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Opinión

El Fuego que nos Conduce

Cristóbal León Campos

En algunas ocasiones nos habita oculta en algún rincón interior, resguardada esperando el momento preciso para salir a darnos luz, a guiar los pasos para que alcancemos aquello que anhelamos, desbordante deseo de conquistar, imperiosa voluntad que nos hace ser mucho más de lo que pensamos, forjadora de carácter y de castillos en los que alzamos el vuelo por encima de los miedos, nos acompaña siempre, se refleja en nuestros ojos cuando hablamos de un sueño o de una meta, enloquece a los poetas y enorgullece a los amantes, suave, calcinante y provocadora; es el impulso que nos mueve y nos conduce por los senderos más difíciles, nos lleva de la mano a donde quiere porque en ella reside el fuego que nos alimenta el alma. La pasión es la guía de los cuerpos y los espíritus que buscan en mejor lugar para habitar, un mejor lugar por construir.

Las hojas del árbol caen para nuevamente reverdecer con más vida, la pasión reanima los espíritus humanos cansados de andar y desgastados por el dolor, porque cuando la pasión toma su lugar y sale a la luz, se convierte en la fortaleza que nos conduce, sea esa pasión un sueño, un amor o una vieja ilusión que ha permanecido en el nido de nuestro ser, dejar que nos habite es dar lugar al desbordamiento de la vida, permitir que su fuego nos queme nos ayuda a reencontrarnos en la oscura noche del laberinto cuyo minotauro son las propias barreras personales, su luz es la misma con que la luna nos alumbra las noches de insomnio, su esencia es la que contienen las caricias, vivir es pasión porque la vida es fuego e ilusión, dejar que la pasión nos conduzca es permitirnos vivir en plenitud.

La piel se eriza con el roce y los sueños se enaltecen con la ilusión, cuando hablamos del anhelo es la pasión quien se expresa, las manos del escritor como las del artista son poseídas por la musa que lo alienta, cada letra y cada línea contiene la mirada del ángel que lo acompaña, cada obra de arte nace del fuego interno que invita a la creación.

En cada paso que damos en nuestra vida hay una razón y un sentimiento, aunque no siempre somos conscientes, a veces simplemente andamos inertes, como esperando algo que aún no hemos reconocido, y así, hay quienes van hasta el final en la fila del olvido, más quienes encuentran esa chispa que enciende el fuego devorante de su ser, andan por los cielos dibujando nubes y provocando cambios, serán ellos quienes inspiren a los poetas y provoquen los versos más bellos; la pasión es el amor propio que nos exige cumplir los deseos, nos empuja, nos hace para que nosotros mismos nos reconfiguremos, la pasión es cambio porque es movimiento, es transformadora porque se alimenta de tormentas y tras cada una de esas tormentas florece mucho más ardiente.

El sonido de la música se acompaña del silencio para hacernos bailar, compartimos los instantes cotidianos en una sinfonía de acciones, aquellas que son conducidas por la pasión perdurarán en nosotros con el tiempo, el mar borra las huellas en la arena pero no puede ocultar las sonrisas de quienes juegan a su orilla, negar la pasión que sentimos es negar nuestra propia alma, las almas se componen de la esencia pura del sueño apasionado que llamamos utopía, con cada ola el mar nos habla en armonía, con cada acción nos acercamos a los sueños, y es que la pasión se ha inscrito en cada vuelo, en cada ala desplegada y en cada rincón de nuestro corazón. La pasión es eso que llamamos vida, y la vida es pura pasión, en la sinfonía cada instrumento interpreta una parte medular, los humanos somos pequeños elementos de la gran orquesta llamada vida, la pasión que nos mueve suele ser diversa como lo son los sonidos, la esencia particular que nos hace ser únicos es la flama que ilumina las pasiones que sentimos, sonidos e instrumentos, cada uno de nosotros toca la sinfonía apasionada de su ser, y es que en el silencio interno los sonidos son más apasionados.

La pasión es eso que nos mueve y suele también conmovernos, es aquello que en algunas circunstancias no sabemos nombrar y sin embargo sabemos que nos hace ser plenos, la pasión son los sueños, los anhelos y las ilusiones, es el esfuerzo diario por construir nuevos mundos y cumplir las metas; la hemos nombrado musa o deseo, pero la pasión es mucho más, es el soplo que hace a la vela iluminarnos en la penumbra, es la palabra que se hace verbo para nombrar la vida, es la risa que se hace beso. La pasión es mucho más que llano deseo, es aquello que nos hace resistir, que nos ayuda a persistir y nos conduce a la alborada de la esperanza.

Sin pasión los cuerpos yacen en el rincón bajo las tinieblas, luz que guía, fuego que consume, la pasión es esperanza porque nos permite volver a soñar y nos conduce a la libertad del alma mientras su esencia de vida alimenta los sueños; la pasión es el fuego que nos conduce en cada amanecer.

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