De la Redacción
De Sinaloa, de ahí es procedente el misterioso y único pasajero de la potente aeronave King Air 350, que fue asegurada en el Aeropuerto Internacional de Cancún, cuya tripulación conformada por un piloto norteamericano y su copiloto de origen venezolano, realizaba su traslado y buscaron a toda costa salir del país para dirigirse a Sudamérica.
La tripulación, al verse descubierta, trató a toda costa de obtener permiso para aterrizar en otro aeropuerto, lejos de Cancún, pero las autoridades federales no lo permitieron.
Ante esas graves irregularidades, la aeronave se vio obligada a retornar a Cancún, en donde fue asegurada y permanece bajo amplia investigación.
Así, todo apunta que el Aeropuerto Internacional Cancún es parte de la red de rutas que es usada por la amplia estructura del narcotráfico internacional para el trasiego de droga desde Sudamérica hasta su principal mercado: Estados Unidos, en donde los aterrizajes de aeronaves que realizan vuelos privados, desarrollan una amplia gama de maniobras aéreas.
Todo ello, ha desatado una amplia investigación por parte de autoridades federales que participan en los operativos terrestres, marítimos y aéreos, contra el narcotráfico internacional y que se desplaza en diversas rutas aéreas, principalmente.
La veloz y potente aeronave con matrícula norteamericana N983TM, fue asegurada el martes 25 de noviembre por haber alterado los protocolos de navegación al haber declarado una ruta que sin reportar los cambios, repentinamente desconectaron todos los equipos de su sistema de navegación y comunicación en pleno espacio aéreo mexicano.
De acuerdo al reporte de autoridades federales, la aeronave que pertenece a una empresa privada cuya identidad se desconoce, inició sus maniobras el 25 de noviembre y tuvo como aeropuerto de origen el de la ciudad de Puebla. La tripulación voló y aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Cancún, para realizar la carga de combustible. Y ante las autoridades de la Comandancia de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) declararon como destino final, el aeropuerto de Morelia, Michoacán.
Todo transcurrió con aparente normalidad, hasta que la tripulación de la aeronave tras despegar de Cancún, buscó salir del espacio aéreo mexicano para dirigirse hacia Sudamérica. Todo ello, al haber desconectado todos sus equipos de comunicación y navegación que dispone la aeronave para un vuelo oficial dentro de los protocolos de navegación autorizados.
Ante esa serie de irregularidades, la aeronave se vio obligada a retornar al Aeropuerto Internacional de Cancún, en donde permanece asegurada.
La veloz y potente aeronave, se encuentra desmantelada completamente de todos sus asientos, y en su interior fueron hallados grandes bidones de combustible, lo que generó todo tipo de sospechas ante la declaración de la tripulación a las autoridades aeroportuarias, pues su destino de origen era otro aeropuerto, lo cual no se explica la razón de trasladar combustible adicional.
La potente aeronave está pintada de colores azul y blanco, con 18 ventanillas, 9 en cada costado. Es una aeronave con dos hélices en cada uno de los dos motores que la desplazan. Y permanece en las instalaciones aeroportuarias de la zona de aviación privada (FBO) por sus siglas en inglés, en donde se realizan las maniobras de las aeronaves que son de uso privado y destinadas también a operaciones de aeronaves de dependencias gubernamentales de los tres niveles de gobierno, y que opera la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
La aeronave es parte de la amplia investigación que realizan las autoridades federales, que conforman los operativos en contra de los aviones y avionetas que usan diversas rutas que tienen conexiones en la amplia estructura del narcotráfico, que se registra a nivel nacional e internacional.
Recientemente, se desplegaron las fuerzas federales como parte del operativo trinacional que se realizó entre Guatemala, Belice y México, ante el hallazgo de varias aeronaves, entre ellas un avión tipo King Air 300, en la zona de Sarteneja, Belice, que habría trasladado hasta 2.5 toneladas de droga (cocaína) en varios costales. Y tras la operación realizada, los miembros del narcotráfico decidieron destruir el potente avión, al incendiarlo, para no dejar huellas del narcotráfico internacional que se desarrolla en la red de rutas de los tres países mencionados.