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Opinión

Gracias Jackie Robinson

El 15 de abril de 1947 el joven pelotero de raza negra Jackie Robinson debutó con los Dodgers de Brooklyn rompiendo las infames cadenas de la segregación racial en el beisbol profesional de grandes ligas.
Gracias Jackie Robinson
Gracias Jackie Robinson

En mis días de infancia el 15 de abril era un día triste, en la escuela aprendimos que, en la madrugada de ese día, en 1912 se hundió el transatlántico británico Titanic en su viaje inaugural. Aprendí también que el 15 de abril de 1957 el avión Consolidated B-24 Liberator que pilotaba Pedro Infante se precipitó sobre la ciudad de Mérida de la cual recién despegaba acabando con la vida del ídolo mexicano a los 39 años.

Sin embargo, como muchas veces ocurre, el beisbol nos ofrece una mejor versión de todos los días.

El 15 de abril de 1947 el joven pelotero de raza negra Jackie Robinson debutó con los Dodgers de Brooklyn rompiendo las infames cadenas de la segregación racial en el beisbol profesional de grandes ligas.

Hoy nos cuesta imaginar que el color de la piel haya sido motivo para negar derechos fundamentales, sin embargo, a más de siglo y medio de la abolición de la esclavitud en Estados Unidos, la discriminación por raza es una herida que aun supura, una llaga del pasado que de tanto en tanto sangra de nuevo.

En aquel lejano 1947, la historia de Jackie Robinson se suma a otras como la de Rosa Park y Martin Luther King Jr como bujías inspiradoras que aportaron de manera importante para que en 1964 la Ley de Derechos Civiles prohibiera la segregación racial y discriminación laboral.

El próximo martes, como cada 15 de abril desde 2004, todos los jugadores de todos los equipos de grandes ligas portaran en su uniforme el número 42 en memoria y honor a Jackie Robinson, es el único día del año que el 42 se ve estampado en los uniformes de baseball, ya que desde el 2014 que se retiró Mariano Rivera, nadie más lo ha portado ni lo portará.

El 28 de agosto de 1963, frente al monumento a Lincoln, Martin Luther King Jr, pronuncio ante 250,000 almas y para legado de la humanidad, su famoso discurso “I Have a Dream”, 68 años después, yo también tuve un sueño.

Ayer tuve un sueño, tuve un mal sueño, uno en el que Hank Aaron no estuvo para conectar 755 Homeruns y establecer un récord que duro más de 30 años.

Una pesadilla en la que Willie Mays nunca conecto más de 3000 hits y ni robo 300 bases, ni ganó 12 guantes de oro consecutivos.

Un mal sueño en el que Bob Gibson no tuvo efectividad de 1.12 ni gano el Cy Young  y el MVP en el mismo año (1968) ni poncho a 17 en un juego de serie mundial.

Una pesadilla en la que Frank Robinson no consiguió ser el único MVP en ambas ligas (Nacional-61 y Americana-66).

Un mal sueño en el que Rickey Henderson no estuvo para robar 1,406 bases (130 en una temporada) ni anotar 2,295 carreras.

Soñé que jamás vimos a Barry Bonds convertirse en el mayor jonronero de todos los tiempos (762 de por vida y 73 en una temporada)

Una pesadilla en la que no existía la elegancia de Ken Griffey Jr. Ni sus 630 Homeruns ni sus 10 guantes de oro.

Tuve un sueño, un mal sueño en el que nunca vimos jugar a Dave Winfield, Tony Gwynn, Dwight Gooden, Pedro Martinez, Manny Ramirez, CC Sabathia, Dave Parker, Eric Davis, Kenny Lofton, Reggie Jackson, Roy Campanella, Ozzie Smith, David Justice, Derek Jeter…. Afortunadamente, solo fue un sueño.

En nuestra memoria atesoraremos a estos jugadores que iluminaron con su talento los estadios en donde jugaron. Y Gracias a Dios, llegarán otros, gracias a Dios y a Jackie Robinson.

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