De la Redacción
TULUM, 22 de diciembre.- Desde el inframundo de las invasiones se continúa gestando la inseguridad que afecta al municipio de Tulum y hasta el momento ninguna autoridad de los tres niveles de gobierno ha logrado controlar dicho problema social y ambiental.
El 2018 se encuentra en su etapa final, pero quedará como el año más cruento de Tulum en su toda la historia, con al 27 asesinatos relacionados a los grupos criminales que disputan la plaza, para la distribución de drogas.
La mayoría de esos crímenes perpetrados a lo largo del 2018, si no es que todos, han tenido vínculo con las zonas de invasiones, pues son lugares que han servido como refugios de los delincuentes.
Lo anterior quedó en manifiesto con la ejecución del líder criminal Antonio Palomo Pérez, apodado “El Maya”, cuyo hecho se suscitó del 3 de enero del presente año y fue considerado como el crimen más atroz de los últimos años, al ser encontrado su cadáver con la cabeza decapitada sobre una “narcomanta”, y a un costado pies y manos.
“El Maya” también fue relacionado con diferentes delitos de alto impacto, entre ellos el apoderamiento de los terrenos de invasión, donde fungía como uno de los cabecillas.
Desde entonces, la ola de sucesos violentos y sangrientos no ha dado tregua a la tranquilidad que antes gozaba la sociedad que habita el noveno municipio.
Las ejecuciones perpetradas en Tulum han tenido escapatorias de los delincuentes que terminan adentrándose a las invasiones para refugiarse y muchos casos no se han resuelto.
Además de los asesinatos, también han incrementado los índices de asaltos, robos, extorsiones y hasta secuestros a consecuencia del inicio de las invasiones en Tulum.
Pese a ello, no se ha tenido una reacción de las autoridades de los tres órdenes de gobierno, de tal manera que la inseguridad crece al interior y a las afueras de las invasiones.