
Aunque el día comenzó con un calor intenso, eso no fue impedimento para que las mujeres de Calakmul demostraran el respaldo irrestricto a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, quien les dejó un mensaje de esperanza y se despidió del municipio maya bajo una lluvia que aminoró los implacables rayos del sol.
La mañana del sábado comenzó fuera de lo común en Xpujil, la ciudad que, traducida al español significa “cola de gato”, pues trabajadores, ciudadanos e incluso policías municipales esperaban la llegada de la Presidenta de México, que empoderó a las mujeres al recordar que es ama de casa, mamá, abuela y Comandante Suprema de las Fuerzas Armadas.
La nueva oficina del “Centro Libre” y sus alrededores estaban embellecidos, pues previo al evento las cuadrillas de trabajadores se afanaron en dejar listo el centro de la ciudad.
Pero no fue el calor el que marcó la jornada, sino la presencia de las mujeres. Decenas de ellas, muchas ataviadas con trajes típicos, llegaron con pancartas y flores, pero sobre todo con emoción. “Bienvenida @ Calakmul”, “Gracias por todo”, “Presidenta de lujo”, eran algunos de los mensajes que podían leerse.
Al filo del mediodía, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo hizo su entrada al Centro Libre para las Mujeres, la ovación fue inmediata. Con paso firme, se dirigió al podio y, bajo un sol que apenas daba tregua, pronunció un discurso cargado de fuerza y significado.
“Hoy les digo a todas las mujeres de Calakmul, de Campeche y de todo México: ustedes pueden ser lo que quieran ser, pueden estudiar, trabajar, soñar en grande. No hay límites”, expresó, con voz clara la Jefa del Ejecutivo Federal.

Su mensaje no solo levantó aplausos, también sembró orgullo en las mujeres que la escuchaban, las palabras resonaban en medio de la selva, como si el eco las quisiera guardar para siempre entre los árboles y los montes.
El Centro Libre para las Mujeres, inaugurado en ese acto, no es solo un edificio, es una promesa, un espacio donde las mujeres podrán recibir asesoría jurídica gratuita, acompañamiento psicológico, orientación laboral y talleres de formación, es decir, es un lugar para sanar, aprender, construir y seguir adelante.
Cuando la ceremonia tocaba a su fin, el cielo dio paso a una lluvia ligera, suave y refrescante, misma que alegró a todos los que estaban presentes, pues no fue tormenta, sino más bien una bendición, ya que las nubes grises cruzaban lentamente el cielo como si quisieran despedir a la mandataria con un gesto de alivio y renovación.