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Quintana Roo

Mara Lezama recibirá un municipio difícil

Por Yolanda Gutiérrez

Un municipio patas arriba será lo que encuentre Mara Lezama al tomar posesión de la alcaldía, donde el único avance es la renovación de la red de alumbrado público, que por mucho que presuma el edil saliente, NO cubrió al cien por ciento la ciudad, ya que en las colonias que se encuentran rumbo a la salida de Mérida no se sustituyeron las escasas luminarias por otras lámparas LED.

El desastre comenzó “gracias” a Darwin Puc, quien muy quitado de la pena desapareció los once sectores en que se encontraba dividida la ciudad para aglutinarlos primero en siete y más tarde en solamente dos, excusa perfecta para que ya no hubiese policías haciéndose cargo de cada uno de estos sectores.

Y es que Cancún pasa por la peor época desde su nacimiento, se está convirtiendo en una ciudad violenta en la que las ejecuciones se registran al por mayor, las balaceras empiezan a formar parte del sonido ambiental y las víctimas inocentes se multiplican, provocando que los ciudadanos sientan cómo se van reduciendo sus espacios de ocio por culpa de los hechos truculentos que a diario afectan al destino.

El sentir popular es que las fuerzas del orden quedaron rebasadas por la delincuencia y clara muestra de ello los asaltos a comercios de todo tipo, muchos a plena luz del día, que generalmente quedan impunes, con algunas excepciones, como el caso más reciente del atraco a la joyería “Silvia”, en pleno Crucero, donde la policía logró capturar a los autores materiales tras peinar la zona, lo que nunca hacen cuando se trata de una ejecución.

Los cancunenses ya están cansados de robos y asaltos que se perpetran a cualquier hora pero, sobre todo, de la inquietud que representa para los habitantes del destino el simple hecho de salir de sus casas, pues tal y como están las cosas, ya no saben si regresarán con bien o, si al volver después de una dura jornada laboral, encuentran su vivienda desvalijada.

Y a esta inquietud se suma ahora otra peor, ya que nadie sabe en qué momento ni en qué lugar puede tocar una balacera o robo a comercio, mucho menos cuándo van a encontrarse con un ejecutado o convertirse en víctima de un secuestro virtual o cualquier otro tipo de extorsión telefónica.

Y la psicosis colectiva, provocada ante el exagerado incremento de los índices delictivos, ha orillado a muchos a tomar medidas para autoprotegerse como mejor pueden, claro ejemplo las viviendas “blindadas” con protectores, rejas, cercas electrificadas, cámaras y puntas de vidrio en lo alto de las bardas, así como los negocios de todo tipo que atienden a su clientela a través de las rejas, tanto en la noche como en el día, consecuencia del clima de inseguridad que se vive en nuestro destino turístico, donde a nadie extraña ya las ejecuciones a plena luz del día, las balaceras, los secuestros virtuales ni mucho menos los asaltos, robos a comercios y casa habitación.

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