Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 19 de febrero.- Contra viento y marea, a pesar de la fuerte presión que representa la naviera Ultramar, consentida de la Apiqroo, la empresa Naveganto sobrevivió un año a la voracidad de la competencia, contrario a Marinsa que, pese a haber prestado el servicio con barcos más rápidos, sucumbió a causa de la baja demanda, que ni siquiera pudo sostener los días de puerto cerrado, cuando los turistas que tenían contemplado realizar actividades de snorquel tenían que conformarse con el cruce en barco de ruta.
Para celebrar su primer aniversario y, con afán de obtener un mayor número de clientes, la naviera ofreció descuentos del 10% a los usuarios, aunque sus esfuerzos resultaron vanos ya que el turismo e incluso los residentes prefieren el servicio de Ultramar, por comodidad y rapidez, aunque resulte mucho más caro.
Sin ir más lejos, el costo del boleto redondo para un niño no residente mayor de dos años es de 250 pesos, tan sólo 50 pesos menos al boleto de un adulto que no radique en Quintana Roo.
Y a pesar de los abusivos precios, la preferencia es para Ultramar, entre otros motivos porque en Puerto Juárez se han ocupado desde hace mucho tiempo, inclusive cuando aún Transportes Marítimos Magaña prestaba el servicio, de hacer creer al turismo que llega en los camiones o sus propios vehículos que son la única opción.
Ante este panorama, Naveganto intenta sobrevivir como buenamente puede, aunque lo poco atractivo de sus embarcaciones y el tiempo de travesía, superior al de Ultramar, propicia que incluso con puerto cerrado, no todos los turistas que tenían intenciones de rentar un paseo en lancha deciden cruzar por la naviera de Ciudad del Carmen, aunque al informarse de la diferencia de los costos, la mayoría optan por el servicio.
Desde hace meses Naveganto maneja la posibilidad de integrar a la ruta barcos más rápidos que puedan hacer una competencia real a Ultramar y balancear la sobrecarga que recibe la naviera consentida de Alicia Ricalde Magaña, cuyas embarcaciones zarpan prácticamente una detrás de otra, sin respetar los horarios asignados.