Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 3 de noviembre.- Cielo plomizo y lluvia marcaron la tónica de la jornada dominical, ante la desolación de los prestadores de servicios turísticos que tuvieron la oportunidad de atender a muy pocos visitantes, aunque afortunadamente para todos las condiciones climáticas mejoraron alrededor del mediodía, cuando cesaron las precipitaciones y asomó tímidamente el sol.
No obstante, la mejoría resultó insuficiente como para reactivar la prestación de servicios turísticos en todos los giros, entre otros motivos porque muchos visitantes potenciales se abstuvieron de cruzar, ahuyentados por las precipitaciones.
Tras llevar a cabo un recorrido por las principales playas del destino, se pudo constatar que antes del mediodía, apenas había una mínima presencia de usuarios en los arenales, completamente vestidos bajo una pertinaz lluvia que, al hacerse más intensa, propició que los balnearios quedasen vacíos.
Incómodo momento pasaron los pasajeros del barco de ruta al tener que atravesar el tramo que separa la embarcación de la terminal marítima bajo la lluvia; algunos, prevenidos, abrieron paraguas o vistieron sus impermeables, pero los más no tuvieron más remedio que caminar aprisa para intentar mojarse lo menos posible.
Les fue un poco mejor a los restaurantes, que registraron una mediana ocupación en sus mesas, ya que, los turistas más madrugadores optaron por esperar que pasara la temprana lluvia mientras desayunaban o simplemente consumían alguna bebida caliente, acorde con la situación meteorológica.
En las calles y avenidas del primer cuadro de la ciudad, la actividad comercial fue casi nula durante el tiempo en que se presentaron las lluvias, debido a que los turistas desaparecieron de las vialidades como por arte de magia, sin contar con que a los barcos de ruta de las empresas de transporte de pasajeros les faltaba mucho para llegar al límite de su capacidad.
“Siempre pasa lo mismo, cuando llueve baja mucho la llegada de turistas a la isla, como que la gente no se anima y si para colmo coincide con que el puerto está cerrado, tampoco trabajan las cooperativas turísticas”, expresó uno de los comisionistas que trabajan en la terminal de Apiqroo, limitado el domingo a vender carritos de golf.
En tanto que Román Canché, empleado de un negocio de artesanías, comentó que los días de lluvia las ventas están muy bajas porque llegan menos turistas a la isla y si acaso se acerca alguno es para resguardarse del agua.