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Opinión

El gran huracán de los 50 años ¿mito o realidad?

Una leyenda asegura que cada 50 años se registra un monstruoso huracán, informa Juan Vázquez Montalvo.
El gran huracán de los 50 años  ¿mito o realidad?
El gran huracán de los 50 años ¿mito o realidad?

En la zona del Atlántico, Golfo de México y Mar Caribe, desde el siglo 20 existe una leyenda que se comentaba mucho en la época de los ciclones tropicales. Se menciona que un gran huracán que se formaba cada determinado tiempo arrasaba con todo lo que encontraba a su paso a lo largo del Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México, recorriendo miles de kilómetros. Se trataba de un poderoso huracán que reunía ciertas características: para empezar, era considerado intenso, de categoría 3, 4 o 5 de la escala Saffir-Simpson, y se presentaba alrededor de cada 50 años, sin fallar. Su nombre jamás se olvidaría porque pasaría a la historia y sería recordado por generaciones, con sólo mencionarlo causaba respeto. En el recorrido que realizaba causaba gran destrucción y cantidad de muertes a su paso; de hecho, las zonas afectadas tenían impactos sociales, económicos y de toda índole, al grado que el poderoso meteoro era un parteaguas en la historia para las zonas que afectaba y donde cambiaba completamente la vida de sus habitantes.

La leyenda o mito tiene como base el que cada determinado tiempo la atmósfera nos hace sentir mediante un gran huracán toda la furia que es capaz de provocar, y que es cíclico. Al respecto, revisamos las historias de los mayas en sus libros sagrados y sólo mencionan que cada determinado tiempo venía de donde salía el Sol, con grandes cantidades de agua y viento que les provocaba desgracias, hambruna y muerte. Estaban asociadas previamente con cambios abruptos del comportamiento del clima, que anunciaba la llegada del dios Hurakan (deidad del viento, el fuego y las tormentas), que ya sabían los iba a castigar.

Muchas flotas de los españoles dan cuenta que en sus viajes entre España y la Nueva España y la isla de Cuba haberse topado con la furia de estas tormentas que acaba con sus flotas, pero sin ahondar en el tiempo que se presentaban. Intrigados por esta leyenda urbana, un grupo de meteorólogos y estudiosos de los fenómenos climáticos llamados ciclones tropicales, que por su intensidad alcanzada adquirían el nombre de huracanes de la Florida, América Central y Mar Caribe, y un servidor de la Península de Yucatán, nos avocamos a la tarea de investigar si este mito o leyenda era cierto o no. Para ello, analizamos los comportamientos de los grandes huracanes que habían ocurrido en los siglos 19, 20 y 21, para encontrar, sobre todo, cuál sería el aviso de la llegada de estos meteoros que cumplieran con todas las características mencionadas, y para nuestra sorpresa encontramos que tres ocurrieron en el siglo pasado que cumplían esas características; salvo por el tiempo en que se presentaron entre uno y otro, definitivamente el intervalo ya no era de aproximadamente 50 años, sino de 30 a 40 años. Además, había algo que distinguía su llegada: previamente se registraba una gran sequía repetitiva o temporadas de lluvias atípicas de pocos acumulados de lámina de agua precipitada.

Recordemos que a principios del siglo XX los huracanes no tenían nombres, sino números o nombre de algún santo, pero con información no muy clara; se habla de un gran huracán que destruyo Galveston, Texas, el cual pasó antes por la Península de Yucatán, es decir, provino del Mar Caribe a principios del siglo pasado.

El otro gran huracán que cumple con las características descritas fue “Janet”, que alcanzó la categoría 5. Ocurrió en 1955 y vino destruyendo la islas de Trinidad y Tobago, costa norte de Venezuela y Colombia, además de la  de Jamaica (poco pobladas en ese año) y luego arraso con la parte sur del entonces territorio de Quintana Roo, desapareciendo Xcalak, primer puerto de cabotaje del Mar Caribe, y luego destruyendo a la ciudad de Chetumal por competo, provocando en ambas zonas una destrucción de tal magnitud y muerte jamás ocurrida y provocada por un huracán hasta la fecha, lo cual le cambio la vida al sur de Quintana Roo, esto jamás se ha olvidado; luego cruzó el Golfo de México y se fue hacia el noreste de la República Mexicana donde causó también graves daños y muerte.

El otro huracán que encontramos con las características antes descritas fue el llamado “Gilbert”, de categoría 5, que ocurrió en 1988, previamente “avisó” la gran sequía de 1986 y parte de 1987 en la Península de Yucatán. El Meteoro causo muerte y destrucción en la isla la Española, Cuba, Jamaica y las islas Gran Caimán; posteriormente golpeó al norte de Quintana Roo donde destruyo la zona turística más cara y más famosa del mundo, y la más visitada por excelencia, Cancún, También causó graves afectaciones  a las islas de Cozumel y Mujeres; fue un parteaguas en la historia de ese centro turístico. Después, “Gilbert” siguió su estela de destrucción y muerte de la zona oriente, centro, norte y noroeste de Yucatán, incluida la ciudad de Mérida; Yucatán jamás volvió a ser como antes. Luego el meteoro recorrió el Golfo de México para sembrar muerte y destrucción en el noreste de nuestro país.

Ustedes dirán que ha habido otros huracanes, y es cierto, pero sólo destruyeron determinadas zonas, no muchas zonas en varios países, como lo hicieron los antes mencionados, y les antecedieron una gran sequía repetitiva o temporadas de lluvias atípicas de pocos acumulados de lámina de agua precipitada. Pensábamos que eso pasaría en el 2020, ya que hubo una intensa sequía en todo Centroamérica, islas del Caribe, y en la Península de Yucatán desde el 2018, pero sólo hubo afectación de algunos ciclones tropicales en la región, no en otras zonas ni alcanzaron la categoría de intensos.

Las preguntas que debemos hacernos son:

  •  ¿Cuándo llegará el huracán de los 50 años?
  • ¿Lo observado hasta ahora concuerda con el mito?
  • ¿El cambio climático ha influido para acabar con ese mito o lo ha incrementado?
  • ¿Lo ocurrido en el 2020 es otra señal de la posible llegada de este gran huracán?

Muy pronto lo sabremos porque al menos un indicador ya ocurrió: la gran sequía en 2018, 2019 y parte del 2020, y que se sepa, sólo la Península de Yucatán y Centroamérica no siguen padeciendo de esa sequía, otras zonas de la cuenca sí. Lo que sí es cierto es que los nombres de “Janet” y “Gilbert” siguen imponiendo respeto; infinidad de anécdotas, estudios y videos aún siguen vigentes hasta nuestros días. 

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