Por Yolanda Gutiérrez
ISLA MUJERES, 19 de marzo.- Sin respuesta alguna, la demanda por discriminación interpuesta por la señora Olivia Figueroa Pérez, destituida sorpresivamente por el actual director de la secundaria técnica número 1 “Benito Juárez”, de su puesto como contralora, que desempeñaba desde 10 años atrás.
Tal como sucede desde el día 5 de febrero, cuando al llegar al trabajo en la secundaria, encontró que el director había cambiado la cerradura y sacado sus cosas, Olivia acude a diario al plantel, checa el reloj digital y se sienta afuera de su oficina, desde las 7 de la mañana hasta las 2 de la tarde.
Olivia Figueroa Pérez es una de las trabajadoras de mayor antigüedad en la secundaria técnica “Benito Juárez”, con 26 años de servicio como secretaria y 10, fungiendo de contralora, cargo que a lo largo de todo ese tiempo ha desempeñado, según sus propias palabras, sin ninguna queja ni observación por parte de anteriores directores, hasta que en agosto de 2018 llegó al plantel, el maestro Carlos Alberto Canto Salazar, asignado como director, quien desde el primer momento ya tenía planes de sustituir a la señora Olivia del cargo y entregarlo a otra persona.
Al verse impedida de entrar a la que fuese su oficina por 10 años, Olivia Figueroa interpuso una denuncia por discriminación, ante la Fiscalía General del Estado en Isla Mujeres, que no fue del agrado de Carlos Alberto Canto, quien a la fecha afirma que jamás devolverá el cargo de contralora a Olivia Figueroa porque perdió toda la confianza que pudiera tenerle a raíz de la demanda.
El pasado viernes 15 de marzo, se presentó en la secundaria el supervisor del plantel educativo, Joaquín Alcalá Cortés, quien intentó disuadirla de su postura a raíz de lo que considera una destitución a la mala, aprovechándose el director de su incapacidad laboral.
La señora Olivia propuso al supervisor que le devolviesen su puesto de contralora para trabajarlo hasta agosto con las firmas mancomunadas del director y suya, mientras que cede el manejo del efectivo, del cobro de copias, credenciales, etcétera. Al director Carlos Alberto Canto Salazar, que a fin de cuentas es lo que quiere, manejar el dinero.
La respuesta del supervisor fue que el director tiene la facultad de moverla porque estaba designada a una comisión que podía terminar en cualquier momento.
También se comunicó Olivia Figueroa con el delegado sindical de la D-II-2, Mario Cicero García, para pedirle su apoyo como delegado, pero le contestó que había hablado con Carlos Alberto Canto Salazar, quien le dijo que no le devolvería el puesto de contralora por la demanda interpuesta, que le hizo perder la confianza que podía tenerla.
El tiempo pasa y nadie ofrece una solución a Olivia Figueroa Pérez, quien no pierde la paciencia pese a todo y mañana a mañana, checa a las siete para cumplir una jornada laboral más, aunque no haga nada y se limite a permanecer sentada.