Quintana Roo

Tiempo de ser generosos

Por Ricardo Jesús Rivas

CHETUMAL, 25 de diciembre.- “Cada uno de los seres humanos debemos darnos cuenta que somos personas limitadas y que tenemos muchos defectos, sin embargo, al momento de reconocerlo, también debemos de reconocer que Dios pone la mano misericordiosa en cada uno de nosotros”, fue el mensaje que envió el padre Mario González, párroco de la iglesia Divina Providencia, durante la misa de Navidad.

Durante la misa de Navidad celebrada en la iglesia Divina Providencia a las 8 de la mañana, se dio lectura al evangelio de San Juan 1, 1-18. “En el principio ya existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios. Ya en el principio él estaba con Dios. Todas las cosas vinieron a la existencia por él y sin él nada empezó de cuanto existe. Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz brilla en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron.

“Hubo un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan. Éste vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él. Él no era la luz, sino testigo de la luz.

“Aquel que es la Palabra era la luz verdadera, que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba; el mundo había sido hecho por Él y, sin embargo, el mundo no lo conoció.

“Vino a los suyos y los suyos no lo recibieron; pero a todos los que lo recibieron les concedió poder llegar a ser hijos de Dios, a los que creen en su nombre, los cuales no nacieron de la sangre, ni del deseo de la carne, ni por voluntad del hombre, sino que nacieron de Dios.

“Y aquel que es la Palabra se hizo hombre y habitó entre nosotros. Hemos visto su gloria, gloria que le corresponde como a Unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

Durante la homilía, el padre Mario González indicó que en este bello día donde la tierra se ha unido al cielo, Cristo ha manifestado su poder a través de este gran milagro, en el cual se manifiesta el hijo de Dios, donde la palabra se ha hecho carne, donde aquello que dice la palabra que existía desde el Génesis, ahora se ha encarnado y ha tomado todas las características del ser humano, menos la del pecado.

“Debemos de alegrarnos, porque así como Dios hizo que su hijo se transfiera en estas condiciones como ser humano, nosotros debemos de sentirnos exaltados y alabarlo, porque así como Dios quiso tomar la condición humana ante nosotros, debemos también de levantar la condición de divinidad que se nos ha compartido siendo hijos de Dios.

“Al ser hijos de Dios, nosotros tenemos muchísimas gracias y las debemos de aprovechar, porque cada vez que nosotros nos encontramos en dificultades, la gracias de Dios nos ha sido derramada y nos ha compartido, pues es esa misma gracia que debemos nosotros compartir a nuestros hermanos y sobre todo de traerla de corazón para que seamos files seguidores de Cristo, para que seamos fieles discípulos de aquel que nos ha enviado sobre todo a cumplir su voluntad.

“Dar gracias a Dios para que nos comprometamos a ser generosos y sobre todo para darle gracias a Dios de que nos ha elegido como hijos y que podemos compartir esa filiación a través de nuestro testimonio”.

El padre Mario González envió un mensaje a su grey: “Cada uno de los seres humanos debemos darnos cuenta que somos personas limitadas y que tenemos muchos defectos, sin embargo, al momento de reconocerlo, también debemos de reconocer que Dios pone la mano misericordiosa en cada uno de nosotros.

“El hecho de que Dios haya enviado a su hijo en este tiempo de Navidad es un regalo enorme, porque nos da un aliciente para seguir caminando y avanzando de forma muy plena en una vida espiritual.

“En este tiempo de Navidad, debemos hacer compromisos firmes donde no solamente es decir feliz Navidad o Nochebuena, sino comprometernos y decir, voy a ayudar, voy a colaborar, voy a ser generoso, voy a cambiar”.

Finalizó diciendo que en este tiempo de Navidad lo que debemos hacer es compartir, y ese es el deseo de Jesucristo. “En estos días previos al Año Nuevo, debemos hacer buenos propósitos, pero cumplirlos, porque pudieran quedarse en el deseo y no en las obras o en la acción”, concluyó.