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Quintana Roo

Dramática lucha en Xcalak

Por Gerardo Reynoso

 

En Xcalak la vida ha cambiado drásticamente para sus más de 300 habitantes. Hasta hace un mes, con la llegada del sol los lugareños iniciaban su día con planes de atender al turismo, cumplir con la jornada de pesca y sortear las horas en ese paraíso escondido de la Costa Maya.

En aquel momento la idea era producir como destino ecoturístico, pero ahora ese panorama ha cambiado de manera drástica, y hasta cierto punto dramática, ya que la naturaleza ha convertido a Xcalak en una zona de desastre.

Al sol de hoy, los habitantes de la comunidad se levantan con la tarea de limpiar la playa del sargazo para recuperar su economía, basada en la pesca y el turismo, ya que desde hace 30 días no hay ni visitantes ni pesca productiva.

“Estamos desesperados, es un problema interminable, es una zona de desastre”, relata Apolito Jiménez, miembro de la comunidad de Xcalak, y quien ha sido nombrado como coordinador de los trabajos de limpieza de sargazo en el lugar.

Las lanchas de recorridos turísticos han sido cambiadas por palas, rastrillos y carretillas. Las sonrisas para atender al turismo ahora se han transformado en rostros desesperados en pos de cumplir una misión que parece interminable: limpiar la playa del sargazo.

Y es que la desesperación que se siente es por la falta de recursos y circuito económico, puesto que Xcalak bien podría ser tomado como ejemplo de lo que a futuro podría ocurrir en otros destinos de Quintana Roo, si no se atiende con mayor énfasis el problema del sargazo.

 

La lucha interminable contra el sargazo

 

A las 7 de la mañana Apolito Jiménez reúne a su cuadrilla en la primera entrada de playa de Xcalak. En esta jornada toca limpiar 300 metros y trabajar de manera rápida, debido a que desde la playa a más de 50 metros dentro del mar, el sargazo se ha acumulado de tal manera que la costa ha cambiado su tradicional color turquesa a un marrón que denota riesgo y desesperación.

El trabajo es complicado. Se dividen en grupos de 7 a 8 personas y se comienza a recolectar en un punto. En la recolección no hay diferencias, trabajan por igual mujeres, niños, personas de la tercera edad y varones. Lo que se trata es de luchar otro día más contra el sargazo.

Las mujeres y los niños hacen el trabajo de recolección: con palas y rastrillos colocan el sargazo en las carretillas, las cuales a su vez son maniobradas por los varones y personas de la tercera edad para acumular las algas en un punto donde, posteriormente, un camión de carga se las llevará afuera de la comunidad.

Con el sol encima de la piel, los miembros de la brigada de la limpieza cargan en promedio 20 carretillas de sargazo en un lapso de 40 minutos. Se trata de resistencia y perseverancia.

Conforme avanzan las horas, el trabajo se vuelve desesperante, ya que desde las 7 a la mañana se han recolectado más de 2 toneladas de sargazo y la playa luce igual, color marrón y con un olor fétido que comienza a increpar los sentidos.

“Hay días en que avanzamos mucho, logramos dar la vuelta al sargazo y limpiar, pero hay días, como hoy, cuando, por más que luchamos, trabajamos y sacamos más de diez toneladas, el mar luce igual, la playa luce igual y es frustrante, porque pareciera que no alcanza el trabajo. Es una lucha interminable que cansa y nos desespera”, puntualiza Apolito Jiménez, mejor conocido en la comunidad como “Lolo”.

 

El paraíso que se pierde en el Caribe

 

Xcalak es considerado como uno de los mejores paisajes vírgenes del Caribe mexicano. La mano del hombre está ausente en este paraje, localizado al sur de la costa de Quintana Roo.

Cuenta con el segundo arrecife coralino más grande del orbe y el complejo submarino mejor conservado. Es también un área protegida como Reserva de la Biosfera. Su preciada ubicación lo coloca cerca del Banco Chinchorro y a unos kilómetros de Majahual. Xcalak es un encuentro de caminos donde el canal  Zaragoza cruza por sus bellas playas hacia la Bahía de Chetumal.

Los esfuerzos de protección se han encaminado a controlar el turismo y la pesca y a evitar la caza furtiva. Asociaciones civiles y universidades extranjeras trabajan en conjunto para proteger la zona de manglares y el arrecife.

Actualmente, todo el paraíso de este lugar se encuentra en riesgo, debido a que la naturaleza ha convertido a Xcalak en una zona de desastre, debido a la presencia masiva del sargazo.

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