Por Eva Murillo
Hasta medio metro mide la nata de sargazo acumulado por días en las playas de Cancún, sobre todo en las de los últimos kilómetros de la zona de hoteles; quien se aventura a tratar de llegar al agua caminando sobre la costras que forman las plantas marinas tiene la sensación de estar en arenas movedizas, pues entre más tiempo permanece en el lugar, más se hunde.
No es necesario ser científico para comprender que lo que está ocurriendo en las zonas donde no hay colecta diaria de sargazo las pone en peligro de colapsar ambientalmente, pues el hedor que emana y que se percibe metros antes de llegar ahí, ver el color café que pinta el agua que antes era transparente, descubrir a los pastos marinos flotar con todo y raíz y observar el collar de espuma que hay entre la orilla del acumulamiento del sargazo sobre el agua, son señal de que las cosas no andan bien.
Uno de los reclamos y preocupaciones expuestas por las personas dedicadas a estudiar y cuidar los ecosistemas marinos es lo que va a provocar el acumulamiento ininterrumpido de sargazo en las partes de la costa donde no hay limpieza, pues ahí, el alga va a descomponerse y provocará que la temperatura del agua incremente, que el oxígeno disminuya y los peces mueran o se vayan, que el pasto marino también muera y que el agua se llene de más nutrientes (contaminación), perjudicando a los arrecifes de coral.
En Playa Coral el panorama es triste, era uno de los sitios preferidos por los cancunenses para ir a pasear a sus mascotas o platicar mientras disfrutaban de la vista de agua color turquesa y las playas de arena blanca.
Ese sitio era uno de los favoritos de los fotógrafos de boda, pues tiene palmeras y sombras, además de kioscos de madera que al hacer la composición fotográfica con el mar turquesa, el resultado era digno de una postal, pero actualmente esa locación natural ya no es opción para ellos.
Caminar sobre la costra de sargazo es estar conscientes de que de un momento a otro los pies van a hundirse en ella hasta medio metro, que al lograr salir de ahí en la piel va a quedar una sensación de irritación y que parecerá que se está avanzando sobre arenas movedizas que tienen temperatura elevada y que de cada paso que dé y se sumerja, va a emanar un olor a podrido que va a apoderarse del olfato durante el resto del día.
Esa vista, esos olores, esas sensaciones son parte de lo que se obtiene cuando se está en una playa en la que el sargazo lleva días sin ser removido.