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Opinión

Pareciera condena eterna a vivir en el Infierno

María Teresa Jardí

Estoy de acuerdo con eso de que “los refranes están llenos de verdades que a veces incomodan” y uno que tendría que empezar a practicar el gobierno de la 4 transformación priísta, con su cada vez más clara tendencia regresiva al autoritarismo genocida del echeverrismo, es: “En boca cerrada no entran moscas”.

Al perdonado desliz de Gloria Sánchez Cordero, haciéndole saber en cortito a Jaime Bonilla que se vale violar la ley, cuando al Presidente más votado de la historia le interesa tener el control absoluto de todas las futuras votaciones juntas el mismo día.

Estúpidos los del PRI y el PAN que se hicieron esas reformas soñándose, en el control del poder, eternos. Y vergonzoso es, efectivamente, el INE. Pero no es menos cuestionable lo cada vez más alarmante de los de la cuarta. Lo que da buena cuenta de que de cambio al ejercicio sensato de la política como arte: nada.

Ni en la peor de las pesadillas pudimos soñar que hasta el Fobaproa se iba a repetir obligando ahora a los burócratas a comprar los boletos de una falsa lotería. Obligando al pueblo a pagar un avión que debería de haberse convertido en museo de la ignominia, obligando a pagar a los que menos tienen, como se hizo para rescatar a los banqueros y los empresarios carreteros… Es una vergüenza, por decir lo menos. Lo mismo que se hizo con el IVA obligando a pagar al pueblo pobre los impuestos que se perdonan a los empresarios más ricos del planeta. Pareciera condena eterna al infierno el que hoy aquí se valga todo lo que antes se cuestionaba por MORENA y por el Presidente más votado de la historia de México. Condena eterna de la cada vez más definida dictadura que va tomando visos de que se va a aplicar de la peor de las maneras.

A lo de Sánchez Cordero se suma el lenguaje florido de Ricardo Peralta, quien, en el gobierno de la cuarta transición priísta, se desempeñó como administrador General de Aduanas, de diciembre 2018 a mayo 2019, y quien hoy se ostenta como subsecretario de Gobierno de la Secretaría de Gobernación, y, quien, con una bajeza que asusta por el odio que lleva impresa, escribió un artículo en Excelsior titulado: “A chillidos de marrano, oídos de chicharronero”, en clara referencia al poeta más odiado de la cuarta infamia, que sí, que parece decidida a tornarse en la condena eterna al infierno para los mexicanos. Secretaría de Gobernación que, si no fuera por Encinas, daría vergüenza hasta a sus antecesoras. Lo que ya es decir.

La violencia nunca es normal y lo anormal es ver como normal lo que es anormal. Los crímenes son anormales y en México hace mucho que dejaron de poder verse como algo “más anormal de lo normal”. Así lo hicieron los antecesores de AMLO y así es que llegamos a la barbarie que no va camino de parar con MORENA.

No se acaba ni con la corrupción ni con la inseguridad con activistas ejecutados como Samir Flores ni con presos políticos como Miguel López Vega ni poniéndole el muro a Trump en nuestra frontera Sur ni con el Ejército Nacional convertido en paramilitarizada Guardia Nacional atacando refugiados que huyen de la violencia y la miseria que en sus países sufren cada día...

El menosprecio mostrado a Javier Sicilia da buena cuenta del refrán, modificado en tiempos de los de MORENA, que ya se puede enunciar de cara a la historia de la siguiente manera: “Para los amigos perdón y olvido y para los enemigos desprecio y venganza”.

Sí, pareciera que los mexicanos hubiéramos sido condenado a sufrir, en el infierno llamado México, una condena eterna.

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