De la Redacción
Pobladores de Leona Vicario, en Puerto Morelos, enfrentaron e intentaron linchar a cuatro sicarios, entre ellos una mujer, que mientras escapaban de las autoridades al fallar una ejecución, volcaron el vehículo en el que viajaban, y a su paso arrollaron un “tricitaxi”, causando la muerte del guiador. Este hecho enardeció a la población, que sin temor a resultar heridos por impactos de bala, sacaron del vehículo y golpearon a los presuntos, de los cuales, tres pudieron escapar al internarse entre el monte. Uno de ellos quedó mal herido y tuvo que ser “rescatado” por autoridades de los tres niveles de gobierno y efectivos castrenses, ya que la gente quería matarlo.
La tranquilidad de la comunidad de Leona Vicario, en Puerto Morelos, se vio perturbada, poco después de las 14:00 horas de ayer, cuando sujetos armados que iban a bordo de un vehículo de la marca Nissan, tipo Versa, de color blanco, con matrícula W58-AXV, de la Ciudad de México, llegaron hasta un domicilio ubicado cerca del cárcamo de agua y de la delegación, donde testigos refirieron que se encontraba un hombre afuera, al cual, los presuntos dispararon sin lograr lesionarlo, y al encontrarse cerca una patrulla de la Policía Municipal, comenzaron a seguirlos, desencadenándose una persecución a balazos.
Los delincuentes, que trataban de huir de las autoridades, tomaron la carretera Costera del Golfo, mejor conocida como Leona Vicario-Cancún, con la intención de perderse de las autoridades, pero al llegar a la altura del kilómetro 227, tras los disparos que recibió el vehículo en las llantas traseras, provocó que perdiera el control hacia su extrema izquierda y tras salirse de la vía de circulación arrolló a un “tricitaxista”, quien se encontraba transitando por la zona y que lamentablemente, perdió la vida de manera instantánea.
Luego de volcar el auto, los pobladores, quienes, al ser domingo, se encontraban a escasos metros de donde ocurrió el accidente de tránsito, corrieron al ver que el “tricitaxista” había sido impactado, al percatarse de que su cuerpo se encontraba a unos metros fuera del camino, corrieron para sacar a cuatro personas del interior del auto, a quienes alcanzaron a golpear con la intención de lincharlos. Entre el caos y la confusión de no saber bien qué era lo que había sucedido, tres sujetos lograron escapar, incluso de las autoridades que los iban persiguiendo.
Uno de los presuntos sicarios, quien portaba un subfusil Uzi, el cual trataba de escapar encañonando a los pobladores, fue desarmado y golpeado hasta que los policías lo rescataron de la turba y lo entregaron a los paramédicos de la ambulancia Costamed, quienes le brindarían los primeros auxilios, sin embargo, fueron agredidos por la gente, por lo que el hombre tuvo que permanecer alrededor de dos horas en el suelo junto al vehículo fuertemente custodiado por autoridades municipales, a quienes después se le unieron ministeriales, federales y efectivos de la Marina.
Pobladores, junto con elementos del Ejército Mexicano, la Marina, la Policía Municipal y Ministerial, realizaron un extenso recorrido en el terreno por donde ingresaron los dos hombres y una mujer, sin embargo, no lograron localizarlos.
Tuvo que ser necesario que autoridades de los tres niveles de gobierno, así como el Ejército Mexicano y la Marina, “rescataran” al presunto responsable, quien no pudo escapar de la turba y a bordo de una camioneta de la Policía Ministerial fuertemente custodiada, tuvo que ser retirado. El enojo de los pobladores no se hizo esperar, ya que ellos querían que pagara con su vida por haberle quitado la vida a uno de los pobladores.
Para que pudieran retirar al hombre, fue necesario que las autoridades bloquearan con sus unidades la transitada vía, evitando así que ingresaran más personas y vehículos, hasta el punto donde se encontraban concentrados. Posteriormente, kilómetros más adelante, la ambulancia ya los esperaba para poder trasladar al lesionado a un hospital en Cancún.
Los ánimos de la gente que culpaba a los policías de todo lo sucedido, comenzaron a crecer cuando el helicóptero “Águila 1”, en el cual, al parecer, viajaba Alberto Capella Ibarra, secretario de Seguridad Pública, comenzó a sobrevolar la zona, por lo que le tuvieron que avisar que se retirara, ya que las autoridades que se encontraban en tierra estaban tratando de mantener el orden y eso no les ayudaba.
Más tarde, peritos criminalistas de la Vicefiscalía General de Justicia procesaron el área, asegurando dos armas de fuego, una tipo Glock y un subfusil Uzi. Se desconoce si al interior del auto había más armas.
Finalmente, el cuerpo del “tricitaxista” fue levantado para ser trasladado a las instalaciones del Servicio Médico Forense (Semefo) en Cancún, y los vehículos involucrados tuvieron que ser remolcados a un corralón a bordo de una grúa.
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