Alvaro Cepeda NeriConjeturas
I.- Si los funcionarios de Hacienda y la Fiscalía General de la República son consecuentes, de acuerdo con las pruebas exhibidas contra quienes fueron empleados de primera línea en las secretarías del despacho presidencial de Enrique Peña Nieto, deben fincársele a éstos las mismas responsabilidades que al gigoló que pasea por Europa a cuerpo de rey; ya que con su radicalización del neoliberalismo económico profundizó la corrupción, los abusos del poder presidencial y no resolvió los problemas que están estallando y que socialmente desgraciaron a los mexicanos como dramática herencia política, económica y cultural con el factor común de la imparable inseguridad, que arrastra el nuevo presidencialismo. Y por la que Peña Nieto debe ser, por esa Fiscalía, puesto ante un tribunal penal, para que sea el primer ex presidente en ser llamado a cuentas por el pésimo gobierno que llevó a cabo y que causó cientos de miles de desgracias. Debe, por tanto, responder por la malversación de los fondos públicos, homicidios, empobrecimiento generalizado y un país a punto del encabronamiento nacional que exige que este personaje sea, pues, llevado a juicio penal.
II.- Un clásico –en sus conversaciones– dejó el siguiente texto: “Hemos hablado de las diferentes formas de gobierno y comentamos las dificultades con que ha de encontrarse el liberalismo exagerado, cuando fomenta las exigencias particulares de la gente y luego no sabe qué peticiones debe satisfacer de las que le dirigen”. Palabras que vienen como anillo al dedo peñista, quien con ambas manos y junto a sus funcionarios principales a los que consintió para robar a manos llenas, pertenecieron a una delincuencia organizada peor que la de los homicidas, secuestradores y narcotraficantes, pues contaban con el más alto grado de impunidad. Y por lo que solamente se tiene a una encausada judicialmente. Por lo que estamos sabiendo, esos peñistas se llenaron cínicamente los bolsillos con el dinero del pueblo, creyendo que su priísmo los encubriría para ser intocables. Son muchos los que se enriquecieron, radicalizando la pobreza y llevando la corrupción a tal grado, que la “estafa maestra” es apenas el principio del hilo que conduce a Peña y sus compinches.
III.- “Un liberalismo exagerado” para disponer a su antojo del patrimonio de la sociedad, el pueblo, fue lo que Peña y su pandilla utilizaron como política económica. Saquearon inmisericordemente a la Nación. Dejaron una exorbitante deuda interna y, sobre todo, externa, que es como una soga al cuello de los mexicanos que demandan, pues, que Peña y los suyos respondan, el devolver lo que se robaron. Y que son billones de millones de pesos. Por lo que hay que echar abajo la impunidad para que no permanezcan intocables. Es una pandilla de delincuentes “con las manos en la masa”, con cuentas en el extranjero o simulando inversiones privadas. Peña fue la cabeza de esa organización de rufianes que desgració al país y urge procesarlos. La Nación espera que sean investigados por la FGR y, luego, presentados ante los tribunales.
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