Quintana Roo

Las Palapas con López Obrador

Por Yolanda Gutiérrez

 

Más de tres mil personas se concentraron en el parque de las Palapas para recibir al presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, quien emitió un mensaje de esperanza y cambio real en México, celebrado con algarabía y ovaciones de los presentes.

No obstante, la organización del magno evento dejó mucho que desear, principalmente debido a las vallas delimitadoras que se instalaron no sólo en el perímetro del domo bajo el que se realizó el evento, sino en su interior, seccionando y separando a los invitados VIP del resto de quienes tuvieron acceso a un asiento, mientras el pueblo quedó relegado a un segundo término, alejado del presidente electo a quien sólo pudieron atisbar ocasionalmente entre la marea de cabezas.

Desde antes del medio día comenzaron los preparativos para "blindar" los accesos a la explanada de las Palapas con vallas metálicas, en tanto elementos de Tránsito se abocaban a retirar, con el apoyo de grúas, los vehículos estacionados que estorbarían el paso de López Obrador y su comitiva, que eran reubicados en los cajones del parque, maniobra de la que serían informados los propietarios al momento de no encontrar su vehículo donde lo dejaron.

El área del escenario, cubierta por una lona gigantesca para proteger del sol y posibles lluvias a quienes tuvieron la suerte de acceder, se dividió con otras vallas en varios sectores, en tanto los representantes de los medios de comunicación fueron instalados en un reducido espacio a un costado del escenario, desde donde tenían que hacer equilibrios para no golpearse los unos a los otros con sus equipos.

Los accesos al interior del espacio cercado eran cuidados por personal de logística, que restringían la entrada a la mayoría de quienes intentaban pasar, incluidos medios de comunicación, pues al parecer la consigna era permitir el ingreso sólo a invitados muy especiales, cuyos nombres se confirmaban en las listas en poder de dicho personal.

 

Es un honor luchar con Obrador

 

La gente comenzó a llegar desde temprano y mucho antes de comenzar el evento, en el parque había una gran cantidad de personas que acudieron exclusivamente para ver a “Andrés Manuel”, a las que se sumaban más y más ciudadanos que llegaban a pie desde la avenida Tulum y formaban por momentos verdaderos ríos humanos.

El Parque de las Palapas se convirtió en un mercado al aire libre donde se instalaron numerosos vendedores de playeras, gorras, tazas, paraguas y otros artículos con la imagen del presidente electo, además de ejemplares de los libros de su autoría.

Hicieron su agosto en octubre el ejército de vendedores ambulantes de marquesitas, chamoyadas, nieves, frapés, aguas frescas, churros, papas fritas y helados, cuyos productos tuvieron una elevada demanda entre la concurrencia.

Diferentes colectivos y ciudadanos organizados aprovecharon la presencia del presidente electo para exponerle varias peticiones en enormes mantas colocadas estratégicamente, entre ellas una de apoyo al ex gobernador Mario Villanueva, en la que los autores confían en que AMLO ponga fin a los 18 años de injusticia y otra en demanda de la derogación de la Reforma Educativa.

Destacaba también un muñeco tamaño natural de cartón vestido de presidiario, a rayas blancas y negras, con la cara de Enrique Peña Nieto.

Amenizaban la espera varios talentos locales que animaron a los presentes con ritmos tropicales y no pudo faltar la batucada emitiendo sus estridentes sonidos.

A las 4:30, hora programada para el inicio, no cabía un alfiler en los alrededores del escenario y seguían llegando más simpatizantes del presidente electo, quienes no tuvieron más remedio que acomodarse donde buenamente podían, lamentando no tener la oportunidad de ver más de cerca a su presidente.

Los minutos pasaban entre comentarios de los encargados de animar la espera, que al tener la información de que AMLO estaba por llegar, emitió indicaciones a la multitud sobre cómo recibir al presidente electo.

“Siempre hemos dicho que es un honor estar con Obrador, pero Obrador ya es nuestro presidente y todos juntos tenemos que hacer un México mejor, por eso cuando llegue, vamos todos a gritar con fuerza, es un honor luchar con Obrador, es un honor luchar con Obrador”.

El tiempo corría, las Palapas se llenaba cada vez más, hasta que, al filo de las 17:15 horas, se aproximaron los vehículos que llevaban a Andrés Manuel López Obrador y su comitiva; el gentío corrió a agolparse en la valla delimitadora, salieron a relucir decenas de celulares para plasmar el momento y entre aplausos, saludos y exclamaciones de júbilo, el presidente electo descendió del coche y, antes de iniciar el acto, atendió a varios ciudadanos de diferentes lugares de Quintana Roo e incluso Yucatán, escuchando sus peticiones y recogiendo cartas y otros documentos que le eran entregados, tras lo cual se encaminó al escenario junto con la comisión encargada de recibirle y acompañarle hasta el escenario, donde lanzó un “mensaje de esperanza”.