Se mantienen estables las operaciones de empeño en lugares reconocidos como las matrices del Nacional Monte de Piedad y la Fundación Dondé ubicadas en el área del Crucero; entre ambas instituciones prendarias se reporta un promedio de 186 operaciones diarias.
Del mismo modo, las numerosas casas de empeño ubicadas en la misma zona no han registrado repuntes, aunque en estos negocios, por lo general el número de operaciones diarias no rebasa las 20.
Encargados de instituciones reconocidas manifestaron de manera extraoficial que desde inicios del año las operaciones de empeño prácticamente se han registrado sin pausa, contrario a años anteriores, cuando se observaban fuertes repuntes en enero y agosto, mientras que este 2018 los pignorantes no han dejado de llegar.
En lo que respecta a las operaciones de desempeño, los encargados revelaron que no ha habido muchas, “lo que la gente hace ahora es refrendar sus boletas o incluso optan por reempeñar, que es cuando se entrega una nueva boleta y solamente se pagan los intereses, esto como una medida de apoyo a la comunidad”.
Agregaron que se espera un mayor movimiento en desempeños a partir del mes de diciembre, cuando los pignorantes aprovechen sus aguinaldos para rescatar sus prendas u objetos de valor, tales como lap tops, pantallas planas, teléfonos celulares o cámaras digitales, mientras que ahora son los menos quienes pueden recuperar lo que dejaron en empeño y, aunque llegan personas a comprar artículos puestos a remate, es en diciembre cuando la demanda incrementa, pues a muchos se les hace fácil comprar algún regalo en la casa de empeño.
“Lo que sí se ha observado es que la gente trae cada vez cosas más curiosas para empeñar, como cunas de bebés, andaderas, perfumes, libros, herramientas de trabajo, dispensadores de agua, humidificadores, juegos de luces, bocinas, instrumentos musicales, hay gente que viene hasta a empeñar las ollas, creo que ya no tienen más cosas de valor en su casa”, fue el comentario del elemento de seguridad de una de las casas de empeño que se ubica sobre la avenida López Portillo.
En la Fundación Dondé se dio a conocer que debido a la variación en las costumbres de la ciudadanía, se abrieron a aceptar artículos que anteriormente no se recibían, ya que exclusivamente se atendía a personas que acudían a empeñar alhajas y oro.
“Creo que se ha dado un fenómeno desde hace varios años y es que a mucha gente ya no le quedan joyas para empeñar, bien las vendieron o las empeñaron, no las pudieron recuperar y las perdieron, lo que suele ser bastante común en las pequeñas casas de empeño que se encuentran por toda la ciudad, por ese motivo cuando necesitan un dinero urgente no les queda más remedio que empeñar cámaras fotográficas, videocámaras, celulares y otros artículos electrónicos”.
En tanto que algunos empleados y encargados de locales agiotistas que claramente trabajan no en beneficio de la comunidad sino de los bolsillos de sus patrones, coincidieron en señalar que un buen día para ellos significa el rebasar las diez operaciones de empeño en una jornada, lo que raramente sucede.
Tal y como mencionó el responsable de una casa de empeños ubicada en las inmediaciones de El Crucero, “por lo general no se rebasan las cinco operaciones de empeño al día, supongo que es porque hay mucha competencia, son muchas las casas de empeño que hay por aquí cerca, pero no sucede lo mismo en otros puntos de Cancún, por ejemplo en la sucursal de la Región 233, donde estuve trabajando antes, se atendían más de 15 operaciones al día, aunque no siempre”.