María Teresa Jardí
El 19 de septiembre falleció, en Cuernavaca, Vicente Silva Lombardo. Sobre el recién adelantado en el camino que recorreremos todos, Felipe Cazals escribió que: “...Mucho hay que contar de este cineasta, promotor y productor de nuestra generación. Su nombre está asociado al recuerdo del rescate profesional de muchos cineastas que padecieron, en los años 70, a Margarita López Portillo, titular de la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, quien era hermana del presidente en turno, José López Portillo. Dicha funcionaria se encargó de reducir a cenizas al cine nacional. En algunos casos, incluso literalmente, como el de la Cineteca Nacional. Durante los años de aquel reinado, Vicente Silva Lombardo recuperó a todos los cineastas mexicanos que habíamos sido expulsados de nuestra actividad, creando un centro de trabajo en el que pudimos sobrevivir dignamente, además de fundar la llamada Unidad de Programas Culturales, la más prestigiosa de la historia de la enseñanza de la cinematografía...”. No fue fácil su lucha y años después seguía envuelto en problemas, a pesar de que esa mujer siniestra ya había perdido el poder, hermana de un ex presidente frívolo, cuyo paso por la historia del país puede calificarse de patética, en lo personal exhibido como si de lo público se tratara. Pero Presidente que entendió, a pesar de la negativa de su secretario de Gobernación a hacerlo, que la amnistía a los presos políticos debía ser avalada por él y que el olvido no opera a favor de los torturadores ni desaparece aunque hayan quedado impunes los crímenes inaceptables cometidos y fomentados por los gobernantes que le antecedieron, continuados por los que le siguieron.
En México todavía no se logra y no se logrará en tanto no se entienda por todos y se combata, también por los que detentan el poder, que el capitalismo es el mal destructor del mundo. Muerte a la que se suma la de Guillermo Almeyra, quien no dejó de alertar sobre los males del neoliberalismo que sigue imponiéndose en México. La realidad es terca y la historia acaba siempre por escribirse y en la memoria está el no permitir una y otra vez que se repita. La mentira repetida no se convierte en verdad aunque así se lo crean los que mienten y es obvio que influye en el retraso de muchos para entender que lo que no es cierto es falso y que lo que es falso es corrupto.
Contra la corrupción lucharon Toledano y Almeyra. Contra la corrupción luchan hoy los pueblos condenados a desaparecer con la siembra de eólicas y fotovoltaicas.
Contra la corrupción es la lucha en contra del mal llamado Tren Maya que los pueblos mayas no necesitan ni aceptan.
Contra la corrupción se manifiestan los jóvenes en Nueva York y en la ONU, en la Ciudad de México y en casi todas las ciudades del mundo, diciendo ¡ya basta de agresiones al planeta! Mientras se compra la idea de Mérida como paladín de la paz gastando millones y se trae a un cantante pagado por las granjas de cerdos, que se llaman “Kekén”, envenenadoras del agua de los cenotes y causantes de enfermedades para los mayas de Homún que luchan por no ser desplazados.
Afectación que lo es para todos porque lo que con Yucatán se está haciendo con el despojo a los pueblos indígenas se escribe la crónica de la desaparición de la Península.
Desesperadas se encuentran las autoridades y las empresas extractivistas, a las que les urge depredarlo todo de la mano de organizaciones sociales que se tragan que las cosas no son lo que parecen ser, porque además sirven también a otras, pequeñas, empresas. La historia acaba por escribirse siempre de manera correcta.