navegación en Tuxpan; Arsacio Vanegas, preparador físico de los expedicionarios, impresor de bonos 26 de Julio con la misma prensa que reprodujo versos de Martí y grabados de José Guadalupe Posada y Manuel Manilla. Sus hermanas Irma y Joaquina, y su hermano Blas albergaron y colmaron de amor solidario a los revolucionarios cubanos y al Che quien, como Arsacio, fue convencido por Fidel en el departamento de María Antonia, la activa cubana avecindada en México. La dedicatoria en el revés de la foto, sintetiza sin precisar la solidaridad entre cubanos y mexicanos libertarios desde José María Heredia codirector con el carbonario Claudio Linati de El Iris, iniciador del uso de la litografía como ilustración de prensa para dar lugar a la riqueza de la caricatura y la ilustración en las campañas del liberalismo mexicano. La solidaridad revolucionaria explica la Carta de México firmada en agosto de 1956 para comprometer al Movimiento Revolucionario 26 de Julio y la Federación Estudiantil Universitaria encabezada por José Antonio Echeverría para cumplir la consigna con la que firmaron: “morir o triunfar”.
El cartel usado en la invitación es especialmente pertinente: de la palabra revés en la parte baja se proyecta la V para sintetizar la consigna “convertir el revés en victoria”, proclamada ante el fracaso de la zafra de los diez millones en 1970 que sólo había alcanzado alrededor de seis. La fiesta patria del 26 de julio en conmemoración del Asalto al Cuartel Moncada, derivó en la reorganización del Partido Comunista Cubano con asambleas en todos los centros de trabajo, las escuelas, las fábricas, los ingenios, las oficinas de estado, para dar lugar a las resoluciones que no sólo refundaron al PCC sino precisaron el proyecto socialista periódicamente renovado con modificaciones constitucionales sometidas a largas discusiones en toda Cuba. Esta gran lección de democracia, sólo posible a plenitud en un régimen socialista, es concretada en la exposición con la referencia histórica a dirigentes como Martí, Julio Antonio Mella, Céspedes, Agramonte, el internacionalista Maceo, todos protagonistas de guerras patrias aparentemente derrotadas, tanto como el Asalto al Cuartel Moncada en 1953 o el desembarco de los combatientes del Granma en 1956 con la pérdida casi total del contingente revolucionario. Pero al fin, los reveses han sido transformados en victorias gracias a una cultura popular, nacional y patriótica que tiene en el diseño urbano, la restauración del patrimonio nacional, la protección del ambiente, el diseño urbano, las producciones cinematográfica, editorial, gráfica y musical, garantías de construcción de los sujetos del proceso revolucionario gracias a la conciencia procreada en un pueblo sin analfabetismo, con pleno acceso a la salud gracias a las campañas y a la organización invencible pese al bloqueo. La construcción del socialismo es vida, la del imperialismo es muerte.
Excelente lugar para dar a entender todo esto, es la Galería José María Velasco en la populosa Avenida Peralvillo, a la mitad del barrio bravo de Tepito. Inauguramos con la Directora General del Instituto Nacional de Bellas Artes, la doctora Lucina Jiménez, y el Consejero Cultural de la Embajada de Cuba, Waldo Leyva, no sin tener presente al recién fallecido Armando Ramírez, cronista de Tepito y estudioso y difusor de la cultura popular de quien ya daremos cuenta. CUBA VA.