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Quintana Roo

Incapacidad policial causa estragos al turismo

De la Redacción

 

TULUM, 24 de noviembre.- Daños colaterales directamente a la industria turística es lo que sigue causando la incapacidad de Jesús Pérez Abarca como director general de la Policía Municipal y Tránsito, y de Jesús Alberto Capella Ibarra, titular de la Dirección General de Seguridad Pública en el estado, pues la ejecución que se perpetró la tarde del sábado contra el conductor de una van fue presenciada por turistas, a los cuales les daba un servicio de transporte.

Referente a esta ejecución, las primeras investigaciones señalan que la ejecución número 34, que se llevó a cabo contra el conductor de la van de la marca Chevrolet Express, con matrícula 57-14-TRY del sindicato Tiburones del Caribe, se hizo frente la mirada de un grupo de turistas de Estados Unidos, entre ellos dos menores de edad. Hombres armados tuvieron todo el tiempo para cerrarle el paso a la unidad que se encontraba circulando en plena carretera federal, donde uno de los delincuentes descendió y disparó a quemarropa en tres ocasiones contra la víctima.

Se supo que el conductor justamente trasladaba a los extranjeros hacia el hotel “Malca”, en la zona costera, donde se encontraban hospedados. A consecuencia de esa escena de terror que vivieron el grupo de turistas canceló los demás días de alojamiento y salió huyendo de Tulum.

De igual manera, ante dicha situación, la familia norteamericana se habría comunicado con el consulado luego de ser testigo de este hecho dramático, lo que daña notoriamente la imagen turística.

Como se informara en la edición de este domingo 24 de noviembre, se dio cuenta del asesinato ocurrido en esta vía federal a la altura del kilómetro 254, convirtiéndose en la ejecución número 34 en lo que va del año.

En tanto, la información extraoficial señala que fueron tres disparos de arma de fuego calibre 9 milímetros, con la cual M. A. D. D., de 38 años, fue ejecutado, presuntamente por un ajuste de cuentas entre miembros del crimen organizado.

El crimen se cometió a unos cuantos kilómetros de la caseta de la Policía Estatal, pero los presuntos pistoleros huyeron sin dejar rastro y hasta el momento siguen prófugos.

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